Por Los conejillos de indias dan la alarma

Mientras que las enfermedades infecciosas han disminuido en gran medida en el siglo XX debido a la higiene y la nutrición, las enfermedades crónicas llamadas «sociales» han explotado: cánceres, alergias, autismo, hiperactividad, enfermedades autoinmunes, infertilidad, obesidad, trastornos hormonales, pubertad precoz, enfermedades relacionadas con los efectos secundarios de determinados fármacos y vacunas, electrohipersensibilidad, etc… Todas estas enfermedades causan la degradación de nuestro medio ambiente y la «locura» de nuestro modo de vida.

¡Nuestro ecosistema se ha vuelto tóxico!

Nuestro medio ambiente está contaminado por todos los vertidos químicos industriales y agrícolas (pesticidas, OGM, residuos medicinales, plásticos, nanomateriales…) y nucleares, así como por los campos electromagnéticos. Los ciclos del aire y del agua están amenazados y es nuestra supervivencia, como parte de nuestro biotopo, la que está ahora comprometida. Ya no podemos aceptar que nos tomen, con nuestro ecosistema y su biodiversidad, por un gigantesco tacho de basura abierto.

A ello hay que añadir el peso de los grupos de presión de los complejos alimentarios, químicos, farmacéuticos y de lucro a cualquier costo, que a menudo anteponen los intereses de la industria al interés general por la salud pública. Miles de víctimas son humilladas diariamente por estos lobbies que actúan con impunidad y sin casi ninguna supervisión y toda la población se convierte en conejillos de indias a partir de sus experiencias.

La crisis sanitaria, 4ª crisis ecológica

La crisis sanitaria es, en efecto, la cuarta crisis ecológica junto con la crisis climática, la extinción de la biodiversidad y el agotamiento de los recursos naturales. Como los otros, esta crisis es creada por los humanos.

Las fuentes de contaminación que afectan a la salud son bien conocidas o sospechadas: vertidos industriales que contaminan el suelo, el aire y el agua, alimentos y agua llenos de productos químicos, cosméticos, mobiliario tóxico, productos de mantenimiento y construcción, inflación y sobreprescripción de productos sanitarios peligrosos para la salud, ondas electromagnéticas, etc.

Aunque estas fuentes de contaminación ya causan miles de víctimas, adultos y niños por igual, amenazan a toda la población y, en particular, a determinadas clases sociales y minorías desfavorecidas condenadas a vivir en los lugares más contaminados y sin ningún medio para informarse adecuadamente o luchar.

Además, después de los escándalos del amianto o de las víctimas de los pesticidas (Triskalia), los empleados ya no tienen, con la eliminación de los CHSCTs, un organismo de alerta sobre la salud y la exposición a los riesgos en su empresa. Sin embargo, la exposición ocupacional a carcinógenos está aumentando y la protección de la salud en el lugar de trabajo es un tema esencial.

Marchar para defender nuestra salud

Ante esta galopante catástrofe sanitaria, es hora de reaccionar y movilizar a todos en el marco de una gran marcha en torno a las víctimas y a los conejillos de indias.

Apoyemos esta marcha ciudadana de víctimas envenenadas en su trabajo, asfixiadas por el aire que respiran, intoxicadas por lo que comen o por ciertos productos tóxicos para la salud… No es demasiado tarde para detener esta contaminación que se extiende, existen soluciones y queremos darlas a conocer.

Entre el 1 de mayo y el 30 de junio, participe en la Marcha Verdad y Justicia por la Salud Ambiental para:

  • Hacer visibles a los desamparados y a las víctimas en su trabajo, en su vida diaria, en sus alimentos, en su cuidado… de productos tóxicos, productos sanitarios peligrosos, contaminantes peligrosos para la salud y para las generaciones futuras;
  • Crear un movimiento ciudadano y de sensibilización contra la inercia de las autoridades en el ámbito de la salud ambiental;
  • Reclamar justicia, reparación, reconocimiento de responsabilidades e indemnización para las víctimas de la crisis sanitaria y ambiental con la inversión de la carga de la prueba (debe ser el fabricante quien pruebe la seguridad de su producto y no la víctima quien pruebe el nexo causal entre su patología y el factor de contaminación o producto tóxico);
  • Exigir investigación independiente, pericia y justicia y reconstruir todos los métodos de evaluación y acreditación por un panel independiente de investigadores académicos con supervisión ciudadana;
  • Fortalecer la protección de la salud ocupacional mediante el restablecimiento de los CHSCT y de los órganos de defensa, alerta y contra-especialización de los empleados.

Marchemos para poner fin al poder de los grupos de presión industriales que se infiltran en las evaluaciones y reglamentaciones científicas. Marchemos para exigir el derecho fundamental a un aire sano, a una alimentación sana, a una medicina sana, a un medio ambiente sano y a la preservación de la salud para todos.

Porque ya no queremos morir envenenados, asfixiados, intoxicados…

¡NOS NEGAMOS A SER CONEJILLOS DE INDIAS!

RDV en la carretera de Fos-sur-Mer a París. En París: 30 de junio a las 11.00 horas y 1 y 2 de julio en Bruselas.