Hay ciertos encuentros, igual que ciertos libros, que nos sorprenden tanto que quisiéramos compartirlos.

La Fábrica Nómade es una idea inmensamente generosa, útil y portadora de sentido.

El objetivo de la asociación es favorecer la inserción profesional de hombres y mujeres migrantes gracias a sus oficios artesanales. 

Mucho más que eso, su acción apunta a modificar la mirada que tenemos de las poblaciones refugiadas.

La elección de acompañar a otros en el camino de la vida

Inés Mesmar, la fundadora de La Fábrica Nómade, siempre estuvo abierta a los otros y al mundo. Etnóloga de formación, trabajó anteriormente en el tema de los refugiados palestinos en el Líbano. Su recorrido es rico en experiencias y conocimientos, y no le teme a lanzarse en un nuevo desafío.

Un proyecto cuya fuente son dos emociones

La primera proviene de una reconexión con los olores y los ruidos de su infancia durante su estadía en una medina de la ciudad de Túnez (Túnez), eran aquellos de la artesanía.

La segunda es el descubrimiento de que su madre, una bordadora en su país de origen, nunca más había ejercido su oficio desde el momento en que llegó a Francia. Esa parte borrada de su historia, como lo que no se dice, la conmovió de tal manera que se puso a averiguar en su entorno y descubrió que no era un caso aislado.

Hizo el paralelo con los refugiados actuales y el proyecto de la fábrica nómade se impuso como una evidencia.

 Detectar los oficios y quienes los ejercen

Comenzó entonces la búsqueda de estos preciados talentos. ¿Dónde encontrarlos? ¿Cuáles hay realmente presentes? ¿Sus portadores tendrán ganas de ejercerlos nuevamente?

Cuando llegan a Francia, se supone que los migrantes deben informar sus competencias. Curiosamente, los datos no se encuentran. Imposible juntarse con la información por ese costado.

El pedido de Inés llega a las asociaciones de ayuda a los refugiados. Estas conocen a su público y la dirigen hacia las personas que ejercieron oficios artesanales en su país de origen.

Los oficios buscados son la ebanistería, la cerámica, el bordado y también el trabajo con los metales y el cuero, practicado por hombres y mujeres.

Los criterios son precisos para garantizar la viabilidad del proyecto:

– el dominio del oficio, haber conservado la pasión por su trabajo a fin de poder superar los obstáculos que con toda seguridad se van a presentar y estar en una situación relativamente estable (parar contar con la energía necesaria para comprometerse con este proyecto).

El encuentro con Yasir, ceramista proveniente de Sudán, fue determinante porque es el primer artesano que se comprometió con la fábrica nómade. Sus 25 años de experiencia profesional en su propio taller de alfarería no le era de ninguna utilidad en el campo de reinserción donde lo habían ubicado.

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la Fábrica Nómade

Dejar que se exprese el humanismo, en contra de la corriente de las costumbres humanitarias.

Comúnmente, en Francia se orienta a los migrantes hacia los sectores de mayor tensión que son la construcción, la industria de los restaurantes o la limpieza. Como si la entrada de ellos a Francia estuviera condicionada únicamente por nuestra necesidad de que ocupen los empleos que quedaron vacantes por ser duros y mal pagados.

Dejando de lado esta costumbre, la Fábrica Nómade se interesa en lo que ellos hacían antes de llegar.

En lugar de mandarlos de un empleo a otro, este proyecto apunta a fomentar otro camino más humano que permita a esas personas retomar sus vidas teniendo en cuenta sus historias personales.

Más allá de las ideas recibidas, especialmente las que trascienden en ciertos medios, parece importante demostrar que las migraciones también contribuyen al dinamismo económico.

Compartir competencias y que haya aportes recíprocos es algo muy real ya que los artesanos de cualquier país saben reunirse en torno a valores universales propios de los oficios manuales.

La Fábrica Nómade: un nombre al servicio del sentido del proyecto

Nómade, porque este proyecto involucra a personas que al abandonar sus países llevaron consigo sus oficios. Ese espíritu de movilidad también está presente porque los talleres donde ejercerán en Francia se encuentran en varios lugares diferentes. Nómade significa también recorrer otros espacios al encuentro de otras personas.

 Una revalorización que facilita la integración y que conduce a la autonomía

Hoy Yasir está en condiciones de dirigir talleres para transmitir su oficio.

De este modo su posición cambia, ya no es el que recibe, es el que da y tiene la capacidad de tejer un vínculo social.

Se le paga por conducir los talleres y en el futuro podrá ser un asalariado de la asociación. Se podrá realizar una colección piloto que agrupe los objetos creados por los diferentes artesanos.

La fábrica nómade se encargará de la distribución a los puntos de venta.

Una producción de “hecho a mano” que tendrá la marca de sus creadores y representará las intenciones solidarias que los seres humanos saben entregar.

La idea es que con el tiempo Yasir y sus compañeros de ruta emprendan el vuelo lentamente hacia sus propias estructuras.

Para informarse más: http://lafabriquenomade.com