Ningún trabajador de la Salud Pública en toda la República Argentina tiene un salario inferior al que perciben los llamados “promotores de salud”, un total de 1300 personas que en un 95% son mujeres,  dependientes del Ministerio de Salud Pública de Misiones, quienes actualmente tienen una remuneración de 3 mil pesos, por tareas que deberían ser de cuatro horas diarias pero que, dada la fuerte explotación laboral que pesa sobre el sector, llega a ser hasta de diez o doce horas diarias, según una denuncia hecha pública por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Seccional Misiones.

La figura que vincula a estas trabajadoras con el Estado provincial es una de las formas de la precarización laboral: la “beca”. “El Estado no nos reconoce como trabajadoras sino como becarias, entonces con la excusa que nos venimos formando, llevamos en algunos casos hasta una década esperando algún reconocimiento laboral que nunca llega, es una estafa laboral”, señalaron desde la asamblea de promotoras de salud que, hartas de los atropellos y dispuestas a luchar por salir de la precarización y explotación en la que están sumidas, decidieron organizarse gremialmente en ATE. La organización lleva unos pocos meses, en los cuáles el sector consiguió hacer visible su reclamo en la sociedad.

«Además de salarios de hambre, el sector padece una fuerte precarización laboral, sobrecarga horaria, asignación de tareas impropias, falta de indumentaria e insumos suficientes y persecución laboral para evitar la organización colectiva. La gran cantidad de trabajadores que se mantienen dentro del sistema de beca contradice incluso el marco normativo –Programa de Formación de Agentes Sanitarios- que determina la necesidad de incorporar a los promotores a un régimen más digno. Muchos nos formamos, nos capacitamos, incluso hay quienes están en la universidad, pero pasan los años y nos siguen explotando y pagando como becarios cuando claramente somos trabajadores de Salud Pública”, indican desde la asamblea.

En teoría, un promotor de salud debiera realizar tareas durante cuatro horas por día, cinco veces a la semana. Dos de estas horas diarias debe desempeñarse en tareas específicas -que no debieran ser la de enfermería u administrativas- en hospitales o Centros de Atención Primaria y las dos restantes en “terreno”, es decir, en interacción con la comunidad en los barrios o colonias.

Foto Sergio Alvez

Foto Sergio Alvez

Sin embargo, la acuciante y dramática falta de personal que se evidencia en todos los ámbitos de la Salud Pública provincial desvirtuó de tal manera la carga horaria y las tareas de los promotores de salud, hasta alcanzar un régimen de explotación laboral que según detallan los trabajadores consultados, se viene profundizando cada vez más.

“Con toda claridad señalamos que lo que Salud Pública está haciendo es usar a los promotores de salud para tapar los agujeros que tienen los hospitales y CAPS por falta de personal. Nos mandan a hacer trabajos de enfermería, cubrir licencias de enfermeras sin que nos paguen por eso, hay compañeras que hacen Inmunizaciones y muchas que hacemos tareas administrativas cuando eso no es lo que corresponde. Todas estamos destinadas a hacer cosas que no tienen que ver con lo que establece el régimen sino a cubrir huecos”, advierten desde la asamblea.

Además, denuncia ATE, las promotoras padecen la falta de indumentaria adecuada y de insumos básicos para el desarrollo de su tarea, los «obligan a ir a cada acto político, a cada acto de campaña, a inauguraciones, a aplaudir para hacer número” y, para colmo, habría trabajadoras «que vienen recibiendo el hostigamiento de autoridades».

Organizadas gremialmente,  las promotoras realizaron un acampe, sostuvieron un primer paro provincial y  mantuvieron dos audiencias este año con el ministro de Salud Pública de la Provincia, Walter Villalba, quien más allá de recibir a las representantes del sector, no brindó solución alguna, por lo que se analizan medidas de fuerza.

También, llevaron su caso al Foro de Políticas contra la Violencia de Género que se llevó a cabo en la Cámara de Representantes de Misiones. “Nosotras venimos soportando violencia hace mucho tiempo, violencia por parte del Estado que nos denigra.  Tuvimos que organizarnos en ATE, y empezamos a luchar. Todavía no tenemos respuestas favorables pero no vamos a bajar los brazos” señalan desde la asamblea.