Desde la Red Humanista de Noticias de Salud REHUNO Salud ponemos en marcha un lugar de intercambio donde encontramos una nueva mirada sobre la vida cotidiana basada en una psicología experiencial y existencial (la Psicología del Nuevo Humanismo), y que da unas propuestas concretas de trabajo personal para llegar a un sentido pleno de nuestra existencia y a una vida libre de sufrimientos innecesarios. No es, por tanto, una psicología terapéutica ni que trate sobre ninguna patología, sino que va dirigida a cualquier persona que quiera comprenderse a sí misma y tener herramientas, si así lo desea, para iniciar un cambio positivo en su vida. El bienestar psicológico es sin duda una de las bases de la salud integral, por ello es un aspecto al que hay que atender.

Te invitamos a poner en práctica estas propuestas y también a que te comuniques con nosotros y nos cuentes tu experiencia. ¡Escríbenos!

Por Jordi Jiménez

Seguimos con la serie iniciada en el artículo anterior y os presentamos otros 4 principios que sirven como referencias en la búsqueda de una vida coherente, o lo que es lo mismo, en la búsqueda de la felicidad.

  1. Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones (principio de conformidad)

Normalmente las situaciones difíciles hacen que deseemos compensatoriamente su antagónica. Por ejemplo, si estamos sufriendo un calor excesivo tendemos a pensar y a desear el frío del invierno, pero cuando llegan los rigores invernales añoramos el calorcito estival. En los dos casos está funcionando la compensación, pero no por ello se supera la contradicción. Sin embargo, si alguien cree que su vida tiene un sentido mayor que está por encima de las circunstancias pasajeras y que ese propósito es aprender sin límite y descubrir el hilo de la unidad, tenderá a ver todo lo que le sucede como una oportunidad de aprendizaje y perfeccionamiento en esa dirección. Por tanto, las dificultades no serán eludidas compensatoriamente, sino que se descubrirá en ellas una clave más en ese aprendizaje. El frío y el calor serán útiles a mi propósito, las dificultades serán útiles a mi camino, ya que todo ello me estará enseñando algo. Si consigo verlo y sentirlo así, habré avanzado en la búsqueda de la coherencia.

  1. Si persigues el placer te encadenas al sufrimiento, pero en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente (principio del placer)

Hay varias puntualizaciones a hacer con este principio. Por un lado, perseguir el placer no es lo mismo que disfrutarlo cuando se presenta. Esto ha provocado grandes confusiones en las religiones y en los códigos culturales que derivaron de ellas. Perseguir el placer, o cualquier otra cosa en realidad, surge de una tensión posesiva (otro día hablaremos de este tema) y provoca encadenamiento y contradicción. Así que antiguamente se pensó que había que evitar todo tipo de placeres, ya que ellos nos encadenaban. Pero no es el placer en sí mismo el que provoca contradicción, sino el hecho de perseguirlo posesivamente. Hay una gran diferencia. En el siguiente principio le damos otra vuelta al tema de perseguir cosas.

Así que esa es otra puntualización: cuando nos encontramos con una situación placentera, cuando surge o se presenta de forma natural, es totalmente coherente disfrutar de ese placer y sentirlo tal como viene. A eso se refiere lo de “gozar sin inhibición cuando la oportunidad se presente”. Y aquí lo de “sin inhibición” es lo que invita a romper con morales antiguas que no entendieron aquella diferencia, o bien que deformaron con el tiempo las enseñanzas originales debido a intereses ajenos a la liberación de la conciencia. Disfrutar del placer sin inhibición y, además, hacerlo sin problemas de conciencia, que al final también nos dejarían un registro de contradicción. Sin inhibición y sin cuestionamiento… cuando se presenta.

Otro tema para tener en cuenta es que hay situaciones en las que sí hay que inhibir el disfrute del placer, aunque se presente por sí solo, y esas son la que perjudican la propia salud. Si para sentir placer destruimos o deterioramos el cuerpo con actividades nocivas (por ejemplo, con sustancias o con actividades de riesgo) estamos cayendo en una nueva contradicción que hace que salud y placer se opongan, vayan en direcciones opuestas. 

Y, por último, hay que señalar que, aunque en este principio no se mencione, es obvio que cualquier actividad que suponga un maltrato o un dolor para otros, por muy placentera que parezca, también debe ser ignorada por las graves contradicciones que provocaría en uno y, desde luego, por el sufrimiento que provocaría en otros. Estos principios no pueden ser tratados aisladamente, sin tener en cuenta los demás.

 

  1. Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas (principio de la acción inmediata)

Volvemos al tema de la persecución, pero ahora aplicado a cualquier objeto. Aquí no se dice que no pueda haber objetivos o fines en nuestras actividades, ya que sin ello no podríamos avanzar o lo haríamos de manera errante o caótica. Se quiere decir que dada una finalidad podemos obtener múltiples aprendizajes de todos los pasos intermedios que hay que dar para alcanzar tal objetivo. Es decir, la meta es importante, pero el camino que se recorre lo es igualmente. Perseguir el fin es olvidarse del camino a recorrer, es cegarse con el resultado, es desear posesivamente llegar a esa meta a cualquier precio y sembrar el camino hasta ella de contradicciones y de sufrimientos innecesarios. Hacer todo como si fuera un fin en sí mismo es encontrar un regalo en cada paso que se da, encontrar una enseñanza, encontrar el sentido que hay en cada momento de ese camino. Si sentimos que todo lo que hacemos tiene un sentido dentro de un propósito mayor, nos liberamos.

  1. Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quieras resolverlos (principio de la acción comprendida)

Este es un principio muy simpático ya que tiene un carácter, digamos, contra-intuitivo. Hay que decir que un conflicto no desaparece precisamente cuando se quiere resolver, tiene su polémica. Sin embargo, es lo que ocurre habitualmente. Casi todos nosotros ante una situación difícil o conflictiva, movidos por nuestra ansiedad, tendemos a lanzarnos a solucionar tal situación sin comprenderla bien ni en profundidad. Con tal improvisación, lo que conseguimos es empeorar las cosas y seguir dando palos de ciego en una cadena donde el conflicto se hace interminable. El principio lo que hace es invitarnos a comprender las situaciones en su raíz. Ver cómo se ha llegado hasta ahí (su proceso), ver con qué está conectado (sus relaciones) y ver qué elementos están participando en ella (su compositiva). Con un buen mapa de la situación, las soluciones se harán más evidentes.

Y hasta aquí la segunda serie de los principios. En el próximo artículo explicaremos los 4 últimos para dar así por acabado este tema.

Si quieres debatir sobre el tema puedes escribirnos a rehuno.salud@gmail.com