Contra el agronegocio y en defensa de la salud. Asambleas socioambientales y campesinos se movilizan en Rosario. Académicos críticos al extractivismo se reúnen para fortalecer una ciencia junto al pueblo y cuestionar el modelo hegemónico.

“Marcha plurinacional de los barbijos”, es el nombre de la movilización que se desarrollará hoy en Rosario, donde asambleas socioambientales, campesinos, indígenas y productores agropecuarios que no utilizan venenos denunciarán las fumigaciones con agrotóxicos, el modelo transgénico y reivindicarán del derecho a la salud por sobre el dinero del agronegocio. También se desarrollará durante tres días el Congreso Internacional de Salud Socio-Ambiental, donde confluyen movimientos sociales y científicos críticos al extractivismo. El gobierno de Mauricio Macri aprobó veinte transgénicos con uso masivo de peligrosos agrotóxicos.

En el marco del Día Mundial del Ambiente y con la consigna “¡Basta de negocios con nuestra salud!”, numerosas organizaciones se reunirán al mediodía en la Plaza San Martín, donde habrá feria de alimentos sanos. Habrá actividades culturales y a las 17 comenzará la marcha hasta el Monumento a la Bandera. Los barbijos, que ya fueron utilizados frente a concejales que pretendían legislar en favor de las fumigaciones, serán la marca distintiva de la movilización.

“Este sistema extractivista viene arrasando con la biodiversidad, la soberanía alimentaria y energética de los pueblos y, por ende, atenta contra la salud y provoca daños irreparables”, afirma la convocatoria a la marcha. Entre las decenas de organizaciones convocantes están El Paraná no se toca, Comisión de Derechos Humanos de San Lorenzo (lugar del puerto sojero más grande del país), la ONG Muyuqui y la campaña Paren de Fumigarnos (de Santa Fe).

La movilización se da en un contexto de creciente denuncia al agronegocio y fallos judiciales contra los efectos de los agrotóxicos (glifosato, atrazina, 2-4D, endosulfán, entre otros). En Estados Unidos se produjeron tres fallos millonarios en ocho meses contra la multinacional Monsanto (desde 2018 en manos de la alemana Bayer) por su producto estrella: el herbicida glifosato. Y hay más de 13.000 juicios en espera.

En Argentina ya se lograron más de 25 fallos que prohíben las fumigaciones en cercanías de escuelas, cursos de agua y barrios. El que más resuene en las últimas semanas es la sentencia lograda de Entre Ríos por el Foro Ecologista de Paraná y el sindicato docente Agmer, que obtuvieron una sentencia inédita: no se puede fumigar a menos de 1000 metros de las escuelas (y 3000 si se realiza con avionetas).

Jeremías Chauque vive en Desvío Arijón (Santa Fe), trabaja en lo que define como “agricultura ancestral” (sin venenos, sin transgénicos). “La salud de nuestras familias y de la Madre Tierra no se negocia. Este modelo productivo es un ataque permanente a la vida y a la soberanía de nuestros pueblos. Entonces, ganar la calle es ser semilla, ser monte, ser río, ser memoria, identidad que anda y lucha”, explicó.

Ya confirmaron su presencia organizaciones y activistas de distintas ciudades de Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, Buenos Aires, Córdoba, Río Negro y Ciudad de Buenos Aires. Finalizará con un festival musical, con el folklorista mapuche Rubén Patagonia (entre otros).

La marcha se da en el marco del Quinto Congreso Internacional de Salud Socioambiental, entre el miércoles y hasta el viernes 7. Impulsado por el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, reúne a científicos de una decena de países y movimientos sociales que cuestionan el modelo extractivo y sus consecuencias. Se realizará en la sede de Gobierno de la UNR (Maipú 1065) y la programación se encuentra en el sitio http://www. saludsocioambiental.net.ar/

“La ciencia no es neutral”, afirma Alicia Massarini, bióloga e investigadora del Conicet, que disertará en Rosario. Y ejemplifica: el académico que desarrollo transgénicos o fomenta la explotación de litio tiene responsabilidades con las consecuencias que esas actividades producen en los territorios y poblaciones. “Estamos intentando una ciencia digna en diálogo con las comunidades, caminando juntos”, explicó la investigadora. Al definir al modelo minero, sojero, petrolero, es tajante: “El capitalismo extractivista es un modelo ecocida e inviable”.

Entre la veintena de mesas de debate estarán “Ciencia, extractivismo y territorios”, “Comunicación, educación y ciencia digna”, “Derechos humanos y derechos de la Madre Tierra”, “Territorios sanos, alimentos sanos, pueblos libres”. Entre los organizadores también están ReAct Latinoamérica (entidad que investiga sobre resistencias bacterianas) y la Red de Salud y Ambiente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames).

También se realizará en el mismo lugar la 3° Reunión de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (Uccsnal), que nuclea a académicos críticos con el extractivismo pero que también cuestionan el modelo científico hegemónico, vinculado a las empresas. El presidente honorario de la Uccsnal es Andrés Carrasco, el investigador argentino que en 2009 dio a conocer su estudio sobre el impacto letal del glifosato en embriones anfibios.

Desde que asumió Mauricio Macri se aprobaron 20 transgénicos (55 desde 1996): soja, maíz, papa, alfalfa, cártamo y algodón. Cultivos con uso masivo de glifosato, glufosinato de amonio y 2-4D, entre otros agrótoxicos. Las empresas beneficiadas: Monsanto-Bayer, Bioceres-Indear, Dow, Basf, Tecnoplant, Syngenta y Pioneer. Los “estudios” y expedientes de aprobación son confidenciales.