El diario La Nación en su nota editorial del pasado domingo, 21 de agosto de 2016, con el título “La utilización populista de los pueblos originarios” lo que hizo es sentar un claro posicionamiento político sin ningún fundamento histórico, filosófico, ni antropológico.

Por Jorge Nahuel, Coordinador Zonal Xawvnko. Confederación Mapuche de Neuquén

No resulta llamativo para nosotros que el diario de los Mitre reivindiquen la figura de Roca, quien financiado por la oligarquía nacional liberó millones de hectáreas, para quienes financiaron ese intento de exterminio. Como hoy el diario intenta disimular el genocidio de Videla, de la misma manera intenta ocultar ese otro terrorismo de estado, donde Julio A. Roca instituyó campos de concentración, mató poblaciones enteras, saqueó, realizó traslados forzados de población, entre ella numerosos niños y niñas que fueron virtualmente rematados como personal de maestranza entre las mujeres de alcurnia de la sociedad victoriana de la época, encerró indígenas en un museo para estudiarlos como si fueran animales… ¿Cómo lograrán convencer a la sociedad que esto es civilización?

Tampoco es sorprendente que reivindiquen a Sarmiento, quien proponía “exterminar” a los salvajes de América “sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. Es la mediocre forma de relacionar el “proyecto liberal, cosmopolita y modernizador” con la civilización mientras le reserva tácitamente a los Mapuche la imagen de la barbarie.

Pero no alcanza su campaña, con la que regresa frecuentemente, para relativizar el concepto del Pueblo Originario. Pueblos preexistentes que afirman sus derechos y que van logrando legitimidad y creciendo a medida que la idea de el mundo globalizado que promueven, se degrada y genera mayor y mayor violencia a través de la miseria que genera y el colapso en que ha puesto al planeta por su nivel de consumismo y desigualdad. Un modelo que satisface la ambición de pequeños grupos financieros poderosos y a costa de suprimir las fronteras nacionales si fuera posible.

Al mismo tiempo, cuando refiere al pueblo Mapuche, lo hace haciendo gala de una profusa ignorancia sobre el tema. Intenta ocultar la movilización de un pueblo nación que ya no está pasivo, sino denunciando la ideología cargada de odio racial que representan pensamientos como los que expresa su Editorial. Ignora la movilización del pueblo mapuche por proyectar un futuro basado en su Kvme Felen o Buen Vivir que es plenitud y equilibrio con el mundo natural que nos rodea. Equilibrio material y espiritual. Que colisiona con el modelo de “la generación del 80” que “La Nación” reivindica en sus editoriales.

El desparpajo con que manipula la realidad y miente, lo hace ignorando también centenares de trabajos realizados por las diferentes Universidades y academias, que desnudan su ignorancia sobre el tema. Este posicionamiento acentúa nuestra percepción sobre el carácter político de la editorial, y también sobre el nivel de debilidad que posee el diario al no contemplar que su versión de la historia ya no tiene la misma impunidad de otros tiempos. Hoy se expone con toda su fuerza que la verdad, memoria y justicia “estalla hasta vencer, ante aquellos que no la dejan ser libre como el viento…”.

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