¡Unámonos para resistir a las amenazas globales y en defensa de la vida!

El Llamamiento a las conciencias es una iniciativa de la Red Diálogos en Humanidad. Hace una síntesis de las dos grandes amenazas que penden sobre la humanidad actual: el fundamentalismo de mercado y el fundamentalismo de identidad. El primero lleva a la opresión y explotación de los seres humanos por el sistema de mercado, así como a la destrucción de biomas y ecosistemas y al calentamiento de la atmósfera por las emisiones de gases-invernadero, que ya alcanzan niveles demasiado peligrosos. El segundo lleva al «congelamiento emocional y relacional», que sofoca el sentido de solidaridad y genera desprecio por los más oprimidos y vulnerables. Lleva también al pensamiento único, dogmático, totalitario y excluyente. El LLAMAMIENTO nos invita a unirnos para resistir a esas amenazas y combatirlas con acciones que vayan a la su raíz y no sólo a sus síntomas.

El Llamamiento será lanzado en tres oportunidades durante el mes de diciembre 2018: la Conferencia del Clima (COP24), en Polonia; los eventos conmemorativos de los 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) – ONU; y la el Ágora de lxs Habitantes de la Tierra, que se reunirá en Sezano/Verona, Italia, entre el 13 y 16.12.18. De este Encuentro saldrán lineamientos de acción para confrontar por todos los medios no violentos el sistema económico, político, social, cultural e ideológico que está a la raiz de las aflicciones que experimentan hoy la vida y la humanidad en el planeta Tierra.

 

Llamamiento a las conciencias

Redes de ciudadanas y ciudadanos planetarios

En el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Elix, símbolo de un ciudadano de un mundo de paz, escogido por las Naciones Unidas para ilustrar el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Nosotros, ciudadanos de los pueblos de la Tierra, tenemos conciencia del peligro mortal que pesa sobre el futuro de nuestra humanidad común. De hecho, un doble disturbio climático amenaza la vida en nuestro planeta. El primero se expresa ecológicamente por el riesgo de que nuestra Tierra-Patria –nuestra «Madre Tierra» en palabras de los pueblos originarios– se convierta en un «piso de vidrio» inhabitable para un número creciente de personas. Eso afectaría a más de un billón de personas si el aumento de la temperatura alcanzara el límite de 4°C, y mucho más si ese límite fuera superado. Ese calentamiento medio lleva al agravamiento de eventos extremos: tanto inundaciones como sequías, incendios, plagas, ciclones y tempestades. Pero el cambio climático tiene otra cara: el congelamiento emocional y relacional expresado en la ampliación de las desigualdades y el desprecio por los más pobres. Más grave aún: el miedo a bajar en la escala social deriva en la lucha entre las víctimas mismas, los trabajadores, los desposeídos, los sin techo, los inmigrantes… Cualquiera que sienta la amenaza de perder lo poco que tiene o que le queda, teme que otro aún más pobre tome su lugar.

Por su codicia, su cinismo y su desigualdad, el fundamentalismo de mercado dio origen a un monstruo doble: el fundamentalismo por identidad, que puede asumir formas religiosas, nacionalistas, xenófobas o expresarse tanto por las armas como en las urnas. La llegada al poder de individuos que representan una amenaza no sólo a la democracia y a los derechos humanos –comenzando por los derechos de las mujeres– sino también a los equilibrios ecológicos, es una manifestación cada vez más peligrosa de ese fundamentalismo. En Filipinas, Hungría, Estados Unidos, Italia, Brasil, Colombia, Ecuador y otros, fuerzas social y ambientalmente injustificables, amenazan a la humanidad en lo que es más esencial: vivir en paz en un planeta habitable.

Por la instrumentación de miedos y la manipulación de la información en campañas electorales, irresponsables y criminales pueden hoy, como en los años 30, llegar al poder amparándose en formas aparentemente legales, aprovechando el cinismo de algunos y el miedo o la cobardía de otros.

Frente a este doble riesgo y a la batalla global que se avecina, nosotros nos negamos a ceder al miedo y a tolerar pasivamente la expansión de ese peligro mortal. Organizaremos una resistencia creativa en todas partes, basada en el rechazo a la regresión social, a la irresponsabilidad ecológica y al desprecio de los derechos humanos fundamentales.

Vamos a declarar ilegítimo cualquier poder que no cumpla los tres pilares esenciales de la convivencia de la humanidad en un planeta protegido: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los pactos sociales de las Naciones Unidas y la convenciones internacionales destinadas a asegurar la sustentabilidad de nuestro planeta, en particular el Acuerdo de París sobre la lucha contra los cambios climáticos. Nos negaremos, por todos los medios no violentos a nuestro alcance –incluyendo boicots y desobediencia civil contra la autoridad ilegítima–, a dejarnos dominar o intimidar por esos poderes. Siempre que sea posible, crearemos territorios-refugios para las víctimas de esos poderes y oasis de vida para enfrentar los desiertos de muerte que fabrican, concertadamente regresión social, irresponsabilidad ecológica y violación de los derechos humanos. Nos organizaremos para construir esta Resistencia creativa, pero también para vivir positivamente todos aquellas y aquellos que cada día elegimos los valores económicos, ecológicos, sociales, políticos y culturales de una sociedad del Buen Vivir. Trabajaremos para conectar todos esos territorios y oasis de vida, desde los barrios de nuestras ciudades y pueblos del campo, hasta toda nuestra Madre Tierra.

Lanzaremos solemnemente este Llamamiento a las Conciencias el 10 de diciembre de 2018, en ocasión del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

* RED GLOBAL DIÁLOGOS EN HUMANIDAD
* ARCHIPIÉLAGO CIUDADANO DE LOS DÍAS FELICES
* RÏSE – REDE INTERNACIONAL PELA INOVAÇÃO SOCIAL E ECOLÓGICA
* ÁGORA DOS HABITANTES DA TERRA – AHT
* GLOBAL SOCIAL JUSTICE, BRUXELLES