Los próximos días tendremos unas jornadas de difusión y profundización sobre la Renta Básica Universal, Individual e Incondicional; o como reza el título de este escrito, la de verdad.

Paco Vaquero

Se da la circunstancia de que en otros puntos del país, y en otros países, como viene siendo desde febrero, el documental que veremos también se proyectará y habrá debate, intercambio y, ojalá, nuevas acciones en la dirección de cambio que se busca.

Pero hay dos hechos que conviene resaltar relacionado con esta información:

1.- La concomitancia de otros procesos y sucesos que están teniendo lugar en la misma dirección, y que nos saca del “localismo mental” en que solemos cotidianamente habitar. Localismo que, desde el desarrollo de las famosas redes sociales, nos ha cambiado la percepción de nuestro mundo,  aunque no siempre como sería deseable.

2.- El hecho de que muchas personas estemos haciendo un esfuerzo para explicar, con toda la claridad posible, una posibilidad que, de sencilla y lógica, cuesta creer como costó en su momento aceptar que la Tierra es esférica, siendo que teníamos a la vista a la Luna y el Sol todos los días.

La Tierra, de verdad, era esférica y no plana.

La Renta Básica, de verdad, es para todos y cada uno de los seres humanos y sin condiciones previas. Lo demás son “rentas planas”, o sea mentira.

Pero hablamos de una posibilidad; una posibilidad ¿de qué?

De que en un período corto de tiempo (instantáneo comparado con otras propuestas) la situación  cotidiana del 80% de habitantes de este país cambie considerablemente, sin que eso signifique  que se arreglaron todos sus problemas y se cubren todas sus necesidades. Se pretende que ese 80% salga a la calle y  ande con la cabeza en alto, sin sentirse “mantenido” por los demás; sin tener que andar en la clandestinidad administrativa, o certificando una y mil veces su condición de precariedad por la que le preguntan una y otra vez. Se trata de que esas personas puedan mirar al futuro para dirigirse a él y no para huir de él, como hasta ahora.

Entre los detractores de la RBUII encontramos  todo tipo de alegatos: que no se trabajaría, que no hay de dónde costearlo, que el ser humano se hace digno con el trabajo..aunque esto último ya solo se susurra, habida cuenta de la situación del “mercado laboral” y así siguiendo..

Entendemos por detractores a aquellas personas que después de habérseles explicado la propuesta con detalle,  no solo no la apoyan, sino que van directamente a degradarla y evitar a toda costa que se conozca. Y la lucha arrecia por momentos.

Curiosamente, es el avispero de las creencias personales el que más se remueve cuando se toca el tema, y no el dinero. Será que después de ver los manejos de la banca, y su impunidad, está quedando claro que, efectivamente, dinero hay.

Como digo, son las creencias, sobre los demás (y sobre nosotros mismos) lo que más tiempo lleva en los intercambios, más que con la financiación de la RBUII y esto está resultando muy interesante para los humanistas. Se está hablando del sentido que tienen los seres humanos aquí en el mundo; se está hablando de qué somos en realidad, y hacia dónde nos dirigimos. ¡Ahí es nada!

De esas creencias, de cómo nos afectan y de la posibilidad de entender de otra forma, que la situación extrema que vive la inmensa mayoría del país, tiene una posibilidad de mejora al alcance de la mano, es de lo que hablaremos en estas jornadas, y de cómo conseguir el objetivo.

Dependerá en gran medida de la presión que hagamos, y eso depende directamente de la certeza que tengamos en que lo que decimos es digno del ser humano, cualquiera que sea su condición.

Como reflexión final, diremos que un gobierno no puede, mediante un ajuste presupuestario y un decreto-ley, garantizar un trabajo (y ni hablemos de qué tipo de trabajo) a toda la población. Sin embargo, sí puede instituir una RBUII, y sin perder ni un ápice de los derechos conseguidos hasta ahora.

¡Allá vamos!.

 

Paco Vaquero es activista, miembro de Humanistas por la Renta Básica Universal, Individual e Incondicional (RBUII)