“Estoy segura de que la gran mayoría quiere la paz y no quiere vivir en el odio y el temor”. Lo dijo ayer Aung San Suu Kyi, en la primera entrevista concedida luego de la victoria de su partido en las elecciones del domingo, respondiendo a una pregunta sobre los derechos de las minorías étnicas y conflictos armados que laceran Myanmar.

Durante la entrevista, el corresponsal de la emisora británica BBC le preguntaba sobre la ausencia de musulmanes entre los candidatos a diputados de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), la agrupación política que según los primeros resultados habría obtenido más del 70% de los votos. Sobre la derrota del partido de los ex generales que dominaron durante décadas la vida política de la antigua Birmania, Suu Kyi dijo sencillamente: “los tiempos cambiaron y la gente cambió”.

La Constitución de Myanmar impide a la premio Nóbel de la paz ser candidata a la presidencia por tener hijos con pasaportes extranjeros. Suu Kyi ha destacado que la prohibición no le impedirá “tomar todas las decisiones en calidad de líder del partido vencedor”.

Finalmente, las elecciones fueron consideradas “libres pero no correctas”. Entre las cuestiones suscitadas por los observadores en vísperas de las elecciones se encuentra el de la ciudadanía y el derecho al voto negados a centenares de miles de musulmanes de la etnia rohingya.

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