Por Paulina Hunt P.

“Simplemente es experimentar la compasión, lograr ponernos en el zapato del otro, desprendernos del egoísmo, lograr respirar y sentir que somos parte de un todo, que nada es aislado…”

Quise escribir esto para rescatar la experiencia de mis queridas colegas y amigas teatristas, que han aceptado este gran desafío de presentarse como candidata a constituyente, y en particular mi admirada Malucha Pinto. Y como buena tribu femenina que somos, la campaña según me han contado es un trabajo colaborativo y de paridad, así que hablé con una de las personas que está al lado de ella día a día,  su “partner”, su “yunta”, “su mano derecha e izquierda”….en fin, tendremos que buscar nuevas palabras al parecer, ya que las que hemos usado hasta aquí no nos representan ( me refiero a “jefe de campaña”,  o en realidad jefe de cualquier cosa) . Así que, a ella, Paola Lara Cifuentes, le pedí que nos diera su visión de lo que está sucediendo en los territorios, dada su tremenda experiencia en el trabajo territorial que es donde desarrollan sus proyectos artísticos, específicamente de rescate de memoria en los barrios, desde hace años. Y dado que estamos viviendo esta oportunidad única en que personas como ellas, que no son del ámbito político, y cuyo propósito no es la carrera política, sino que han sido interpelados por la comunidad, pidiéndoles ser su voz para la redacción de la nueva Constitución, sean ellas quienes realicen este tipo de campañas habitualmente reservada para “las y los políticos”. Sentí la necesidad de tener acceso y de compartirlo con ustedes, a su mirada amorosa, artística y creativa ya que intuyo nos puede develar aspectos de la “realidad” que las más de las veces no somos capaces de ver.

Antes que nada ¿cómo te has sentido en estos días de campaña, actividad tan novedosa para ti?. Siempre tu recorrido por los territorios ha sido en una relación de producción artística cultural.

P.L.: Estar en una campaña política me ha dado un baño de otros aprendizajes. Nuestro trabajo comunitario no es tan lejano a lo que ahora hacemos, que es esencialmente escuchar a las y los vecinos de cada barrio, mirarles, sentirles, conectarse con lo que hay en cada uno de esos seres humanos. La diferencia, siento ahora, que tiene que ver con que nosotras experimentamos una sensación distinta, que es creer ser parte de un proceso que de esperanza de hacer algo que cambie de verdad esas vidas. Si bien nuestro trabajo cultural aspira a indagar en la importancia de que ellos identifiquen lo relevante que son y han sido para la historia de nuestro país , que vean y sientan que son parte de la construcción de una sociedad.

Desde tu mirada tan sensible, podrías decirnos ¿cuál es el elemento que nos “falta”, qué es lo que realmente necesitamos para romper la gran desigualdad, esta inmensa desigualdad entre las personas en este país.?

P.L.: Ufff, ante esta pregunta se me aprieta el corazón. Te digo esto porque es poco, pero mucho (jajaja). Simplemente es experimentar la compasión, lograr ponernos en el zapato del otro, desprendernos del egoísmo, lograr respirar y sentir que somos parte de un todo, que nada está aislado. Cómo te dije suena muy simple, pero es tan complejo.

Según tu experiencia en estos días en el territorio, cual es el elemento que se invisibiliza en general, qué es aquello que no se muestra, que no se ve.

P.L.: La humanidad. Creo que cuando logremos entendernos como seres humanos, también entenderemos que es una ganancia inmensa el equiparar la cancha, tener las mismas posibilidades y las mismas oportunidades. No tiene que ver con ser todes iguales, tiene que ver con poder elegir quien quieres ser.

¿Cual crees tú que es la característica o el aporte más importante que los constituyentes que lleguen a esta convención, es decir cuál es la impronta que te gustaría que se le diera a este “ámbito” de las de 170 personas que serán quienes redacten la nueva Constitución?.

P.L.: Me gustaría mucho que quienes lleguen sean personas capaces de conectar con el amor , la empatía y la compasión. Fíjate que parecen rasgos tan obvios o simples, pero la verdad no es tan fácil y resulta absolutamente necesario.

¿Cuáles de tus aspiraciones para nuestra sociedad, para nuestro país, sientes que se te han fortalecido con esta experiencia de campaña?.

P.L.: Creo que se reafirma en mí la necesidad de vernos,  sentirnos, estar dispuestos a movernos para un lado o para otro en beneficio de una mejor vida para cada persona. Mi máxima aspiración es vivir en una comunidad feliz, que goce respirar cada día, que se interese por aprender nuevas cosas y enseñar otras. Que se sienta parte de un todo.

¿Y cual crees tú que es el aporte de personas que no son políticas, me refiero a políticos de oficio y de proyecto, es decir personas que, desde otros oficios, tienen para aportar al proceso constituyente, y en particular cuál es el aporte de Malucha Pinto, como artista, a este proceso cívico-ciudadano?.

P.L.: Todo el aporte del mundo (jajaja). He sentido y aprendido diferencias y similitudes en nuestro equipo de trabajo que me reafirman que a este proceso deben ir personas de todos los ámbitos. Tenemos un equipo de amigues ( porque es eso lo que ahora son) que provienen del mundo de la política, son alucinantes, inteligentes, yo podría pasar días escuchándoles, mirándoles, intentando que sus saberes se alojen en esta cabecita loca y soñadora, pero muy distraída y con poca capacidad de retención (jajaja). Hace unos días conversando con uno de ellos descubrí cómo me podría explicar esto y se lo comenté, le dije: “Nosotros los artistas enfrentamos las dificultades, primeros derretidos, blandos y  luego de sentirlo, pasarlo por el cuerpo, por el corazón, logramos mirar y resolver lo que nos acongoja. Ustedes respiran, miran fijo, se yerguen y contestan”,  juntos seríamos la mezcla perfecta.

La Malucha Pinto es para mí un ser brillante, no solo porque está llena de luz, también muy inteligente, con una maravillosa capacidad de transformarse. Yo la conozco hace miles de años, hemos caminado y nos hemos ido transformando juntas, se cree que la gente no cambia, pero yo sí sé que la gente si se va transformando y esta transformación se da cuando uno es capaz de abrir su corazón y dejar que el mundo te toque, y ella se ha dejado tocar y eso es un acto de generosidad y compasión inmensa. Aquí te digo o más bien te repito, que es eso lo que necesitamos para un nuevo Chile, dejarnos tocar en lo profundo del ser, darnos permiso para sentir.

Y por último ¿qué te gustaría decirnos, a quienes estamos más ajenos a este proceso y que tu vives día a día?.

P.L.: Déjense tocar, sean compasivos, generosos, respiren, párense frente al espejo abran bien los ojos, agradezcan despertar cada día y entiendan que la vida podría ser bien mejor. Y yo quiero que así sea.