Por Antonio Rebolledo*

“La primera tarea de Chile es crecer, todo lo demás es música”, afirmó el jueves pasado  el expresidente Ricardo Lagos al participar en un seminario económico organizado por Moneda Asset Management, en el que también participó Sebastián Piñera.

Seguir insistiendo en un modelo económico que solo enfatiza el crecimiento y las ganancias de las grandes empresas, sin hacerse cargo de los graves problemas sociales que esto acarrea, muestra una limitación mental y falta de sensibilidad social solo comparable a la miopía y arrogancia mostrada por los chicago boys en los mejores años de la Dictadura.

También es una muestra más de hasta qué punto los dirigentes de la izquierda tradicional han sido corrompidos por los grandes grupos económicos, convirtiendo a sus dirigentes, parlamentarios y funcionarios del gobierno en voceros de los intereses del capital y no de los trabajadores.

Para Lagos, la izquierda tradicional y la derecha, la música que no quieren escuchar es la tragedia cotidiana de millones de trabajadores condenados día a día a los bajos sueldos, las interminables jornadas de trabajo, la explotación económica, y la falta de respeto sistemática a su condición de seres humanos, convertidos por este sistema en objetos y no en sujetos del proceso productivo.

La música que no quieren escuchar Lagos y la derecha, es el reclamo de los trabajadores por terminar con la expropiación cotidiana de su legítimo derecho a participar en las utilidades de las empresas, revirtiendo de esta manera la aberrante desigualdad social en nuestro país.

Así como tampoco quieren escuchar la demanda nacional de los trabajadores chilenos, por terminar con la expropiación de sus fondos previsionales a través del sistema de AFP, que solo enriquece a sus dueños, condenando a los trabajadores chilenos a pensiones de hambre e impidiendo el uso de sus propios fondos para la construcción de una vivienda o el desarrollo de emprendimientos  productivos, con una tasa de retorno mucho mayor a las ridículas rentabilidades obtenidas por los administradores de las AFP.

Baste decir al respecto, que las pobres rentabilidades obtenidas por los fondos de AFP, podrían quedar en manos de los trabajadores chilenos invirtiendo sus ahorros en depósitos a plazo, sin ningún riesgo, y sin pagarle a nadie las altas comisiones cobradas por las AFP por la “administración” de los fondos.

Música es para Lagos y la derecha, la demanda ciudadana por terminar con la corrupción y los privilegios indignantes de las FFAA, poner fin a su sistema de salud y previsional digno de un sistema de apartheid, y someter sus decisiones al poder y fiscalización civil.

Ni hablar entonces, de lo que opinan Lagos, la derecha y la Nueva Mayoría, de la demanda por cambiar la Constitución, mejorar la educación pública, garantizar salud pública de calidad, y establecer un sistema político que permita a cada chileno ejercer su legítimo derecho a la participación pública y fiscalización permanente de sus autoridades.

La buena noticia, es que los chilenos ya se enteraron del engaño de Lagos, la derecha y la Nueva Mayoría, quienes hacen campaña con las demandas de la gente, pero en privado gobiernan para los directorios de las grandes empresas.

*Ingeniero Comercial USACH, Concejo de base “El león alado”, Partido Humanista, Providencia, Santiago