Compartimos la carta pública del director de la Compañía de Danza Clásica del Ballet Nacional argentino, luego de que se le comunicara vía Whatsapp la disolución del equipo de trabajo y sus despidos.

Impotencia, tristeza, desolación son las primeras palabras que vinieron a mi cabeza ayer cuando me comunicaron desde el Ministerio la decisión de bajar al ballet nacional Danza.

El «enojo» por supuesto también afloró en mí porque soy un artista argentino y así como el océano se formó gota a gota, este Ballet se estaba formando día a día. Le faltaba seguramente mucho por crecer, pero fue mucho también lo que se logró en tan solo 4 años de existencia. Cómo no enojarme o revelarme frente a la decisión que considero más contraria al arte?? Por qué no se fortaleció el espacio en lugar de quitar una fuente de trabajo y lugar de expresión logrado solo con esfuerzo y trabajo de calidad?? Por qué no se decidió la alternativa de construir apostando a un modelo de compañía joven y diferente en un país que tiene un vacío enorme en la danza clásica nacional ??? Esta última opción hubiera sido tal vez el camino más difícil de transitar, el más trabajoso porque hay que tener decisión para emprenderlo y decisión para llevarlo a cabo, pero el trabajo puesto sobre la mesa por esta compañía bien lo valía y los frutos recogidos serían muchos.

Cómo no sentir una mutilación frente a una realidad contraria a la cultura??? Cómo no sentirme vacío como artista y argentino después de todo lo que me consta que los integrantes de la compañía dimos para que el país tenga un espacio nacional para la danza clásica como se estaba construyendo con «Danza»?

Solo me resta agradecer a cada bailarín que apostando a este espacio audicionó ante la convocatoria del Ministerio para ingresar por puntaje a ser parte del Ballet, a los técnicos, maestros, producción, kinesiólogos, pianistas, orquestas, que han pasado por este espacio para la danza clásica de mi país porque yo pude ver con mis ojos y mi corazón lo que han dado día a día para formar algo de calidad, serio, profesional y limpio, sobre todo limpio.

Ni un solo día me ausenté al trabajo, por eso puedo hablar y contarlo desde adentro, y cada día que fui a trabajar lo hice pensando en qué más podía aportar desde mi experiencia para que esta compañía crezca y florezca por el camino correcto.

Gracias también a cada Teatro, institución, director de orquesta, coreógrafos, escenógrafos, vestuaristas que nos han acompañado y ayudado a dar todo lo que pudimos hacer, y por último no quiero dejar de agradecer al público que hizo de esta compañía un lugar único e irrepetible para bailar agotando cada espacio donde el ballet se presentó, desde Palpala a Usuhuaia.

Iñaki Urlezaga.