Durante tres días a partir de mesas temáticas, talleres, exposiciones, intercambios y experiencias en la Sala de meditación del Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, educadoras y educadores de distintos países de Latinoamérica y Europa nos reunimos bajo el lema “Espiritualidad y afectividad para un Aprendizaje Intencional”. En este VI Encuentro Internacional “Hacia una Educación Humanizadora” organizado por la Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu) las conclusiones fueron:

Nos queda la certeza de que sin una experiencia espiritual profunda no hay posibilidad de transformación social real. La espiritualidad y la afectividad son importantes para humanizar más en todos los espacios que están siendo destruidos por este sistema inhumano. La espiritualidad es inherente al ser humano, no importa la religión, la creencia elegida o adquirida, porque lo espiritual vibra. Desde ahí podemos transformarnos y transformar. La transformación profunda y esencial apunta hacia allí. Sin un proceso de desenvolvimiento espiritual es muy difícil realizar una transformación social, eso implica estudiar y trabajar internamente para ir hacia otros que quieran andar en esta senda del cambio esencial.

Damos nacimiento entonces, a partir de lo compartido en este Encuentro, a la sexta llave del Aprendizaje Intencional: “Aprendizaje y Espiritualidad”.

Entendemos que la propuesta del Paradigma del Aprendizaje Intencional surge desde una inspiración, y hoy esa inspiración ha prendido en otros. En ese sentido es sumamente valioso recuperar para nosotros y para transmitir a otros esas inspiraciones, llevar las inspiraciones al mundo, porque se generan cadenas que llegan mucho más allá de lo que uno imaginó cuando se puso en marcha.

Vinimos a este Encuentro profesores de religión, de matemática, de historia, de distintas disciplinas; esa aplicación de la vocación nos da los espacios para implementar lo que aquí hemos aprendido. Para poder brindarlo a las nuevas generaciones que son los que tanto lo necesitan en este momento. Esos jóvenes y niños que a veces son tildados de inquietos desde el sistema educativo establecido y erróneamente medicados para calmarse. Pero nosotros como educadoras y educadores también tenemos que cambiar en profundidad, para facilitarles las herramientas y ámbitos que necesitan, en este mundo tan convulsionado.

Destacamos de este Encuentro la diversidad personal y cultural, por los múltiples intereses, los modelos, las formas; porque vemos que lo importante es la particularidad de cada quien, aportando su diversidad. Porque resaltar lo humano es lo valioso, más allá de la particular creencia. Nos mantiene la perseverancia entre aquellos que compartimos este proyecto. Porque cuando perseveramos, puede tardar, pero si somos flexibles en la mirada, a veces pensamos que “con este no es” y suele ser al contrario. A veces ese que parece que no es, puede ser que de pronto pueda sacar todo y dar mucho en este proyecto hacia una Educación Humanizadora.

Nos vamos con la certeza de que tenemos mucho por estudiar, por aprender, además de lo experiencial y la práctica. Si no somos capaces de estudiar, para luego transmitir a otros, no lo vamos a poder llevar a la práctica. Tenemos que profundizar y trabajar mucho, porque sin Trabajo, sin estudio y sin fortalecer el conocimiento y el saber nos es más difícil contagiar. Entonces  necesitamos profundizar cada vez más este fundamento teórico.

En nuestra acción educativa diaria estamos permanentemente en contacto con el modelo educativo instalado, de estandarización, competencia, mercado. Lo duro de eso es que no solo está  instalado como ley, normativa, sino como sentido común. Tenemos que hacer todo nuestro esfuerzo, poner nuestra intención en cambiar ese sentido común. Y ahí es donde tenemos un tremendo trabajo, en desarmar ese sentido común instalado tan de la cabeza para arriba.

Haber estado sentados con esta diversidad nos enriqueció, aquí hay una evidencia maravillosa de lo que aspiramos a construir. El paisaje, el lugar, las montañas, lo que pasa acá, más allá de las actividades, este mirarse, este verse con otros, es un ejercicio maravilloso que uno debe mantener cuando llega a la vida cotidiana, ahí está la cosa dura, cuando nos insertamos en distintos ámbitos como lo político o lo institucional y son esos espacios tan violentos, donde luchamos con los incoherentes, con los que promueven la destrucción, donde están los gestores del antihumanismo. Cada día tenemos que hacer trabajo interno para enfrentarlo, entonces contar con estos Encuentros de intercambio es sumamente necesario para fortalecernos. Corrernos de ese egocentrismo que propone el sistema establecido y pensar en un “Ecocentrismo”, donde priman los ecosistemas y avanzamos en conjunto.

Es así que proponemos generar un espacio educativo latinoamericano, con referentes, con quienes estén en espacios de decisión e influencia, sumamente nutridos en lo intelectual y en lo emocional con la propuesta de la Copehu. Nos interpelamos también a construir la Copehu en cada lugar donde estamos, como sucedió este año pasado en distintas ciudades y espacios educativos.

Lo que nos une fundamentalmente -más allá de ser partícipes cada uno de un determinado movimiento o no- es que esta propuesta tiene que ver con el ser humano y con la espiritualidad. No nos sentimos solos, porque hay una gran fuerza universal que está gestándose por distintos lugares, con una fuerte intencionalidad, que a través de la espiritualidad vamos a poder transformar el mundo. Hay mucha gente en esto, no somos pocos los que estamos de este lado, de la coherencia y de las buenas acciones.

Nos sigue sorprendiendo Silo, seguimos aprendiendo de su enseñanza, sentimos que no es alguien de este tiempo, a veces un incomprendido, que siempre nos marca un camino. Reafirmamos también entonces que es el compromiso con la Luz lo que nos permite hablar de responsabilidad y dirección, como ha dicho el Maestro Silo. Desde ese emplazamiento podemos hacer cosas potentes. Si renovamos cada día el compromiso con esa Luz nos mantendremos direccionados en este camino.

Los momentos que compartimos, con tanta calidez, con tan inspiradores intercambios y con esas experiencias llenas de sentidos, nos da una gran esperanza del futuro que estamos construyendo. Sentimos que está lleno de sentido ese futuro con la Copehu, y esto se está poniendo muy interesante. Porque somos continuadores de aquellos seres humanos que vienen construyendo hace miles de años atrás. Desde el momento cuando el hombre conecta con el fuego afuera, se producen miles de cosas adentro también. Empieza una historia donde millones de seres humanos continúan, y somos continuadores, y ojala luego estén aquí nuestros hijos.

El propósito desde los inicios de la Copehu tiene que ver con poner en marcha los ámbitos, para la infinita evolución, para que el ser humano sepa que es posible despertar la Conciencia, es posible la transformación interna y social, eso nos renueva la fe en el ser humano y en nuestro destino. Que la Copehu resuene cada vez más en los corazones y en numerosos espacios educativos es un indicador de que vamos bien. Hay educadores de distintas latitudes que estamos en la dirección de una educación humanizadora, transformadora y liberadora, eso es muy esperanzador.

Sabemos que aún muchas personas desconocen este movimiento, podemos compartir con otras personas lo que estamos experimentando en estos encuentros.  Nos vamos felices y con mucha afectividad para poder compartir. La palabra es entonces “agradecimiento”. A todos y cada uno, por permitirnos confluir, integrar y conectar.

En estos encuentros renovamos la fe en nuestra Misión humanizadora, somos continuadores, eso es extraordinario, somos constructores y tenemos mucho por hacer. Se vendrá entonces el 2019, un año especial porque se cumplen los 50 años del surgimiento del siloísmo ¡Aquí estaremos una vez más!

 

Corriente Pedagógica Humanista Universalista – 14 de enero de 2018, Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas

Fotos: Maribel Nuñez, David Mellinas, César Huapaya, Iván Novotny