Por Carlos Santos.-

Teorías científicas desarrolladas por grupos independientes y no relacionados entre sí, han llegado a la siguiente conclusión: Se producirá un evento a escala mundial que cambiará la historia de la humanidad de una manera muy especial. Si bien no coinciden las predicciones con fechas precisas, todas tienen un denominador común, será en este siglo y dentro de pocas décadas.

El evento en sí, o suma de eventos, ha sido denominado SINGULARIDAD y tiene características únicas: las tendencias de los acontecimientos en general no se aceleran dentro de sus mismas características, sino que cambian abruptamente o colapsan y vuelven a comenzar.

Estas predicciones han podido establecerse haciendo curvas desde el comienzo mismo de los tiempos contemplando la evolución de los ecosistemas naturales y los distintos hitos significativos en la historia humana universal.

Estudiosos como Alexander Panov, Ray Kurzweil y muchos otros han podido hacer estas consideraciones mezclando variables tan diversas como las fuentes energéticas, la automatización, la inteligencia artificial, el modo de producción y consumo etc, etc, etc…

Sin embargo, la mayoría de las teorías ubican a la ciencia y la tecnología como los «hacedores de ese futuro» y no como un producto concomitante a la evolución de la especie.

Consideramos que el cambio surgirá de la conciencia misma del ser humano, en su dimensión humana y espiritual y que como consecuencia de ese cambio sobrevendrán los cambios más periféricos, esto no excluye a la tecnología, la inteligencia artificial, o la ingeniería genética, al contrario los pone en la primera fila y los hace vehículos y prótesis de ese cambio.

En síntesis, tomamos a la SINGULARIDAD como una estupenda herramienta de análisis teórico para imaginar el mundo al que aspiramos y también para prevenirnos de los peligros que podría acarrear un cambio de semejante magnitud.

¿De qué otro modo podríamos hablar seriamente de ese caótico porvenir? Es como si estuviéramos en una nave siendo atraídos por la colosal fuerza gravitatoria de un agujero negro, en una zona donde se deforma el tiempo y el espacio, ¿Seríamos capaces de saber cuál es la hora o calcular la distancia al vórtice central del agujero negro? No intentamos hacer futurología… menos aún en estas condiciones.

Pero analizar las cosas desde este punto de vista además de una advertencia puede ser una excelente forma de imaginarnos qué mundo pretendemos a futuro.

Nuestro campo de interés se centra en la existencia humana y desde allí hacemos nuestro análisis que por supuesto no pretende tener «rigor científico», quizás más adelante podamos también analizar a la ciencia actual y su aparente rigurosidad e infalibilidad.

Buscamos la evolución del ser humano, aspiramos a una revolución de su conciencia y valores, rechazamos la cosificación del ser humano y la mirada apocalíptica del futuro, no rechazamos la utilidad de las máquinas si estas contribuyen a liberar al ser humano del trabajo, rechazamos toda concentración del poder y deseamos la ampliación de la libertad humana, no a empequeñecerla y correrla del centro poniendo en su lugar a unos algoritmos desalmados.

Como verán el futuro puede tener muchos matices…. Nos interesa conversar con aquellos que se interesen por estos temas.

¿Cuál es tu visión del futuro?

 


 

Carlos Santos, es docente y ha participado toda su vida como activista en el movimiento humanista, en la ultima década se ha dedicado a la realización audiovisual como director, productor y guionista de documentales y ficciones a través de su productora Esencia Humana Films.

 


 

Grupo de estudio Escenarios Futuros.

Estudio de procesos, trabajo en equipo y producción humanista.

Si te interesan estos temas (el futuro de la humanidad, la singularidad, etc.) puedes participar en nuestro grupo de estudios comunicándote a:

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