Por Fernando Tebele

Facundo tiene 31 años. Una de las tantas cosas que dijo el miércoles en su declaración durante el juicio que definirá el próximo lunes a las 11 su extradición o no a Chile, es que conoció un calabozo a los 11 años por ser pobre. Facundo sigue siendo pobre, eso no cambió; pero ahora es mapuche; o siempre lo fue, pero ahora se reconoce y vive de esa manera. A esa edad era un negrito pobre que vivía en los barrios del Alto de Bariloche. Ahí arriba, donde se esconden los pobres de esa ciudad «para no afearla», como también explicó el Lonko en su declaración.

Facundo creció y en su adolescencia se copó con las ideas anarquistas. Quizá por eso, al citar en su alegato a Fidel Castro y su «la historia me absolverá», se preocupó por aclarar que no era comunista. En ese crecimiento también comenzó el camino de reconocerse como mapuche. En una nota que hicimos el año pasado con Gastón Gelblung, un psicólogo que realizó trabajo social con aquel grupito de adolescentes rebeldes del Alto, nos dio un título que puede parecer pintoresco, pero en realidad esconde el fondo del asunto, al derecho y al revés: «Cualquier barrabrava es más peligroso que Facundo Jones Huala». Quizá le falta una vuelta de rosca a aquella sentencia de Gelblung. Porque él se refería a la sociedad, a nosotros y nosotras. Ahí, claro, tiene razón: cualquier delincuente común es más peligroso que todos los Jones Huala juntos; y eso que son muchos. Pero para el Estado la cuestión es bien diferente. Ahí sí se vuelve más peligroso Facundo. Mientras los barrabravas delinquen en sus vidas cotidianas, atentan contra el fútbol cada vez que pueden defendiendo sus negocios, también son los que pintan las paredes por el candidato de turno; incluso son los que inician la agitación para el hit del verano. Son mafias funcionales al poder mafioso, esté en el Estado o no. Facundo y su gente pelean por la tenencia de apenas porciones de tierras que están en pocas manos muy poderosas. Entonces, claro, es más peligroso para el Estado un mapuche rebelde que un barrabrava.

Foto Agustina Salinas, La Retaguardia

Facundo pudo haber sido un pibe chorro, pero se convirtió en un referente político para un sector de su pueblo. Y el miércoles se llevó el diploma de honor cuando Nora Cortiñas, todavía conmovida por su alegato político, dijo que «le dio al juez una lección de historia» y pidió que le lleváramos el audio para pasarlo el jueves en la Plaza de Mayo, en la Ronda de las Madres Línea Fundadora, lo que efectivamente sucedió: la voz de Jones Huala se oyó en la Ronda de las Madres, así como hace algunos meses, pudo estar allí de cuerpo presente su mamá, Isabel Huala.

Es difícil extractar pedazos de la declaración de Jones Huala. Pero si tuviéramos que sintetizar los 79 minutos en los que convirtió un trámite jurídico de defensa en un alegato político, intentando preservar la esencia de su discurso, habría que rescatar que se reconoció como actor en actos de sabotaje, pero negó haber participado en el que se le atribuye en Chile y es objeto de este juicio. Se declaró rebelde y militante. Dijo que los mapuches no son terroristas, que el terrorista es el Estado, y que bastaba con ver quién ponía los muertos. Recordó a Rafael Nahuel, a Santiago Maldonado. Y no por casualidad se lo vio sonreir tanto y hablar con tal seguridad, aun en un momento tan duro para su vida. Tiene la seguridad de las ideas claras y la sonrisa del que no está solo, aunque esté tirado en un calabozo. Sonríe porque lucha. Y porque esa lucha le salvó la vida.

El lunes 5 de marzo, a las 11, el Estado argentino, a través de la justicia federal, decidirá si lo extradita a Chile o no. Otra vez habrá transmisión radial con los enviados especiales de Radio Zona Libre y La Retaguardia. Seguramente, volverá a haber una cadena radial histórica y contrainformativa.

No sabemos si la historia absolverá a Facundo o no. Habrá que ver quién la escribe. Pero sí tenemos la sensación de que ese alegato político que realizó en el juicio, tendrá su lugar, no solo en la historia del pueblo mapuche, sino también en la historia argentina.

Foto Agustina Salinas, La Retaguardia

* La Retaguardia y Radio Zona Libre realizaron la transmisión inclusiva para la Red Nacional de Medios Alternativos, en la que también colaboraron El Zumbido (Neuquén), Mucho Palo Noticias (Córdoba), entre otros medios integrantes de la RNMA. Durante las 11 horas de emisión ininterrumpida, se fueron sumando gran cantidad de medios que armaron una gran cadena contrainformativa. Aquí la lista de medios que replicaron la transmisión, al menos quienes nos lo hicieron saber, ya que en estos casos, al ser la señal libre, suele suceder que no nos avisan que están replicando.

Estación Sur (Catamarca) | Zumba La Turba (Córdoba) | La Colectiva (CABA) | Antena Libre (de la Universidad  Nacional del Comahue) | Kalewche (Esquel-Chubut) | La Zona (Santa Cruz) | Estación Choele (Choele choel – Río Negro) | Fogón  (El Hoyo – Chubut) | Mala Fama (Comodoro Rivadavia – Chubut) | Sudaca (Trelew – Chubut) | Libre cooperativa (Bariloche – Río Negro)- | Radio Libre Feminista (online)

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