A un año del asesinato del defensor nahua Samir Flores Soberanes, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad exigió el esclarecimiento del crimen y garantías de seguridad para los pueblos indígenas que se oponen a los megaproyectos como el Proyecto Integral Morelos (PIM), contra el que luchaba Flores, el Tren Maya, el Corredor Transístmico y la Refinería Dos Bocas.

De igual forma, demandó el cese al discurso de odio que, «alentado desde el gobierno, malversa las justas demandas de los pueblos, alienta la violencia y destruye el diálogo, que es la base y la fuerza de la democracia».

A continuación el comunicado completo:

A LA COMUNIDAD DE AMILCINGO
A LOS PUEBLOS DE MORELOS Y DE TODO EL PAÍS
AL CNI Y EL EZLN

La violencia, que no ha dejado de padecer México, tiene uno de sus rostros en los crímenes atroces que diariamente suceden. El otro, es la destrucción sistemática de los pueblos y del medio ambiente –de la Pachamama–, mediante los llamados Megaproyectos. Ambos son fruto de las redes de complicidad entre los grandes capitales, el crimen organizado y el Estado.

Recientemente, del 23 al 26 de enero, realizamos una caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz. Con ella –que constantemente fue insultada, difamada, descalificada por el presidente, sectores en las redes sociales y, finalmente, a nuestro arribo al zócalo, violentada con agresiones y discursos de odio por un grupo de choque auspiciado por Morena—llevábamos una propuesta de Justicia Transicional. Dicha propuesta, basada en mecanismos extraordinarios de Verdad y Justicia, incluye también la cancelación de los Megaproyectos que violan los derechos colectivos de los pueblos, destruyen los tejidos sociales y son generadoras de una violencia que tiene su rostro más visible en el asesinato, aún no esclarecido, de nuestro compañero y amigo Samir Flores, opositor a la Termoeléctrica de Huesca y del Proyecto Integral Morelos (PIM).

Desde nuestro corazón los saludamos, los acompañamos y los llamamos a unir fuerzas para encontrar juntos un camino hacia la justicia y la paz, un camino que pasa necesariamente no sólo por la cancelación de los Megaproyectos, sino por la construcción del derecho de los pueblos indígenas a consultas previas, libres e informadas, apegadas a estándares internacionales, y por el fortalecimientos de sus autonomías y sus economías, ajenas a la depredación neoliberal y a intereses criminales.

Exigimos:

  • El esclarecimiento del asesinato de Samir Flores. Es necesario que la investigación sea atraída por la federación.
  • Garantías de seguridad para los pueblos que se oponen tanto al PIM, como al Tren Maya, al Transístmico y a la refinería de Dos Bocas, entre otros.
  • El cese al discurso de odio que, alentado desde el gobierno, malversa las justas demandas de los pueblos, alienta la violencia y destruye el diálogo, que es la base y la fuerza de la democracia.
  • Apego al estado de derecho, los megaproyectos del ejecutivo no deben ni pueden estar sentados sobre la base de la violación a los derechos colectivos de los pueblos.

Sin verdad y justicia, la paz será imposible.

El artículo original se puede leer aquí