Por Laura Hernández García

La serie “Feminismos que humanizan” es una secuencia de entrevistas, en las que personas aplicadas a diferentes vertientes de la construcción de una salud integral, cuentan cómo el feminismo cambió su mirada, su forma de actuar y de concebir las prácticas en salud. Esta serie pretende traer reflexiones sobre género, feminismos y salud además de ser un espacio de reflexión y empoderamiento. Puedes leer la nota anterior aquí

Mariposa Blanca tiene 43 años y una hija. Es artista, vegana, abolicionista, anticapitalista. Defiende las causas del feminismo y transfeminismos y los DDHH de les niñes. Escribió el libro «El abrazo conjunto». Vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

REHUNO: ¿Te identificas con el feminismo?

Mariposa Blanca: Si me identifico con el feminismo. Y quiero poder vivirlo en mi vida cotidiana, ejercer los derechos que el feminismo me propone. Ya que al haber nacido con vulva y haber sido criada como mujer, se me condenó a un montón de violencias que están relacionadas con el machismo. El feminismo, es lo opuesto.

REHUNO: ¿Cómo conociste al feminismo?

Mariposa Blanca: Yo había escuchado hablar del feminismo. Pero como mucha gente, cargada de ignorancia, creía que el feminismo era lo contrario al machismo. En un tiempo, estuve en una relación sexoafectiva, en la cual no podía salir. Fuí víctima de violencia machista, de género. Esas violencias que ejercían sobre mi, estaban atravesadas por las adicciones, del alcohol y de la cocaína.

Entonces un día, alguien me entregó un folleto de una agrupación feminista. En el que ofrecían terapias grupales para mujeres que estaban en situación de violencia machista, en sus vínculos. Y ese folleto decía, que si había violencia no había amor. Ahí empecé a interiorizarme y me di cuenta que ser feminista era sacarse una gran venda de los ojos. Y pude observar que mi vida cambió completamente.

REHUNO: ¿Cómo ha transformado tu vida, el haber conocido al feminismo?

Mariposa Blanca: Dejé cosas que durante muchos años había vivido como mi responsabilidad o peor aún mi culpa, mi karma. Me di cuenta que el sistema había actuado sobre mí. De manera constante desde mi nacimiento. Y que eran violencias machistas, las que había padecido. Pero no las veía como tales, porque se me habían inculcado como naturales.

Cuando me di cuenta, me autodenomine feminista. Empecé todo un proceso de desalienización, que afortunadamente hizo que pudiera cortar con todo aquello. Pero no fue magia, pude ir cortando cadenas a través del conocimiento. Y fue el feminismo quien sembró en mí las ideas. La transformación de mi vida cotidiana ha sido absoluta.

Por eso tengo «la loca idea de que tengo derechos». Derecho a tener independencia emocional, intelectual, psicoemocional, económica, sexual. A decidir lo que quiero hacer de mi vida y poder vivirlo y que nadie puede avasallarme por mí fisicalidad, por mi cuerpo o por mi condición, por mi género ni por mis elecciones sexuales.

Había un montón de cosas que hacía antes que eran súper alienadas, que eran complicidad con el sistema. Fui dejando de hacerlas, de forma progresiva después de conocer lo que era el feminismo y le pegué como una patada al macho que me violentaba y pude armar una vida completamente diferente. Actualmente vivo en una casa con mi hija y no sufrimos ninguna de las violencias que vivíamos, todos los días, conviviendo con un hombre machista. Eso es un cambio drástico y súper positivo en el cual puedo plantearme una opción de vida superior a la opción de vida que iba a vivir sin ese conocimiento. Puedo trabajar, disfrutar mi vida y puedo permitirme tener una casa donde no haya violencia.

Desde hace cinco años que me autodenomino feminista. Mi visión y evolución profesional han cambiado muchísimo. Porque ahora creo en mí, en lo que hago, puedo vivir de lo que hago. Soy artista desde niña y nunca creía en mí. Ahora sí.

REHUNO:¿Cuáles crees podrían ser las vías de difusión de la mirada de los Feminismos?

Mariposa Blanca: Las vías de difusión de la mirada feminista, creo que «estos temas» tienen que estar en todos los medios de comunicación. Además todas las vías de expresiones artísticas, tienen que incluir la mirada feminista de la vida. Al igual que la difusión de las personas de los colectivos feministas y transfeministas.

La televisión, la radio, los periódicos, también las novelas, las canciones, las telenovelas, las series. Todo eso que es tan patriarcal, machista, misógino y transfóbico.

REHUNO: ¿Consideras que los feminismos son «cosas de mujeres»?

Mariposa Blanca: Es cuestión de personas no binarias, de género fluido. Mujeres cis, lesbianas, mujeres trans. Creo que la bandera, la palabra y la acción del feminismo y el transfeminismo, tenemos que llevarla adelante nosotres.

Las de-construcciones patriarcales y bajarse del machismo, es una cuestión de los hombres.

REHUNO: ¿Conoces el término sororidad?

Mariposa Blanca: Sí conozco el término. Me ha servido para poder entender que los feminismos y el transfeminismo no son un club de amigas. Los Feminismos son un posicionamiento político. Aunque esa persona no me caiga bien, no tiene que ser mi amiga, pero puedo contextualizar su vida y entenderla. Puedo intentar ayudar y acompañarla si lo necesita.

REHUNO: ¿Consideras que los medios de comunicación propician o no los valores de los Feminismos?

Mariposa Blanca: Hay muchos medios de comunicación que toman el tema. Pero es porque les da audiencia y no porque en su contenido tengan una visión feminista y transfeminista. Por ejemplo Clarín (periódico argentino), y otros tantos, escriben sobre feminismos, pero no tienen una mirada realmente feminista o transfeminista.

Es importante que haya capacitación para las personas que están en los medios de comunicación. Así podrán entender de que tratan los feminismos. Mucha gente ignora de qué se trata el patriarcado, qué es el machismo, la diferencia entre identidad de género, entre sexualidad, entre genitales. Ya que sin darse cuenta, tal vez, lo entienden desde una total captación del patriarco-capitalismo.

REHUNO: ¿En tu formación educativa, tuviste alguna asignatura vinculada a la temática?

Mariposa Blanca: Abandoné mi educación formal en el terciario. Y en esos años no tuve ninguna asignatura sobre la temática. Me dedique a cantar y bailar. Fue hace bastantes años, en época en la cual el feminismo o el transfeminismo eran algo realmente de minorías. Y me dedique a su lucha.

REHUNO: ¿Quisieras agregar algo que creas importante?

Mariposa Blanca: Yo creo que algo que es importante para el feminismo y el transfeminismo, como postura política, es difundir más profundamente la violencia sexual contra niñes y adolescentes como una temática que está completamente atravesada por el sistema patriarcal y capitalista. Y también la concientización que vienen haciendo las compañeras y compañeros, en todo el mundo, para bajarse del amor romántico. No te podría decir que es la deconstrucción del amor romántico, sino el cuestionamiento, el señalamiento del amor romántico. Es la necesidad de bajar o eliminar, de los medios de comunicación y de las expresiones artísticas al llamado «el amor romántico”.

REHUNO: ¿Podrías explicarnos más sobre esto último?

Mariposa Blanca: El amor romántico está lleno de propuestas violentas sobre cómo tienen que ser los vínculos sexoafectivos, sobre la violencia sexual contra niñes y adolescentes. En los últimos años aumentó la visibilidad pero falta mucho aún. Es ese uno de los espacios en donde más violencia se ejerce sobre las mujeres cis, sobre las mujeres trans, sobre las identidades «femeninas».

REHUNO: ¿Por qué dices que son los espacios donde más violencias hay?

Mariposa Blanca: Me cuesta mucho encuadrarlo dentro del femenino al estereotipo de la feminidad. Es nocivo para nosotras, ya que es esclavizante y cercenante. Pero es dentro de los vínculos afectivos desde donde muchas no salen, muchas terminan muertas. Porque la mayoría de los femicidios y trans feminicidios están en manos de las parejas o ex parejas de las víctimas. Considero sumamente importante seguir andando en el desentramando de esto para poder liberarnos y tener vínculos donde se nos respete y se nos valore.