Entrevistamos a Gloria Mujica, candidata humanista al Senado por la Región de la Araucanía, intentando profundizar en uno de los mayores conflictos que tiene actualmente Chile. Todos hablan del conflicto mapuche, el Subsecretario de Interior mismo estuvo enredado en ello y nadie sabe cómo va a seguir adelante el problema judicial que afecta a los comuneros que estuvieron en huelga de hambre por tanto tiempo. Hay violencia en la zona y no es sólo la reciente, esto se viene arrastrando desde hace demasiado tiempo. ¿Cuál es tu mirada sobre este conflicto y el proceso que desde hace tanto viene dándose?

Gloria Mujica: Las causas de este mal llamado “conflicto mapuche” hay que buscarlas en la raíz, en los orígenes de la formación de los estados nacionales, tanto chileno como argentino. En el intento de tergiversar los hechos acontecidos, se fue contando una historia fragmentada, -cuando no simplemente negada-, que ha hecho de Chile un país que niega a su propia madre, que no reconoce de dónde viene, que vive adulando lo extranjero europeo, sin darse cuenta de la profunda riqueza de una cosmovisión equilibrada y en armonía con el entorno, con otros seres humanos y con el universo, cuyas costumbres y tradiciones estaban dotadas de sentido, donde la palabra dada no necesitaba de papeles para ser respetada, donde se extraía de la naturaleza sólo lo necesario para la subsistencia y el küme mongen (buena vida) de su gente.

Piensa que en 1825, o sea, a 15 años de la independencia de Chile, se vivió un encuentro Histórico, el Parlamento de Trapihue (zona de ajíes), el cual quedó consignado en un Documento de acuerdo entre el Estado Chileno y el Pueblo Mapuche, con el Bio-bio como una frontera natural. Recordemos solamente el Artículo 19: El chileno que pase a robar a la tierra y sea aprehendido, será castigado por el cacique bajo cuyo poder cayera. Así como lo será con arreglo a las leyes del país, el “natural” que se pillase. Este tratado nunca fue anulado.

Sin embargo se va ejecutando –desde esa mirada de la supremacía blanca (civilización versus salvaje, la urbe versus el campo)-, la anexión del Pueblo Mapuche, con un plan de asimilación, de aculturización a través de las instituciones religiosas, a través de la burocracia y las leyes, -con las famosas corridas de cercos-, para luego y ya directamente en forma violenta, con la radicación del pueblo mapuche en los llamados “reductos” a través de la “pacificación de la Araucanía”.

Y a partir de la dictadura militar de 1973 se hizo más evidente la represión y el despojo de las tierras en el Wallmapu con la instalación de las madereras y la mega agricultura, ya que no sólo se le continúan quitando sus tierras sino que se va desertificando la tierra y ocasionando mayor pobreza.

Pressenza: ¿Cómo se resuelven, a tu ver, tensiones tan profundas, temas tan arrastrados y que para la modernidad resultan tan complejos?

Gloria Mujica: Primero, me parece que comenzar por reconocer que aquí existía un pueblo, una nación mapuche antes que la República de Chile, -es un primer paso-, y reconocerlo significa, no sólo pedir perdón, sino que realizar actos, acciones en pro de ir logrando acuerdos en paridad. Exigir la no aplicación de la ley antiterrorista y la desmilitarizacion de las comunidades. El reconocimiento a los pueblos originarios tiene que ser en los hechos, en base a los tratados internacionales, (que se firman, pero quedan durmiendo, no se ejecutan), el reconocimiento de su idioma, el mapudungun, el respeto por sus autoridades ancestrales y su forma de organizarse. Crear espacios para que fortalezcan su propia medicina, lo que conlleva además el recuperar territorios colectivos, por la reforestación de sus bosques nativos, de sus “menokos” (origen del agua) y no sólo unos pocos títulos de merced individuales.

Pressenza: Si se quisiera al menos avanzar un primer paso, si hubiese voluntad política, ¿qué propondrías hacer?

Gloria Mujica: Creemos en el diálogo entre pares, y con las condiciones del diálogo sobre la mesa, teniendo en cuenta de dónde se viene, cómo se ha llegado a esta situación, con bondad, con rectitud, con sabiduría. Mientras no se reconozca que aquí hubo un pueblo colonizador apropiándose de un territorio que ya estaba poblado, con lengua, costumbres, con una forma de economía (Trafkintu), autoridades, organización, etc., no hay diálogo de verdad. Reiterado esto, proponemos que se realicen Parlamentos (Koyang), a la usanza de la Nación que fue subyugada; todos los parlamentos que sean necesarios para ir acercando miradas y puntos en común. Un mal ejemplo de esto es la práctica de las mineras, que invierten mucho tiempo y dinero para ir convenciendo a los habitantes que van a perjudicar, hasta lograr los permisos para destruir y contaminar un hábitat. ¿Quién dice que para lograr un buen propósito no se requiere tiempo y dedicación?

Sabemos que para una mirada pragmática, puede parecer poco “efectiva” dicha proposición, pero creemos que para cambiar paradigmas hay que hacer lo posible para ampliar la mirada, la convergencia desde la diversidad enriquece, profundiza las relaciones humanas, y es la vía para que dos pueblos se encuentren desde sus propias vivencias para reconciliarse avanzando en construcción de futuro.

Pressenza: Tú vas de candidata al Senado justamente en la zona del conflicto y resultas ser la figura que aporta mayormente esa mirada reconciliadora ¿qué posibilidades hay de que resultes electa? ¿De qué depende?

Gloria Mujica: Yo sé del sufrimiento y la pobreza a la que ha sido sometido el pueblo mapuche, desde su colonización, pero también sé de su fuerza, de su armonía con la “mapu”, de su alegría de vivir, entonces aspiro a ser un nexo, un puente para trabajar en conjunto en la recuperación de su propia valía, de sus creencias, por la dignidad de toda vida en el Wallmapu.

Y sabemos que en este mundo actual que nos ha tocado vivir, se ve difícil resultar electa, porque el poder va de la mano del dios dinero, y los que se adueñaron del Wallmapu, del territorio mapuche, son los actuales dueños de las empresas forestales, de la agroindustria, de las salmoneras, por tanto han impuesto una mirada de “desarrollo” económico que los hace aparecer como los benefactores del “pueblo”, del “campesinado pobre”. Sin embargo, es justamente en las comunas en las que están emplazadas las forestales, donde existe mayor pobreza. Estos son los paradigmas que tenemos que derribar, lograr que las grandes mayorías, que la gente común y corriente como cualquier ser humano, vuelva a tener fe en sí mismo y en sus vecinos, a verse, en conjunto con otros, haciéndose cargo de su propia vida y de su destino.

Pressenza: Pero eres mujer y ese no es un dato menor en un país que se estremece ante la palabra feminismo, que recurre al Tribunal Constitucional para reponer el aborto solamente en 3 causales, que sigue discriminando en todas las áreas a las mujeres… ¿Crees que es posible que como sociedad avancemos hacia un trato más paritario? Cuál es tu mirada sobre el tema.

Gloria Mujica: Justamente en estos momentos en que se ve violencia por todas partes, donde las desigualdades económicas, de clases y de oportunidades son cada vez más evidentes, es evidente lo necesario que resulta poner una mirada desde lo femenino en las actitudes y acciones, en la planificación y construcción del mundo que está por nacer. Es esta disparidad entre lo masculino y lo femenino, esta desventaja en una mirada que se ha hecho ver como “frágil”, “débil”, una de las causas del “canibalismo” existente en esta sociedad actual. Nos alegramos eso sí de ver cómo -sobre todo las nuevas generaciones- van armando relaciones de paridad, de respeto entre todos los sexos. Es un buen indicador del mundo que está naciendo.

Pressenza: ¿Qué otros temas te motivan, a qué más darías impulso, qué proyectos quisieras llevar adelante desde el Senado de la República?

Gloria Mujica: Creo en la Educación Popular, en abrir espacios, en crear ámbitos donde los jóvenes y las mujeres tengan la oportunidad de auto-educarse, creo en las “universidades” libres, donde la gente pueda descubrir sus habilidades, las desarrolle y las ponga al servicio de sus comunidades, de su entorno. Mi aspiración es a que las leyes que impulsemos sean respuestas a las más profundas aspiraciones de la gente, que sirvan para auto-regular las relaciones humanas, no para poner camisas de fuerza.

Será por empatía, será por su calidez tan especial, lo cierto es que terminamos esta entrevista deseando muy profundamente que mujeres como Gloria puedan llegar a los espacios de poder, desde donde desplieguen las intenciones de las que hablamos.