Por Amy Hall, 3 de agosto de 2017 para openDemocracy

Los aldeanos zambianos esperan un juicio histórico que podría ayudar a que las compañías británicas rindan cuentas de sus acciones en el extranjero.

Más de 1.800 personas de comunidades agrícolas y pesqueras cercanas a Chingola, Zambia, esperan saber si pueden presentar una demanda por daños y perjuicios en los tribunales ingleses contra la compañía minera británica Vedanta Resources y su filial Konkola Copper Mines (KCM).

Se espera una decisión del Tribunal de Apelación de Londres para el final del verano. Si los aldeanos tienen éxito, podría hacer que, en el futuro, las empresas multinacionales con sede en el Reino Unido tengan en cuenta a los derechos humanos y eviten los abusos ambientales en otros países.

Cientos de personas que viven cerca de Chingola fueron hospitalizadas en 2006 debido a la contaminación del agua con ácido sulfúrico y otros productos químicos de una mina, propiedad de KCM.

«No tenemos ninguna fuente de agua aparte del río, y está totalmente contaminada», dijo el aldeano Leo Chikopela al grupo de campaña Foil Vedanta. «La mayoría de nosotros somos muy débiles y tenemos dolores estomacales constantes. Cuando nos bañamos en esta agua nuestra piel pica.»

La gente local también ha reportado muertes después de que sus familiares bebieron de un río local.

Los aldeanos recibieron previamente una indemnización en la Corte Suprema de Zambia, pero KCM apeló. En 2015 la Corte Suprema confirmó el veredicto de culpabilidad pero eliminó la compensación. Vedanta sostiene que no tiene un deber de diligencia con los demandantes potencialmente contaminados por la actividad de su filial, KCM. Los abogados de los aldeanos argumentan que llevar el caso al Reino Unido es la única manera en que los aldeanos obtendrán justicia.

El historial de Vedanta sobre el medio ambiente y los derechos humanos es cuestionable. Se excluyó de las inversiones del Fondo de Pensiones de Noruega debido a un «riesgo inaceptable» de que la empresa «cause o contribuya a graves daños ambientales y violaciones graves o sistemáticas de los derechos humanos».

Las compañías mineras controlan los recursos minerales clave en todo el mundo y han impactado en las comunidades terrestres y en los pueblos indígenas a través de los desalojos forzosos respectivos, la contaminación y la violencia en o cerca de las áreas minadas. A menudo la población local ve poco de los beneficios, a pesar de la explotación de sus tierras ricas en minerales y las consecuencias ambientales y de salud.

«El racismo ambiental de las compañías mineras de cobre y la impunidad que disfrutaron durante la época de la Rhodes’ British South African Company continúan atormentando a Zambia a través de los legados coloniales de KCM/Vedanta», dijo Samarendra Das, de Foil Vedanta.

Londres es un centro de inversión clave para las industrias extractivas y mineras. Los principales grupos de presión son el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), así como el mecanismo de fijación de precios de los metales, la London Metal Exchange y la London Bullion Market Association (LBMA). Muchas empresas mineras multinacionales también mantienen vínculos con Londres a través del comercio en la Bolsa de Londres, que les ofrece un «manto de respetabilidad«.

«Estar cotizando en la Bolsa de Valores de Londres ofrece a las compañías un aire explícito de credibilidad, porque la LSX se presenta como una supervisión estricta de quién está en la lista y quién no», explica Liam Barrington-Bush, ex Trabajador de Comunicaciones en la London Mining Network. «En la práctica no hay mucho escrutinio a las que estas empresas tienen que someterse, en términos de cualquier cosa ética, ambiental o social, para conseguir estar en la lista».

Mientras que las compañías con sede en Londres y las que se encuentran en la lista se están beneficiando de los recursos naturales de los países más lejanos – a costa de la gente local – no siempre pagan lo que deberían por el privilegio.

Un informe de 2016 de War on Want, titulado The New Colonialism (pdf), mostró que 101 compañías bursátiles de la Bolsa de Londres tenían operaciones mineras en 37 países subsaharianos, controlando colectivamente más de 1 billón de dólares de petróleo, oro, diamantes, carbón y platino de África. De las 101 empresas, 25 de ellas fueron incorporadas en paraísos fiscales.

Mientras que las empresas están haciendo dinero con los recursos de África, el continente lo está perdiendo. En 2015, África recibió casi 162.000 millones de dólares en ayuda, préstamos, inversiones extranjeras y remesas, pero perdió 203.000 millones de dólares gracias a las empresas multinacionales, pagos de deudas, evasión fiscal y los costos impuestos por el cambio climático. En otras palabras, el resto del mundo recibió más de 41.000 millones de dólares al año de los países africanos, dinero que podría haberse gastado en necesidades básicas como la sanidad y la educación.

Vedanta ha sido acusada de evasión tributaria en el pasado a través de precios bajos de cobre vendidos a través de KCM con el fin de pagar menos impuestos en Zambia.

Al mismo tiempo que la AGA Vedanta se lleve a cabo en Londres el lunes 14 de agosto, se realizará un Día Mundial de Acción en contra –con acciones en Zambia, India y el Reino Unido- , que presionará Vedanta por el caso de Zambia y otras comunidades afectadas por la contaminación humana, los abusos de los derechos humanos y la evasión fiscal en todo el mundo.

Sobre el Autor

Amy Hall es periodista independiente con sede en Brighton, y columnista de OpenDemocracyUK, escribiendo sobre el medio ambiente, la democracia, el poder corporativo y el estado británico a raíz de Brexit.