Presentamos el octavo informe del especial periodístico sobre la crisis humanitaria de los pueblos indígenas en Colombia, que viene produciendo nuestro medio aliado Hacemos Memoria, a través de la Red de Periodismo y Memoria de la que hacemos parte como Agencia Internacional de Prensa, con el fin de acercar al público internacional los hechos de violencia política que han afectando históricamente a las comunidades más vulnerables en el país suramericano, por causa del conflicto armado interno y la marcada exclusión social y política.

Por Adrián Atehortúa

Ilustración: Didier Pulgarín

El problema está asociado a la deserción escolar y la presencia de actores armados que intimidan a las comunidades en este departamento. Bajo el anonimato, un líder indígena denunció la situación. Octava entrega de una serie periodística sobre la crisis de los indígenas.

El miedo oculta la aguda crisis que viven actualmente los pueblos indígenas del Chocó. Amenazas, asesinatos de líderes y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes configuran el problema de seguridad que tienen las comunidades. “Pero nadie se atreve a hablar de esto o a denunciarlo por el temor que hay. Inclusive, yo no debería estar hablando de estas vainas”, reveló a Hacemos Memoria un líder indígena de la zona, quien pidió la reserva de su identidad.

Cifras de la Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Adolescentes al Conflicto Armado en Colombia (Coalico), revelan que entre enero y el 13 de mayo de 2020 el reclutamiento forzado de menores de edad aumentó en el país en más de un cien por ciento con 128 casos, en comparación con los 67 que se registraron en todo 2019, siendo el Chocó uno de los cinco departamentos más afectados. Ver: Falta de clases aumentó el reclutamiento forzado en Colombia

Junto a la vulneración de derechos humanos en medio del conflicto armado, la muerte de niños y niñas por desnutrición es otro de los problemas que pone en riesgo la supervivencia de los pueblos indígenas del Chocó, agregó el líder consultado para esta entrevista, quien demandó del Estado inversión social, proyectos productivos, educación y servicios de salud.

¿Cómo describe la situación que actualmente viven los pueblos indígenas de Chocó?

La población indígena del Chocó se ubica entre los ríos Atrato, San Juan y el Baudó. La situación actual de los pueblos indígenas del Chocó, la verdad, es muy complicada y los problemas que existen en los territorios no están visibilizados. Cada año están muriendo una cantidad significativa de niños por desnutrición.

El asesinato de líderes sociales también nos ha llegado. Pero pasan una cantidad de situaciones que uno no se da ni cuenta porque la gente teme denunciar. Los actores armados aún están, pero nadie se atreve a decir quiénes son porque todos temen por sus vidas. El tema de seguridad, por ejemplo, es grave por la falta de inversión social en los pueblos indígenas.

En cuanto a educación y salud no hay infraestructura y eso se refleja en la calidad de los servicios hoy en el Chocó. Estamos en una lucha para que el Gobierno envíe los recursos necesarios para la administración de esos servicios para los pueblos indígenas del Chocó.

Todo eso hace que la problemática se agrave, que aumente la deserción escolar y el reclutamiento de menores. Pero nadie se atreve a hablar de esto o a denunciarlo por el temor que hay. Inclusive, yo no debería estar hablando de estas vainas porque uno no sabe quién está pendiente

En los medios de comunicación se ha hablado mucho de la situación de Bojayá ¿Cuál es la problemática en otras zonas?

Pues el problema es que lo que pasa acá no es solo Bojayá. Allá lo que está pasando está pasando con mucha fuerza, pero la problemática es en todo el departamento. En cada comunidad y en cada esquina está la problemática de la violencia social del Chocó y de los que están amedrentando los procesos de los pueblos indígenas. Y como en los pueblos ya no se puede hablar ni tomar decisiones con la misma autonomía, nuestros procesos se han debilitado. A partir de eso se ha creado la Mesa Indígena que es donde se convergen todas las organizaciones sociales para analizar las estrategias que se pueden implementar en los territorios. Pero llegar a los territorios no es fácil porque se necesitan recursos y la inversión es sumamente difícil porque a los pueblos indígenas no nos los dan.

¿Los indígenas han denunciado estas situaciones ante el Estado?

Sí, pero el tema de demandas aquí hoy es tan complicado que en cualquier espacio donde uno hable puede que estén presentes los actores que amedrentan a nuestra población. Hoy hacer una demanda es buscarse un problema. Por eso digo que nadie se atreve a hacerlas. En el momento en que usted haga eso, prácticamente está siendo señalado. Lo primero que te dicen es: “se va o lo matamos”.

¿Y el Estado les ha dado alguna respuesta?

No hemos recibido mayor respuesta, más allá del pie de fuerza que están intentando implementar en Bojayá. Pero esa no es solución para nosotros porque, por el contrario, la presencia de la fuerza pública también agudiza la situación. Como digo, ya no hay libertad para que la gente pueda moverse dentro de su territorio. La respuesta que debería dar el Gobierno hubiera llegado con inversión social y con un plan definido, pero no se ha hecho.

¿Qué se debería hacer entonces para salvar a los pueblos indígenas del Chocó de la crisis que atraviesan?

Para la cantidad de problemas que nosotros tenemos lo primero que debe hacerse es inversión social. Aquí necesitamos proyectos productivos, calidad de vida, educación, el acceso a una salud digna, porque si no hay eso entonces va a haber ninguna solución a los problemas.

Los problemas de la población indígena del Chocó empiezan porque no somos incluidos dentro de los planes de desarrollo municipales. Y es ahí donde tenemos la gran dificultad de que los recursos se han invertidos en nuestras poblaciones o en nuestros territorios. Hoy, las entidades territoriales quieren resolvernos los problemas con las denominadas “transferencias” que, sabemos, son unos recursos mínimos que no alcanzan a resolver ni siquiera a la mitad de las carencias que tenemos en nuestras comunidades.

El Estado no reconoce que los pueblos indígenas hemos aportado significativamente a la construcción de país. El gobierno debe entender que somos una población que se quiere formar, que quiere hacer sus proyectos de vida, que necesita la garantía de su supervivencia y de sus derechos.

¿Qué mensaje le enviaría usted al Estado y a la sociedad colombiana sobre la situación que atraviesan las comunidades indígenas del Chocó?

Nosotros hoy, como cualquiera, queremos seguir en nuestros territorios y hacer nuestros proyectos de vida. La invitación es que el Estado, las entidades territoriales, las ONG miren de manera positiva a las poblaciones indígenas. Nosotros históricamente hemos construido paz, nosotros estamos para la vida, para que seamos hermanos. Eso debe reconocerlo el Estado, darnos el valor y la importancia que nos merecemos como población indígena que hoy está en vía de extinción.

Próximamente el noveno informe: La situación del Cauca es «una bomba de tiempo» para los pueblos indígenas: Joe Sauca