Carlos Alberto Doria, doctor en sociología por la UNICAMP y becario postdoctoral en la misma universidad especializado en sociología de la alimentación, habló con Pressenza sobre el Movimiento Banquetaço, un movimiento de activismo alimentario.

– ¿Cuándo y cómo apareció el movimiento Banquetazo?

– El Banquetazo surgió a partir de la indignación general frente a un plan propuesto por la alcaldía de la ciudad de São Paulo a través del cual el alcalde João Dória (PSDB) anunció un programa de alimentos hecho a partir del reciclaje de alimentos, un «salvado» que él llamó «gránulos nutricionales ultraprocesados», a finales de 2017. Se trató de una fuerte articulación del gobierno municipal apoyado por Syngenta y por el Arzobispo Metropolitano de São Paulo, todos articulados con el proyecto para el destino final de los residuos sólidos.

Y ante la indignación, se creó un banquete de forma voluntaria, que contó con nutricionistas, activistas, la comunidad cristiana, educadores, ecologistas, ambientalistas y comerciantes. El 16 de noviembre, frente al Teatro Municipal de São Paulo, se sirvieron dos mil platos para personas en situación de calle, personas desempleadas y con eso el alcalde retrocedió con el proyecto, por lo que el Banquetazo fue un movimiento espontáneo victorioso.

–Y ¿cómo el movimiento alcanzó a otras provincias y ciudades?

– Cuando el presidente Jair Messias Bolsonaro (sin partido) desarticuló el CONSEA (Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional) y otros consejos, hubo movilizaciones en otras provincias y así varios grupos llevaron a cabo movimientos con miras a la retomada del CONSEA, registrándose Banquetazos en 16 provincias.

–¿El Banquetazo entonces es un movimiento social sin jerarquías?

– El Banquetazo, no tiene una organización, no tiene directores, a veces la gente se junta y hace algo. Ahora, por ejemplo, está habiendo una acción en Rio Grande do Norte, una acción coordinada para apoyar a las comunidades necesitadas. Todo entre ellos: recaudar dinero y comida, y voluntariamente preparar comidas y distribuirlas en comunidades, inclusive cerca de la costa, atendiendo a pescadores y personas en situación de desempleo. Este grupo está en la 4ª acción: realizan ferias, recaudación de dinero y después preparan las comidas y las distribuyen a las comunidades. Ese es el Movimiento del Banquetazo: actúa en nombre y en pro de las personas necesitadas y marginadas.

– ¿Cómo están las acciones durante la pandemia de la COVID-19?

– Debido a la pandemia, hay personas que se autodenominan “Banquetazo”. Nos buscan para dar apoyo en las páginas sociales que existen y divulgan acciones que convergen con la ideología del movimiento de activismo alimentario. Es un nuevo movimiento político que viene surgiendo.

– ¿Cómo ves las políticas públicas y el tema de la seguridad alimentaria?

– Inadecuadas, porque son sobre todo omisas. La alimentación escolar, por ejemplo, es suplemento alimenticio en la actividad escolar. Con el cierre de las escuelas, muchos niños que viven en situación de pobreza no reciben esa alimentación. Es por eso que se realizaron algunos movimientos para hacer llegar estos recursos a esas familias. Sin embargo, por parte del gobierno, no hay voluntad ni condiciones de sustituir la alimentación escolar y enviarla a la casa de los alumnos. Pero otros países sufrieron con lo mismo, la pandemia desarticuló mucha cosa, difícil de hacer, pero si hubiera una buena voluntad, se podría minimizar.

– ¿Cómo quedan las cuestiones de seguridad alimentaria?

– Hay una tendencia a hacer esa discusión, lo que el CONSEA permitía hacer, hoy de forma independiente, ya que el impacto político de eso sobre los gobiernos es difuso, porque la estrategia del gobierno fue desarticular toda esta estructura participativa.  Al desarticular los movimientos y las políticas públicas consagradas en el modelo de la Constitución de 88’ a través de consejos consultivos y deliberativos con participación de la sociedad civil, la retomada toma tiempo para una nueva articulación y no podemos olvidarnos de que fuimos derrotados en la elección.

Foto Banquetaço

¿Cree en una retomada participativa de la sociedad civil?

– El caso de Rio Grande do Norte muestra la retomada es posible, ya que hay un dinamismo político que permite una articulación entre los miembros: un grupo se unió y listo, la acción ocurrió. Desde la política nacional como el CONSEA, es muy difícil y costoso, va a demorar mucho no sólo por la pandemia, sino también la creación de mediaciones políticas sean ellas por el gobierno o por la pandemia.

– ¿Cuál es la lección que nos trae este tiempo de aislamiento debido a la pandemia de la COVID-19?

– La lección de este período es que tenemos que caminar, a pesar del estado y contra el estado. Esto significa que las bases de solidaridad entre personas tienen que buscarse de la forma que sea. Existen señales claras de la efervescencia del voluntariado, muy grande. Aquí cerca del centro de São Paulo hay un grupo de personas, como líder un Profesor de escuela de Gastronomía que formó un grupo y proporcionó siete mil platos y están vinculados únicamente entre sí. Lo que está por tras de eso es la voluntad, esa voluntad que estaba dormida. Eso es un fenómeno político nuevo, que nosotros no sabemos hasta dónde irá.

Tenemos que quedarnos atentos a eso, lo que surge en estas cuestiones, lo que trae caminos nuevos para la alimentación y para una nueva forma de movilización social.

– ¿Cuál la visión del Movimiento de Banquetazo frente a la liberación acelerada de agrotóxicos?

– El agronegocio y los agrotóxicos, la posición de todos los participantes, tanto nacionales del CONSEA como provinciales, es la de repudiar esta «fiesta de la uva» con los agrotóxicos. Es un revés enorme y va a recaer sobre el propio agronegocio, el cual pagará un precio alto por eso. Nos articulamos con todos los grupos de comunicación para denunciar esto, en sitios web y blogs, para ello hay un frente de opinión contra el abuso de agrotóxicos. La cuestión de la contaminación de las aguas, el recurso más importante y a la orden del día frente a la cuestión de la privatización.

– ¿Existe para ti una visión de un nuevo rumbo?

Alimentación libre de agrotóxicos, acciones sociales con miras a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad y articuladas con productores y comerciantes de comida limpia. Todas estas cosas convergen en algo nuevo, desde lo que ya está monopolizado y lleno de agrotóxicos, a partir de articulaciones y debe llevar a un nuevo proceso. Es el momento de identificar nuevos actores para el futuro.


Traducción del portugués por Patricia Alfaro