Por Tierra Viva TV

“El Estado no cumplió la sentencia que le impuso la Corte Interamericana por la violación de nuestros derechos, ahora nosotros vamos a hacer que se cumpla lo que dice la Ley”

Leonardo González, miembro de Sawhoyamaxa

… La Espera de toda una comunidad que vivió en la ruta terminó

 Sawhoyamaxa una comunidad Enxet Sur que fue despojada de su tierra y que ahora recuperó su territorio.

Por más de 20 años vivieron al costado en una ruta chaqueña, en el kilómetro 370 de la vía que une las localidades de Pozo Colorado y Concepción, Departamento de Boquerón, Chaco.

Sin dejar de lado su dignidad como indígenas, las más de 100 familias que conforman esta comunidad recurrieron en los últimos 20 años a todas las instancias judiciales y políticas de nuestro país para reivindicar sus derechos, en especial a la tierra, a la vida.

Desde inicios de la década de los 90´los líderes de Sawhoyamaxa recurrieron a todas las dependencias burocráticas del Estado Paraguayo y la respuesta fue siempre la misma: No hay tierra para la comunidad.

Después del rechazo de dos pedidos de expropiación de las 14.404 hectáreas (Los parlamentarios paraguayos primero rechazaron el pedido presentado en el año la 1997 y la segunda vez fue en el 2000) la comunidad recurrió ante las instancias internacionales.

Los indígenas se dieron cuenta que en el Paraguay era mayor el derecho de un empresario ganadero, que el derecho de toda una comunidad y que a pesar de tener la Ley a favor siempre se toparon con el poder político y económico de Heribert Roedel, un ciudadano alemán procesado por estafa en su país de origen y que ahora aparece en el Paraguay como un exitoso empresario. Roedel tiene actualmente en sus manos el título de propiedad de las tierras indígenas.

En el 2006 la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentó al Paraguay en el banquillo de los acusados y tras entender, con pruebas fehacientes, que los derechos de los miembros de Sawhoyamaxa fueron violados, condenó al Estado. El máximo tribunal de las Américas en materia de Derechos Humanos dispuso en su sentencia, entre otras cosas, que en un plazo no mayor a los tres años el Estado paraguayo debía devolver sus tierras ancestrales a la comunidad.

El viernes próximo se cumplirán siete años en que fue dictado el fallo judicial y el Estado, por el que han pasado tres administraciones de gobiernos diferentes en ese mismo período de tiempo, sigue sin resolver el caso. Ante esta situación los hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas de Sawhoyamaxa decidieron, en forma pacífica pero con firmeza, recuperar su tierra.

“Estamos felices en nuestra tierra y de acá no vamos a salir más” decía Carlos Marecos, líder de la comunidad, quien con su gente decidió recuperar pacíficamente su tierra; esa tierra permeada por la esperanza y por la lucha de los Enxet sur de Sawhoyamaxa.