Las autoridades de Burundi boicotearon el lanzamiento oficial de la misión enviada por las Naciones Unidas para monitorear las elecciones parlamentarias de mayo y las presidenciales del mes siguiente. El envío de la misión, que lleva las siglas MENUB, fue decido en febrero “por pedido del gobierno de Burundi”, dice un comunicado.

Las autoridades de Buyumbura hablan de “problemas técnicos”, cuestionando el mandato de la misión. A su parecer, los enviados de la ONU no tendrían autoridad para certificar el recuetno de los votos, competencia exclusiva de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI). “Habíamos pedido una misión de observación de las elecciones, no una de validación”, explicó el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Daniel Kabuto.

Por su parte, el ex-presidente de las Mauricio Cassam Uteem, que encabeza la MENUB, recordó que estas elecciones se producen “en un momento crucial de la historia de Burundi y es nuestro deber asegurarnos de que se lleven a cabo de manera transparente y pacífica”. Entre 1993 y el 2006 el país sufrió una guerra civil, que había llevado al despliegue de una misión de la ONU.

La oficina de las Naciones Unidas en Burundi fue cerrada a mediados de diciembre del 2014, a pesar de los pedidos de la sociedad civil. Pocos meses antes los funcionarios de la ONU habían entrado en conflicto con el gobierno de Burundi por un informe en el que denunciaban la distribución de armas a los partidarios del presidente Pierre Nkurunziza en vista de las elecciones. Nkurunziza, que está concluyendo su segundo mandato, tendría también intenciones de volver a presentar su candidatura, pese al rechazo de la oposición.

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