PARÍS – La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hizo un nuevo llamado a los países para que promuevan la educación multilingüe, al conmemorarse este martes 21 el Día Internacional de la Lengua Materna.

Su directora general, Audrey Azoulay, dijo que “para ayudar a combatir la actual crisis mundial del aprendizaje, preservando al mismo tiempo la diversidad lingüística, la Unesco insta a los gobiernos a que adopten la educación plurilingüe, basada en la lengua materna, desde los primeros años de escolarización”.

“Sabemos que funciona: hay pruebas empíricas que demuestran que ayuda a los niños a aprender”, agregó Azoulay.

La base de datos sobre la desigualdad en la educación, de la Unesco, muestra que, a escala mundial, los niños a los que se enseña en una lengua que hablan en casa tienen 30% más de probabilidades de leer comprendiendo lo que leen al final de la enseñanza primaria que los que no hablan la lengua de instrucción.

También está demostrado que la enseñanza en la primera lengua o lengua materna mejora las aptitudes sociales de los niños.

La Unesco hizo un llamado especial a la comunidad internacional para que apoye a los Estados africanos en sus acciones encaminadas a desarrollar el aprendizaje multilingüe.

África es el continente con mayor diversidad lingüística, pues se hablan hasta 2000 lenguas diferentes.

Un reciente informe de la Unesco, “Born To Learn (Nacidos para aprender)” muestra que solo uno de cada cinco niños recibe enseñanza en su lengua materna en África.

Eso va en detrimento de los resultados del aprendizaje en el continente, donde también solo uno de cada cinco alumnos domina los rudimentos de la lectura, la escritura y las matemáticas, incluso después de terminar la enseñanza primaria.

La Unesco destaca el éxito de Mozambique, una antigua colonia portuguesa, que recientemente ha ampliado la enseñanza bilingüe a 25 % de las escuelas, con un nuevo plan de estudios para la formación de docentes.

Los niños que estudian en esas escuelas obtienen unos resultados en lectura y matemáticas básicas 15 % superiores a los de los que estudian en la monolingüe.

Para que ese éxito se extienda a todo el continente, la comunidad internacional debe movilizar más fondos para que los países africanos inviertan en este ámbito, destacó el llamado de la Unesco.

La organización también recordó la importancia de salvaguardar las lenguas indígenas, pues al menos 40% de las más de 6700 lenguas que se hablan en el mundo están amenazadas de extinción, debido a la falta de hablantes.

Según sus estudios, cada dos semanas en promedio desaparece por falta de hablantes una lengua en el mundo y, con ella se extinguen conocimientos, cultura, tradiciones, memoria y modalidades únicas de pensamiento y expresión.

La Unesco lidera el Decenio de las Lenguas Indígenas 2022-2032, un plan de acción para llamar la atención del mundo sobre la crítica pérdida de lenguas indígenas y la urgente necesidad de preservarlas, revitalizarlas y celebrarlas.

También el relator especial de las Naciones Unidas sobre cuestiones de las minorías, el canadiense Fernand de Varennes, sostuvo que los Estados deben ser más inclusivos en el tratamiento y uso de las lenguas maternas e indígenas.

Afirmó que una de las formas más efectivas de empoderar a las minorías y los pueblos indígenas es garantizar el uso de su idioma en la educación, y brindar servicios públicos y oportunidades de empleo en esas lenguas.

Criticó la reducción y, en algunos casos, la exclusión de la educación en lenguas minoritarias e indígenas, calificándolas como “disposiciones discriminatorias y poco disimuladas para asimilar a las minorías y los pueblos originarios”.

Insistió en la necesidad de que los Estados inviertan en el desarrollo de materiales didácticos, la formación de docentes y la promoción de las lenguas maternas, como medio de instrucción para garantizar la igualdad y la no discriminación.

El Día Internacional de la Lengua Materna conmemora, desde 1999, que el 21 de febrero de febrero de 1952 tres estudiantes en Bangladesh, en ese entonces Pakistán Oriental, murieron abaleados por la policía en medio de una manifestación que reclamaba la adopción de su lengua, el bengalí, como un idioma oficial del país.

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