Desde la Red Humanista de Noticias de Salud REHUNO Salud ponemos en marcha un lugar de intercambio donde encontramos una nueva mirada sobre la vida cotidiana basada en una psicología experiencial y existencial (la Psicología del Nuevo Humanismo), y que da unas propuestas concretas de trabajo personal para llegar a un sentido pleno de nuestra existencia y a una vida libre de sufrimientos innecesarios. No es, por tanto, una psicología terapéutica ni que trate sobre ninguna patología, sino que va dirigida a cualquier persona que quiera comprenderse a sí misma y tener herramientas, si así lo desea, para iniciar un cambio positivo en su vida. El bienestar psicológico es sin duda una de las bases de la salud integral, por ello es un aspecto al que hay que atender.

Te invitamos a poner en práctica estas propuestas y también a que te comuniques con nosotros y nos cuentes tu experiencia. ¡Escríbenos!

Por Jordi Jiménez

Diariamente utilizamos el mecanismo de agradecimiento en múltiples ocasiones. Por ejemplo, damos las gracias a otros en distintas situaciones cotidianas, desde laborales hasta familiares. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones este «gracias» se da de manera mecánica, como una costumbre social más, como un formalismo. No nos detenemos a conectar con un registro de agradecimiento más profundo y, en muchas de esas situaciones, seguramente no es necesario ir más allá.

Lo que proponemos hoy en nuestra sección es otra cosa: realizar una breve experiencia de agradecimiento sintiendo con intensidad ese registro positivo para guardarlo en nosotros y para que se vaya acumulando. En otro artículo veremos la importancia de haber acumulado esas experiencias de agradecimiento.

La práctica es la siguiente: cuando hayamos vivido una situación positiva, de alegría, de gran coherencia o nos sintamos libres, felices o completos, en ese momento hacemos una parada, nos concentramos en esos registros y agradecemos en nuestro interior, sintiendo con claridad esa sensación de agradecimiento. Bastan unos breves momentos de silencio para hacer consciente la experiencia. Sencillamente agradezco en mi interior, poniendo toda mi atención en ello.

Si esta experiencia ha sido intensa, su influjo cálido y suave continuará por un tiempo, igual que esos sueños que nos dejan un sabor particular después de despertarnos. Si nos predisponemos para agradecer todas aquellas situaciones diarias que nos hacen sentir bien, iremos observando con el tiempo que, efectivamente, esos registros de calidez y suave alegría nos van acompañando cada vez más, que su influencia se alarga en el tiempo. Y tal vez observaremos que, incluso en las situaciones difíciles que se van presentando en la vida cotidiana, empezaremos a dar respuestas un tanto diferentes, más calmadas, más comprensivas, más positivas; veremos que esas dificultades empiezan a empequeñecerse y que las relaciones con los demás son más positivas. La experiencia del agradecimiento acumulada en nosotros estará actuando, aunque no nos demos cuenta, produciendo cambios en nuestro interior que se verán reflejados en la vida diaria.

Estos cambios se van dando si se mantiene ese contacto diario o casi a diario con los registros del agradecimiento. Sólo requiere estar en predisposición para ello. Al principio puede hacerse varias veces al día, incluso aunque no nos ocurra nada especial podemos agradecer cualquier situación por cotidiana que parezca. A medida que se va notando la influencia del agradecimiento se puede hacer la experiencia una vez al día o cada dos días, pero esto dependerá de cada persona, ya que no hay ninguna regla o parámetro común. Cada uno tiene que ver cuánto y hasta cuándo en función de lo que vaya sintiendo y experimentando.

El hecho de estar predispuesto cotidianamente para el agradecimiento también modifica la mirada que tenemos sobre las cosas. Si vamos a agradecer cualquier situación de la vida diaria, por rutinaria que sea, tendremos que verla de manera positiva. Por ejemplo, estoy desayunando en la calle mientras escribo estas líneas, la gente del barrio camina a mi alrededor ocupada en sus quehaceres diarios mientras las tiendas empiezan a abrir sus puertas. Entonces, tengo una sensación como de equilibrio, de vida, de cierta calma, de que todo está bien. Así que agradezco este momento en el que puedo estar aquí contando a otros estas experiencias, agradezco profundamente este momento magnífico.

Estas miradas y estas sensaciones son, por supuesto, totalmente subjetivas, son miradas internas que uno proyecta sobre un paisaje humano determinado y pueden ser muy diferentes y variables (en otro momento hablaremos de miradas y paisajes). Puedo mirar esa misma situación como algo sin importancia, rutinario y que no tiene nada de especial; o incluso puedo llegar a tener sensaciones negativas o pesimistas de esa escena. Nada de ello es «real» sino distintas miradas sobre un mismo paisaje. Nosotros desde aquí os proponemos una mirada optimista, positiva y agradecida de ese paisaje en el que estamos. Seguro que ello nos hará mucho bien.

REHUNO Salud