Este año los premios a defensores de la naturaleza y los pueblos originarios que entrega la Fundación Goldman recayeron en cinco mujeres y un hombre.

La francesa Claire Nouvian lo recibió ya que gracias a ella se logró que la Unión Europea prohibira la práctica de arrastre para pescar en alta mar. Makoma Lekalakala y Liz Mcdaid de Sudáfrica lo obtuvieron por frenar el desarrollo de un acuerdo nuclear entre su país y Rusia. Manny Calonzo, de Filipinas, consiguió que el gobierno de su país prohíba la producción, el uso y la venta de pintura a base de plomo.

LeeAnne Walters se llevó el premio por encabezar un movimiento que exigió a las autoridades estadounidenses que garantizaran el acceso al agua potable limpia, mientras que Khan Nguy Thi, logró que el gobierno de Vietnam dejara de ser dependiente del carbón como fuente energética.

El premio para Latinoamérica lo obtuvo Francia Márquez, por su lucha contra la minería ilegal de oro en el Cauca colombiano. La afrodescendiente logró movilizar a las mujeres de su departamento para frenar la extracción de oro en forma contaminante.

Debió marchar más de 350 kilómetros, acampar en Bogotá durante más de tres semanas, para lograr que las autoridades la escucharan y atendieran a los reclamos para salvar las aguas del río de su municipio o que reforesten los bosques antes depredados por el mercurio.

El premio Goldman es considerado el Nobel del Medioambiente y la colombiana Márquez lo obtuvo con solo 36 años, una madre soltera que continua trabajando en el desminado de la región. En las últimas elecciones colombianas fue candidata por la circunscripción afro del partido de Gustavo Petro.

El discurso al recibir el Premio.

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