En este laberinto pandémico en el cual estamos inmersos, quedan muchas preguntas sin contestar, muchos datos que se ocultan y muchas inversiones y contratos que no son públicos ni transparentes. Algo falla en el sistema en el que estamos viviendo, donde los políticos se pelean y se echan la culpa mutuamente de las irresponsabilidades de uno y otro bando, donde escuchamos en el Congreso insultos, palabrotas, riñas de tú más, en un bochornoso espectáculo en el cual vemos como nuestros representantes solo buscan su estatus y quedar por encima del otro, sin importar para nada la pandemia, los problemas de la sociedad, el sufrimiento de miles de familias que tienen que ir a las filas del hambre, en un descontrol inaudito y patético. Es una vergüenza de cómo han gestionado todas las emergencias sanitarias. Ya se han olvidado de nuestros mayores que murieron encerrados en sus habitaciones por orden de los gestores de las residencias afectadas, solos, con miedo, con horror después de haber dado sus años para levantar un país herido por la Guerra Civil macabra de ambos bandos.

Ni uno solo de nuestros políticos ha dimitido por el caos y la falta de previsión, la falta de coordinación….todo se lo achacan al virus, ese mal bicho que nos ha caido, venga de donde venga ya que no está claro ni si quiera de donde ha venido y nos ha puesto en nuestro sitio, aunque para decir verdad, seguimos igual sin aprender nada y sin prepararnos para otras posibles pandemias climáticas que no cabe duda que llegaran y muy pronto.

Los informes de Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras han quedado olvidados en los despachos de los responsables del Ministerio del Interior y de Sanidad sin tomar ninguna acción contra el abandono y violación de los derechos humanos que se produjeron con VERGÜENZA en nuestro país, con miles de muertos abandonados, muriendo solos con miedo, sin saber que pasaba, encerrados en sus habitaciones, caídos en el suelo, sin consuelo, negándoles el socorro de ser trasladados a los hospitales. Seguramente que muchos de ellos murieron de miedo…no quiero ni imaginarme el sufrimiento que tuvieron que pasar y sin embargo, nadie ha sido por el momento llevado a los tribunales por homicidio involuntario, ningún representante que ordenó el no trasladar a los mayores a los hospitales han dimitido. Se ve que cuando se llega a tener un buen sillón pagado a costa del sacrificio del pueblo, la conciencia desaparece y haga lo que se haga, se envuelven en sus escudos rebosantes de aceite para escurrir amargamente sus responsabilidades.

Solamente con la denuncia realizada en los informes citados de Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras, se debería haber abiertos diligencias de oficio, intervenir todas las residencias afectadas donde ocurrieron uno de los mayores atropellos y violaciones de los derechos  humanos ocurrida en nuestro país desde la guerra civil. Pero claro, nadie ha sido responsable de este caos, solo es al virus al que hay que llevar ante los tribunales. Que farsa y que amargo es llegar al siglo XXI y comprobar que nada ha avanzado en nuestra sociedad “moderna”.

Pero aquí no acaba todo. Ahora, que ya lo sabíamos desde un principio, la OMS admite su lenta respuesta en el inicio de la pandemia “no debimos esperar”. Que gracia y se quedan tan anchos y aquí no ha pasado nada, hasta otra. Los Estados siguen callados siendo serviles a la OMS que por otro lado, el 80% de su financiación  es a cuenta de las farmacéuticas. Ni una sola crítica ha salido de la boca de nuestros gobernantes por la lentitud de la OMS. ¿Para qué nos sirve entonces? ¿Podemos fiarnos de ella cuando tampoco nadie ha dimitido por esta grave irresponsabilidad que ha puesto en jaque a toda la humanidad y siguen los mismos al frente de sus suculentos sillones? No comprendo cómo callan nuestros políticos o si, tal vez habría que indagar en muchas respuestas que nos ocultan y ocultarán.

Dos informes que revisan el trabajo de la OMS afirman su lentitud, pero la disculpan porque el mundo no estaba preparado para una amenaza de este tipo y encima el mismo informe dice       que “Si el mundo hubiera sabido en los primeros días de 2020 lo que ahora sabe, es probable que la OMS, muchos gobiernos y otros socios hubieran actuado de manera diferente”. Que gracia..¿Entonces para qué sirve la OMS si no es para prevenir y dar alertas internacionales? ¿Acaso no tienen cientos de asesores repartidos por todo el mundo? Inconcebible que nos vengan con esta disculpa infantil.

Por otro lado el exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) Robert Redfield considera que el virus SARS-Cov-2, causante de la pandemia, tuvo su origen en un laboratorio de Wuhan (China). No lo dice un Negacionista, ni tampoco un rebelde de la información, no es una noticia falsa, se trata de unos de los mayores expertos en el Control de las Enfermedades y que por ello ha estado de Presidente en dicho Organismo. Otras preguntas que quedan sin respuesta y como siempre tenemos la callada de nuestro Gobierno que juega a lavarse las manos junto con el resto de los gobiernos Autonómicos.

Pero claro…. ¿cómo responde el gobierno ante la situación caótica en la que se encuentra nuestro país como las colas del hambre aumentando, con miles de familias en paro todos sus miembros, con miles de personas con sus negocios cerrados, con la crisis económica que puede venirnos encima? Pues claro, muy sencillo, anunciando a Bruselas (no a los españoles) que va a poner impuestos en todas las autovías, carreteras y autopistas del país. El Ministro de Fomento anuncia que será simbólico,  un céntimo por kilómetro. Ya hay una iniciativa popular en contra. No le basta con lo que recoge de los carburantes, del impuesto de circulación, de las tasas de las matrículas, etc. No, claro…ellos en sus transportes oficiales no van a pagar nada. Si, ahora dicen que habrá que decidirlo en la tribuna parlamentaria, como que ese lugar es serio y respetado debido a las burlas y ataques ofensivos a diestro y siniestro.

Si a la sociedad le falta información en relación al caos de las residencias el año pasado donde se produjeron miles de homicidios involuntarios, ya hay un libro que se titula ni más ni menos: ¡VERGÚENZA!: EL ESCÁNDALO DE LAS RESIDENCIAS. En él, Manuel Rico, Director de Investigación de Infolibre, desvela, con datos oficiales inéditos, quienes se enriquecen con el cuidado de nuestros mayores y la desidia de las Administraciones para inspeccionar. Un volumen más para los tribunales de justicia. No lo olvidemos…..nosotros llegaremos también a ser mayores y puede que por circunstancias que sean, acabemos en una de estas residencias.

¿Llegaremos a saber la verdad de todo esto? ¿Llegaremos a saber cómo se realizaron todos los contratos precipitados para la obtención de material sanitario? ¿Llegaremos a saber algún día de donde ha procedido el virus? ¿Llegaremos a ver en los tribunales a los responsables de las más de 20.000 muertes en las residencias? ¿Llegaremos ver la dimisión de responsables políticos por su mala gestión? ¿Llegaremos a ver dimisiones en la sede de la OMS? ¿Podremos saber algún día que animal fue el huésped de la transmisión a los humanos? ¿Puede      que todo se haya debido a un escape de un laboratorio de Nivel máximo de seguridad?¿Qué impuestos deberemos soportar la sociedad por la pésima gestión de nuestros supuestos representantes políticos? ¿Sabremos en realidad cuantas personas han fallecido por los efectos secundarios de las vacunas que se han comercializado con suma rapidez? ¿Sabremos que más nos ocultan?

Dieciocho investigadores mundiales, expertos en el tratamiento de virus, afirman en la Revista Science que es posible que el virus saliese de un laboratorio por accidente. ¿Por qué no se quiere investigar esta posibilidad cada vez más factible? ¿Por qué se oculta y los gobiernos mantienen el silencio? Entre estos científicos figuran algunos investigadores que han encabezado el estudio mundial del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2. Entre ellos está la inmunóloga Akiko Iwasaki, de la Universidad estadounidense de Yale, y el doctor Marc Lipsitch, de la de Harvard.

Muchas preguntas  y pocas respuestas. El miedo ha paralizado las palabras y las culpas. El virus se lleva todas las respuestas y los políticos se lavan las manos sin vergüenza, dejándonos patéticas escenas en un Congreso donde más bien es un recreo de niños mal educados.