Varios analistas llegaron a la conclusión que la victoria electoral de Jair Bolsonaro el pasado 7  de octubre en la primera vuelta presidencial en Brasil, se sostuvo en la circulación por redes sociales de mensajes de campaña.

Se trataran estos de propuestas y promesas electorales o, fundamentalmente, de mentiras y anuncios apocalípticos en caso de que ganaran los candidatos de la izquierda, Fernando Haddad y Manuela D’Avila.

El nivel de presión que ejercen las fake-news, las falsas noticias, ha sido tan descomunal que el Partido de los Trabajadores recurrió al Tribunal Superior Electoral de Brasil para que se tomen medidas.

El TSE ordenó que 38 páginas de Facebook fueran eliminadas ya que difundían información falsa de los candidatos del PT.

El juez Sérgio Banhos dio un plazo de 24 horas para que la plataforma de Mark Zuckerberg elimine las páginas. “Autorizo la limitación a la libre manifestación del pensamiento, con remoción de contenido, que configura ofensa al honor y consustancial agresión y ataque a los candidatos en Internet”, sentenció.

Ya el viernes, el juez Carlos Horbach había ordenado que se retiraran otros 50 sitios por la publicación de información falsa.

La justicia quiere saber quiénes están detrás de estas difamaciones y le ordenaron a Facebook que revele la identidad de sus creadores y responsables.

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