En la Asociación Civil El Puente Verde se realizó la entrega de certificados a los jóvenes que se capacitaron para mejorar en sus habilidades productivas en agricultura. INTA AMBA acompañó esta actividad con sus directivos y equipo técnico.

Por Federico Guerra

El rostro de felicidad de cada joven con su certificado de capacitación profesional es la síntesis perfecta de la contundencia que tiene el estudio y la tenacidad como motor principal para lograr todo tipo de sueños. La jornada se realizó en la Asociación Civil El Puente Verde, avenida. Jorge Newbery kilómetro 28,5,  El Jagüel, Esteban Echeverría, con la participación y el apoyo de directivos y técnicos del INTA AMBA.

Participaron de la jornada Oscar Pereyra Coordinador de la Agencia de Acreditación de Competencias Laborales de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires; el director del INTA AMBA, Gustavo Tito; el jefe de la agencia INTA San Vicente,  Nestor Davies; representante de la Oficina de Desarrollo Local INTA AMBA de Lomas de Zamora; y Miriam Plana, prosecretaria de Extensión de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ.

“Esta actividad de capacitación permite validar las aptitudes para el trabajo y el empleo de jóvenes con capacidades diferentes que se preparan para el trabajo con agricultores familiares,  instituciones educativas de Educación Especial y asistencia en  microcrédito”, indicó Guillermo Gramaglia del Área de  Educación y Formación del INTA AMBA.

Este centro de formación y producción flori-hortícola es un espacio de trabajo y formación que surge para contener a las personas con discapacidad mental a partir de los 18 años. Producen plantas, tienen una huerta y una granja donde realizan actividades  vinculadas con la agricultura familiar. Allí acuden, además, productores y vecinos a quienes le venden queso de cabra, miel, entre otros productos.

Para Pereyra esta articulación es “fundamental aportar a todo aquello que se vincule con la educación y el trabajo. Necesitamos contar con personas que puedan acreditar el saber hacer. Un trabajador que pueda validar sus tareas mediante organismos como la Dirección de Cultura y Educación con normas, por ejemplo, del INTA con quien ya trabajamos en huertas orgánicas logra cualificar su oficio. Debemos recuperar la idoneidad”.

“Nosotros contribuimos a la inserción social y laboral de personas con discapacidad o en situación de desventaja económica. Aquí entre otras cosas formamos a los jóvenes en el cultivo de flores, plantas aromáticas, ornamentales y de interior, diseño y mantenimiento de parques y jardines. También trabajamos en la producción hortícola y producción de granja clave para abastecer nuestro  comedor”, detalló Analía Suárez de Puente Verde quien agregó que es clave la articulación que realizan con INTA AMBA, SENASA, Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ y el municipio de Esteban Echeverría.

Para Tito el INTA AMBA está a “disposición de los productores del área Metropolitana de Buenos Aires ya que son ustedes quienes producen cada día para brindarles alimentos a 14 millones de habitantes. Por esa razón debemos cuidarlos y darles apoyos en espacios como Puente Verde”. De esta manera recordó la labor de la Oficina de Desarrollo Local INTA AMBA Lomas de Zamora en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ.

“Este espacio de contacto con los productores se suma para seguir consolidando las actividades que se  realizan en las áreas urbanas y periurbanas de Buenos Aires”, agregó el director.

Mucho para enseñar

Puente Verde surge como una articulación entre la Asociación Italiana de Socorros Mutuos de Monte Grande, la ONG para la Cooperación al Desarrollo de Países Emergentes (COSPE) y un grupo local que apostaba a la empresa social.

Los jóvenes productores coincidieron que en Puente Verde trabajan en producción de viveros y granjas. Además, forman grupos de trabajos con productores de la zona con quienes hacen producción hortícola, elaboran lácteos, conservas y dulces.

En este marco Plana subrayó que “la certificación es un estímulo muy importante para los jóvenes. Los llena de ganas de seguir adelante en su labor cotidiana”.

“Estamos muy satisfechos por el resultado del trabajo en equipo de la instituciones participantes y de las personas que han hecho posible  esta iniciativa de reconocimiento de las capacidades a la gente por parte del Estado”, agregó el encargado del Área de  Educación y Formación del INTA AMBA.

De estas actividades participan los programas Prohuerta, Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural (Profeder) del INTA AMBA y la iniciativa conjunta de certificación en Competencias Laborales que realizan la Agencia de Acreditación de Competencias Laborales de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires junto con  el área de educación  y formación  del INTA AMBA.

El final de la nota lo sugirió Analía Suárez al dejar una máxima de esta institución: “Las personas con discapacidad tienen habilidades y mucho para enseñar así en el trabajo como en la vida”.