Juan Branco aborda la revuelta ciudadana de los Chalecos Amarillos y descifra las claves de su perdurabilidad.

Esta intervención pública fue grabada el 24 de marzo de 2019, durante el Festival Francia AméricaLatina(*) celebrado en el cine Jean-Eustache de Pessac (33).

Foto/Vídeo: Xavier Foreau

Pregunta del público: Francia está cayendo en un sistema totalitario, ¿por qué nos ocurre esto a nosotros?

Juan Branco: Creo que la pregunta, la verdadera pregunta, es ¿cómo es posible oponerse a estos excesos que afectan a todos los demás países? Lo que hace que Francia, en particular, sea capaz de llevar a cabo una verdadera revuelta ciudadana a gran escala, que ha durado ya cuatro meses, a pesar de todos los esfuerzos otorgados a un poder político en el seno de la Quinta República, que como podemos ver, son muy grandes, por la capacidad que tienen para movilizar, de forma absolutamente excesiva, herramientas de represión e incluso de control político delirante.

¿En base a qué? De unas elecciones de las que conocemos muy bien las condiciones en se desarrollaron, una sola, que a su vez dio lugar a otra elección legislativa que solo se derivó de ella, y de ahí casi plenos poderes para realizar reformas a su favor, tanto en el sistema económico, como en el político y el representativo de este país.

Entonces, ¿por qué un pueblo como el de Francia resiste?, y sobre todo los más vulnerables, los que tienen menos derechos, los más estigmatizados y los que a primera vista tienen menos posibilidades de exigir, de expresarse y de atreverse a manifestarse en la calle para decir: «No, nosotros existimos, tenemos derecho a expresarnos», ¿cómo es que estas personas han salido en masa en defensa de su dignidad?

Pienso que se debe a una sola cosa: al hecho de que este régimen se basa en un régimen discursivo, el cual es el de la República Francesa, la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad, lo cual se contradice con el funcionamiento de este sistema. Y hemos creído tanto, y con razón, en el mito de la República y en sus mitos fundadores: Libertad, Igualdad, Fraternidad, que podemos reivindicarlo; es tan importante mantener el orden en Francia que, en el caso de que haya demasiado exceso de poder, podemos reivindicarlo en contra de nuestras élites, y decir: pero no, tenemos derecho a rebelarnos y finalmente pasar a la clandestinidad, en un sentido amplio, a reclamar los fundamentos, a reclamar la aplicación de las bases de nuestra República, y por lo tanto esta fuerza discursiva, de hecho, esta fuerza de este mito al que todos hemos suscrito, y que los gobernantes y nuestros dominantes utilizan hoy para tratar de aplastarnos. Podemos volcarlo en contra de ellos y esa es una especificidad muy francesa.

En España, esto no podía suceder. ¿Por qué? Simplemente porque la República fue destruida por los fascistas, y porque discursivamente hablando, el régimen que existe hoy en España, que está emergiendo de la transición española por ejemplo, es fruto de la Corona, la Corona que fue la aliada efectiva del franquismo, etc. Por lo tanto, no tenemos una base simbólica y discursiva.

Así que podemos rebelarnos fuera del Estado, eso es lo que ocurrió con los Indignados, luego con el intento de resurgir de Podemos, etc., pero no hay un movimiento que pueda reivindicar una forma de hegemonía discursiva, o simbólica, en que se pueda decir: «lo hacemos en nombre de la Comunidad, en nombre de los principios fundacionales de nuestra Comunidad».

Los Chalecos Amarillos pueden hacerlo. Pueden lograrlo, pueden salir a la calle y apedrear a los policías mientras corean la Marsellesa flameando una bandera roja, azul y blanca. ¿Por qué? Porque estos símbolos fueron adquiridos al precio de actos similares, mucho más violentos, y es gracias a esta rebelión contra una aristocracia, etc., que estos principios fueron adoptados. Las similitudes son sin embargo muy fuertes, simbólica y discursivamente hablando, es decir, dos revueltas contra una casta que, en un momento dado, sólo defendía sus propios intereses y que se replicaba a sí misma, y que además se encontraba de forma aislada, en el Pequeño París, que explotaba al resto del país.

Los Chalecos Amarillos pueden reivindicar esta filiación, pueden decir: hemos regresado a un sistema aristocrático pre-revolucionario que ahora debe ser revertido a fin de restaurar y actualizar estos logros. Por lo tanto, considero que esto es lo que explica nuestra capacidad para resistir los abusos, que, en todas partes, son relativamente aceptados. Una vez más, pienso en el caso de Italia, después de los años de Berlusconi. Ahora bien, ha nacido este movimiento populista, el movimiento de las Cinco Estrellas, y se puede ver que este movimiento tiene mucha menos fuerza en términos discursivos, etc., y se adhiere a una forma de vulgaridad de la relación con la política que pasaría por una especie de transversalidad, de horizontalidad en la gestión de los asuntos de actualidad, pero que no tiene una base sólida, en términos de potencial institucionalización, discurso, regimentalidad. ¿Por qué? Porque al no basarse en los fundamentos mismos de la República, no tiene la capacidad de reivindicar su filiación.

Los Chalecos Amarillos lo tienen, hasta cierto punto, los Chalecos Amarillos lo tienen y cualquier movimiento que sea ultra-republicano en algún lugar que exija una profundización democrática, y es también por eso que los CA no están institucionalizados, no están tratando de convertirse en una institución política, no intentan traer el poder político, no se esfuerzan en formular propuestas concretas en materia de política económica, de política exterior, etcétera, y no están en el camino de la democracia. ¿Por qué? Porque quieren seguir siendo ese vacío democrático que sólo tendría un objetivo: restaurar la soberanía del pueblo, en el sentido más amplio, provocar una profundización democrática que permita a los ciudadanos tener un renovado interés por la política, volver a comprometerse sabiendo que esta vez sus voces serán tomadas en cuenta de una manera mucho más importante, porque habría nuevas instituciones que, a su vez, permitirían el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, y que el debate democrático se volvería a inaugurar sobre una base mucho más sana.

Y mientras permanezcan sobre estas bases, sobre esta base mínima, sobre este programa mínimo de reforma institucional, de reforma fiscal, porque obviamente no hay igualdad política sin igualdad social, pues bien, permanecerán en capacidad de plasmar, en todo caso de reivindicar esta herencia revolucionaria, y de tratar de ponerla al día.

Festival Francia América Latina (*) : Comité Burdeos – Gironda http://www.fal33.org/

http://www.lesrencontreslatino.org/

 

Gracias a Marguerite por su transcripción.

Ver también:

Lista completa de artículos y videos de la intervención pública de Juan Branco el 24 de marzo de 2019:

Entrevista a Juan Branco: Chalecos Amarillos y las elecciones europeas

Juan Branco: Violencia política y Chalecos Amarillos

Juan Branco: Francia en un sistema aristocrático pre-revolucionario


Traducción del francés por Rosalía Briones