En Cuatro Elementos del jueves 28 de enero de 2021 nos fuimos a Centroamérica para mirar los procesos de migración y movilidad humana que tienen lugar en la región, y en concreto nos quedamos en Guatemala. Y lo hicimos de la mano de Álvaro Caballeros, sociólogo, coordinador del área Migraciones y Pueblos Indígenas en el Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad San Carlos de Guatemala.

 

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Álvaro, cuéntanos qué está pasando en Guatemala en estas primeras semanas del año, si hay caravanas en marcha y cuál es la situación ahora en este tema de migración desde Guatemala y hacia Guatemala.

Guatemala, dada su posición geográfica forma parte del corredor más grande y peligroso del mundo, el corredor del norte de México hacia Estados Unidos, este es un corredor muy importante por el cual definitivamente tienen que transitar miles de migrantes que provienen de otros países de Centro América y de otras latitudes. Dada su posición geográfica ha sido testigo de alguna manera de los diferentes contextos que se han dado en la migración internacional que, desde los años 90 hasta la actualidad, han tenido diferentes intensidades, diferentes características y, además, han generado ciertas dificultades problemáticas para los sujetos inmigrantes. 

Desde el año 2018, asistimos a una nueva forma de movilidad humana que sorprendió al mundo y sorprendió a las autoridades de los países miembros de esta región, así como a los países del corredor migratorio como México y Estados Unidos, estamos hablando de las caravanas. La primera surge en octubre de 2018 y se han realizado, desde entonces hasta la actualidad, por lo menos unas 8, pero estas han tenido diferentes impactos y resultados. Las primeras caravanas de alguna manera despertaron mucho asombro, generaron muchas reacciones de solidaridad, fue realmente algo lindo ver cómo la gente se sensibilizaba con este proceso y con las personas; respondía favorablemente al paso de las caravanas. Pero en cuestión de meses realmente cambió bastante la actitud y esta pasó de ser solidaria a una actitud de hostilidad. 

Las caravanas son una nueva forma de migrar de manera colectiva, siempre en forma irregular valiéndose de mecanismos propios, valiéndose de la fuerza del grupo para poder trascender las fronteras. A principios de este año, vimos una nueva caravana de hondureños y hondureñas aproximadamente conformadas por unas 6.000 a 8.000 personas que trataron de entrar al territorio guatemalteco, pero que, tanto esta como la anterior de noviembre del año 2020, fueron contenidas por las fuerzas de seguridad del Estado de Guatemala.

Álvaro te vamos a pedir si nos puedes confirmar la siguiente noticia: al parecer el gobierno guatemalteco habría sacado al ejército y a la policía a patrullar al menos frente a un centro que acoge inmigrantes hondureños en su camino a Estados Unidos. ¿Nos puedes confirmar esto y a que puede llevar este tipo de política con el gobierno de Guatemala?

Yo creo que la reacción del gobierno de Guatemala de alguna manera también se corresponde con una serie de reacciones que surgen de las primeras caravanas, creo que se trata de un conglomerado de personas que responden o han respondido a diferentes contextos.

Efectivamente es cierto, y me gustaría considerar como hipótesis que las caravanas de alguna manera también han sido instrumentalizadas y me gustaría comentar también que de los resultados obtenidos de esas caravanas están el discurso recargado del entonces presidente Donald Trump, la gestión de miles de millones de dólares, acelerar la construcción del muro y, algo que es muy especial y muy importante, haber llevado algunos acuerdos con los gobiernos de la región en una categoría que se llama tercer país seguro. Este acuerdo implica una serie de elementos a partir de los cuales se aborda la respuesta de las fuerzas de gobierno de seguridad del gobierno guatemalteco en torno a la contención de estas caravanas. 

Efectivamente es cierta esa noticia porque el objetivo precisamente es tratar de garantizar de alguna manera que estas caravanas retornen a sus países de origen, tanto por una razón de seguridad, por una razón de soberanía y también por una razón de bioseguridad, en el entendido del contexto provocado por la pandemia de covid-19, que también se constituye en un riesgo para que estas caravanas sigan avanzando hacia una región donde probablemente también iban a ser rechazados. Estas son situaciones que de alguna manera complejizan el panorama acerca de las caravanas. 

Has dicho que la primera caravana de este año, mayoritariamente de gente de Honduras, ha sido de al menos 6.000 personas, estamos hablando de una masa de gente, por decirlo así, ¿Cómo es la logística de 6.000 personas avanzando cientos de kilómetros, quiénes los apoyan, cómo es el tema de la comida? No sé si has podido acércate a alguna de ellas y saber cómo son.

Este es uno de los elementos que generan bastante suspicacia a muchos sectores del gobierno… Uno, está atrás de las convocatorias de estas caravanas, se dice, a través de las redes sociales, se difunde la información, se establece un punto de concentración, una fecha de salida y luego se define la ruta. Luego está la parte de autofinanciamiento de la caravana, es decir que cada una de las personas que la conformaran tienen que velar por sus propios medios para resolver sus necesidades de alimentación, eventualmente transporte, aunque regularmente también se suben a los camiones, algunos buses les dan aventón, etc. Es una característica, el autofinanciamiento de una colectividad y, por supuesto, en el camino van buscando los apoyos de las poblaciones guatemaltecas cuando están transitando por este territorio; algunas organizaciones dan ayuda como la Iglesia católica, organizaciones humanitarias, etc. y tratan de apoyarles en lo básico.

Esa es una característica de esas caravanas, se trata de cantidades importantes formadas por familias completas, a veces 1 o 2 miembros de la familia, personas de la tercera edad, niños, niñas, a veces personas discapacitadas con problemas de salud, es la configuración de una colectividad que, por sus características, se enfrenta a un alto grado de vulnerabilidad. Se amerita que haya una comisión de protocolos que garanticen la atención humanitaria y el enfoque de los derechos humanos.

Álvaro, tú antes hacías referencia al muro de Donald Trump, la verdad es que las políticas migratorias han sido muy dañinas. El nuevo gobierno de Estados Unidos anunció que va a deshacer de alguna forma esto. Desde la perspectiva que tú trabajas ¿Qué has visto el año pasado y cómo vislumbran este, teniendo en cuenta justamente los daños o la tendencia provocada por las políticas de Trump?

Yo creo que hay otro factor además de este que tiene que ver con la vulnerabilidad de los países de la región ante el cambio climático, además de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid-19, son factores que van a mantenerse y van a provocar diferentes intentos de migración, ya sea en caravanas o de manera individual o a menor escala, porque también hay una migración que es masiva pero no colectiva. Lo masivo lo vemos también en las cifras de retorno que anualmente se presentan en los países de la región, estamos hablando de más de 100 mil personas retornadas de Estados Unidos y México.

Todo este contexto abierto con la llegada de un gobierno demócrata al país, abre un escenario interesante en el cual muchas personas consideran que ahora sí pueden migrar. Aun así hay que aclarar que no es tan así, existe una clara política exterior de Estados Unidos entorno a la migración irregular que no cambia si se trata de un gobierno republicano o demócrata, esa es una característica que nosotros hemos visto.

Durante el gobierno de Barack Obama hubo mucho más retornos a los países de la región que durante el gobierno de Donald Trump, pero el cambio de gobierno de alguna manera abre posibilidades para que algunas acciones ejecutivas que fueron canceladas por el gobierno de Donald Trump que tenían cierto énfasis para las poblaciones centroamericanas sean retomadas. 

Estamos hablando, por ejemplo, de un programa que se llama Central American Minors que mandata la no deportación inmediata de niños, niñas y adolescentes provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras. Y lo del muro es algo que no se inicia con Trump, sino que es una ley que se aprobó en Estados Unidos en 2006 y que se ha estado ampliando. 

Ahora la suspensión creo que manda un mensaje acerca de las nuevas estrategias que el gobierno de Estados Unidos va a estar implementando para atender estos procesos de migración. Esto enlaza con lo que dije al principio de que se van a centrar en tratar de resolver los problemas que provocan estos tres países de Centroamérica, es decir atacar de alguna manera los factores expulsores asociados a la falta de oportunidades y generar algunas iniciativas para mejorar las condiciones de vida en el ámbito rural – las migraciones en Guatemala tienen un rostro indígena y de mujeres y niños – así como también fortalecer las capacidades de los Estados para que los gobiernos inviertan más claramente sus recursos en educación, salud, vivienda y se faciliten procesos de transparencia que afectan la posibilidad de que el Estado garantice estos servicios para la ciudadanía; por lo menos esos tres países que son los que tienen la tasa más alta de migración en los últimos tiempos.