Mariano Quiroga

En estos momentos lo que está pasando en Japón es dramáticamente primordial para todos los medios del mundo, ya que las repercusiones de una tragedia nuclear son imprevisibles. Pero en Próximo Oriente las revueltas siguen en marcha y es importante que el silencio de los medios y los gobiernos no deje indefensos a las poblaciones de Bahrein, Egipto, Argelia o Libia.

A finales del 2004 un tsunami arrasó Sri Lanka, matando más de treinta y cinco mil personas y generando otro tanto de desplazados. El efecto del maremoto fue devastador por la precariedad de las casas de los pescadores. Pero el tsunami había comenzado mucho antes y todavía no se ha terminado en la isla del océano Índico.

Cuando yo era niño Muanmar Gadaffi personificaba el mal, un personaje despreciado por todas las potencias. Claro que el contexto de hace casi 30 años era el de la Guerra Fría. Hoy el panorama nos muestra al norte de África convertido en una guerra muy caliente. La batalla entre los reformistas radicales y los defensores del sistema.

La corte ecuatoriana ha condenado a la empresa estadounidense Chevron por la destrucción ambiental en el estado amazónico de Sucumbíos, al este del país. Los demandantes han sido las tribus originarias de la región y la multa que debe pagar la petrolera asciende a 8.600 millones de dólares. El monto de la condena no es suficiente para reparar las zonas dañadas.

La concatenación de revueltas, que no podemos llamar precisamente espontáneas, pero que no son tampoco instrumentalizadas por organizaciones clásicas, nos dan un panorama novedoso de un siglo naciente y una formulación del planeta caduca y maniquea. ¿Cuáles serán los nuevos paradigmas que correspondan a estos nuevos tiempos?

La tercera jornada de la Feria del Libro de Bruselas fue de contrastes. Por un lado la discusión política, social, cultural y por el otro el lado más artístico, enfocado fundamentalmente en la labor del escritor y cómo acercarse a temas tan íntimos como el del suicidio y la soledad. Una visión de marcado tinte psicosocial.

Comunicado realizado por La Comunidad para el Desarrollo Humano en solidaridad con los pueblos de Libia y Bahrein y de repudio a la represión acaecida en Libia. Como decía Martin Luther King “Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia”.

Una sensación de extrañeza me ha acompañado a lo largo de la segunda jornada de la 41 edición de la Feria, este año dedicada a las mujeres. Llegaron los pesos pesados de las letras, los Best Sellers y con ellos un poco de esa liviandad que suelen llevar a cuestas, largas colas para las dedicatorias, más cámaras y decenas de Napoleones bebiendo cerveza.

“El mundo pertenece a las mujeres” es el lema de la edición número 41 de la Feria del Libro de Bruselas. Un lema que no es una constatación si no una reivindación, una esperanza. Pero también un punto de vista transformador, una mirada que permite iluminar lo que John Lennon, ironizando, llamaba “El lado negro del mundo”.

El mismo ejército que dio el poder a Hosni Mubarak tras el asesinato de Anwar Sadat, que había sucedido a Nasser en la conducción del país norteafricano, es al que el dictador entregó ahora sus poderes antes de viajar en el avión presidencial hacia Sharm el Sheik, un balneario de alto standing en las costas del mar Rojo.