Tomàs Hirsch y Efren Osorio entrevistan a Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006, en el programa que se transmite por streaming «Tiempo de tomas» desde el centro cultural Umbral.

Acá transcribimos algunas de las respuestas y opiniones màs significativas de esta conversaciòn.

EO: Como ciudadano, quisiéramos escuchar tu análisis acerca de los problemas de Chile…

GS: Se han dado dos  o tres coyunturas històricas en las que la ciudadanìa se ha aburrido y ha resuelto resolver los problemas por sì misma, con o sin respeto de la ley. No es la primera vez que esto ocurre. Ha sido el mismo Estado santiaguino, centralista, amigo de los comerciantes el que ha aburrido a la ciudadanìa…

El Estado es centralista, liberal, amigo de los comerciantes. El Estado liberal no lo ha cambiado nadie. Todos querían hacer la revolución socialista y Allende se suicida en honor de la Constituciòn. La Constitución del 80 se impone mediante la fuerza. Lo que fue izquierda (PS, PR, PDC) acepta la Constituciòn del 80 porque son profundamente neo liberales.

No es extraño que hoy que no hay izquierda parlamentaria, porque la Concertaciòn no es izquierda, la ciudadanìa decide tomar la sartén por el mango y darse la sociedad a la que aspira.

Nunca ningún partido en Chile ha querido cambiar la Constitución. Cambiarla implica un cambio radical y solo el pueblo puede darse esa soberanìa, solo el pueblo puede cambiarla. Han hablado de reformas pero no han cambiado la Constitución.

TH: ¿Cómo se avanza en esa direcciòn?

GS: En Chile hemos tenido dos coyunturas en las cuales la ciudadanía se moviò en esa dirección. O´Higgins era anti-democrático. En ese período la ciudadania se movió para constituir ella misma el Estado: Asamblea Constituyente Nacional, constitución del 28, ùnica Constitución que expresó la voluntad ciudadana.

Fue destruida – no lacnazó a durar un año – por el golpe militar de Portales. Los historiadores hablan de anarquía, no de soberanía. Hablan de subversión, de caos. En los años 1918- 1925 la ciudadania dejó de creer en los políticos y Luis Emilio Recabarren sostiene que al pueblo hay que educarlo, para que gobierne por sì mismo, como pueblo. No el partido, el pueblo mismo es quien debe gobernar. Desarrollar su inteligencia administrativa.

Los obreros y estudiantes trabajaron jutos, las profesoras primarias se sumaron a esa construcciòn y entre todos condujeron al resto de los actores para proponer leyes. Proponían leyes, no pedían nada. Propusieron política educacional y el 1924 se autoconvocaron a una asamblea popular constituyente.

Los militares dieron un golpe de Estado y desterraron a Alessandri y cerraron el Congreso. Asamblea Nacional Constituyente. ¿Quièn la convoca? La ciudadanìa la autoconvoca y se pone de acuerdo respecto de què exigirà.

¿Convocan los trabajadores a una asamblea popular constituyente? Pero habìa que convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Cómo? No hay legislación al respecto ni teoría al respecto. Nadie le enseña a nadie a cambiar la Constitución.

Alessandri Palma redacta, con 8 personas a las que convoca, la nueva Constituciòn del 25. Reforma parcialmente la anterior Constituciòn. Convoca a una asamblea de notables, seleccionando cuidadosamente a los 400 citados para aprobarla, que la aplaudieron. No se convocó una Asamblea Constituyente sino que se aprobó la redacción propuesta por 8 personas con aclamaciòn, la Constituciòn del 25. Alessandri convoca entonces a Plebiscito. Se plebiscita la Constitución y se aprueba con un 60% de aprobación.

TH: ¿Cómo se resuelve el nudo gordiano de hoy? ¿Cuàl es el camino?

GS: La ciudadanìa necesita la cultura y conciencia cuidadana. Necesita la pràctica de administrar los recursos. Si no, no se puede administrar el poder. El poder hoy se entiende como asociatividad y capacidad para controlar recursos propios en el territorio propio.

Lo hemos visto en Magallanes, Aysèn, Freina, allì lo han hecho. En su territorio. La asociatividad local tiene esa importancia. La ciudadanìa requiere aprender esta cultura de poder. Controlar y generar los recursos propios. Sin asociatividad y sin manejo de recursos propios, no hay poder. La ciudadanìa necesita esa cultura. No es empoderarse el pedir.

Nunca hay que elegir a nadie sin mandato ciudadano previo. Hay que decir: esto queremos que se haga, te elegimos a ti para que se haga. Si no lo haces, revocamos el mandato y te quitamos el poder, pero ademàs se te juzga. Esas pràcticas polìticas han desaparecido de nuestra historia. Elegimos a gente sin mandato, no revocamos los mandatos, no juzgamos a quienes no cumplen el compromiso que la ciudadanìa les otorgò.

Hay un aprendizaje hoy en la ciudadanìa que hace pensar que en Chile estamos reflexionando en torno a esto.

Hay que entender que la ciudadanìa necesita hacer sus procesos culturales, de autoaprendizaje, que no tiene fechas fijas. No es decir: de aquí a marzo convocamos a una asamblea!. Sería un error gravìsimo. A Magallanes y a Aysèn se ha sumado Freina en la VI Región, lo mismo Calama que está pensando cómo un porcentaje del cobre puede revertirse en la Región y ser manejado allì.

Lo importante es alimentar un proceso. Eso es hacer política.

Es más cómodo un caudillo que construir un movimiento social ciudadano soberano. Ese es el mayor peligro, el surgimiento de lìderes que se encostran como dirigentes politicos, la oligarquizaciòn del movimiento. Esa es la muerte de un movimiento social.

Yo le saco el sombrero a Chavez, como a tantos otros, pero el balance final los liderazgos son la muerte de la democracia social participativa. Es un precio muy alto que se paga con el caudillismo y el burocratismo de los procesos.

La ciudadania es la ùnica que puede garantizar la dirección revolucionaria de los procesos sociales.

¿Què entendemos por dialèctica? Para los progresistas en general la tendencia es todo o nada, patria o muerte. Como si la dicotomìa fuera inevitable. Los hindues dicen que la dialèctica puede enfatizarse en la unidad manteniendo la diversidad. Los procesos pueden durar un largo tiempo, 6 o màs años. La historia del poder popular durò 100 años, son procesos largos.

La dialèctica nos dice que no se trata de romper con la representatividad en el poder, pero ello debe ser comprendido como una tàctica sin creerse el cuento. Hay que tener suficiente conciencia para actuar en lo electoral de modo tàctico y aportar desde lo electoral para reforzar al movimiento social. Jugar a dos bandas.

No se trata de llegar al poder para intentar ser validados por el sistema. Al contrario, llegar para reforzar el movimiento social.

 

Siempre en Chile los jòvenes han promovidos los cambios. Se los llama “Pajarillos libertarios”. Toda la historia de Chile nos muestra eso. Ahora tambièn eso se da. Pero al mismo tiempo estos pajarillos libertarios cantan no màs, pero han perdido todas las batallas. Y por otro lado, los jòvenes envejecen. La juventud de hoy tiene una particularidad: es una juventud popular. Ha aprendido a tomar decisiones mediante acciòn directa de base. Tiene la experiencia de los campamentos que se tomaron los terrenos. Autogobernar el espacio del campamento. En la asamblea de base que tomò decisiones y esas decisiones se respetaron. No nos extrañemos que los Pingüinos ponen en presencia a la Asamblea y la asamblea manda. Retoma el poder popular, que los obreros ejercieron tomandose los campos, etc… y los pingüinos retoman ese poderpopular.

TH: La dialèctica generacional da dinàmica a los procesos…

GS: La ruptura con las formas tradicionales de hacer polìtica la llevan adelante los pobladores con la idea de la acciòn directa en la toma y luego las nuevas generaciones, el discurso rompe con el sistema pero tambièn la forma que se dan como movimiento, en la cual la Asamblea manda.

El resto quiere que los dirigentes hagan lo de siempre. Los partidos, los sindicatos, mantienen las mismas formas. Falta que los actores sociales adopten este principio de que la asamblea manda.

En Magallanes las diferencias entre partidos polìticos desaparecieron y gobernò la asamblea, solo se elevaron las banderas negras y no ya las de los partidos. La forma son las asambleas territoriales, asi como los estudiantes entre quienes la asambela manda.

TH: ¿y el futuro, còmo lo ves?

GS: De las tendencias profundas que cruzan el presente, hay una muy destacable: la globalizaciòn favorecida por la tecnologia, mientras màs consolidado el poder del capital financiero, màs se debilita el Estado nacional. Los Estados se vacìan de contenido. Al vaciarse de contenido escencial, el eje del conflicto està entre la globalizaciòn y la comunidad local. El Estado nacional se ha transparentado, ha perdido significado.

La defensa ecologica surge de lo local. Desde las comunidades locales surge la discusiòn y el poder de la ciudadanìa. Eso marca tendencia. Eso implica que a futuro no importarà como definir el Estado sino màs bien como las comunidades se hacen cargo de sus propios territorios, de su agua, de sus recursos.

Creo que serà un mundo en manos de su gente, de sus comunidades locales.