Marisa Matías, eurodiputada del Bloco de Esquerda, partido que ha duplicado este domingo su representación en el Parlamento portugués, afirma: «El 60% de la población portuguesa ha votado a los partidos de oposición al Gobierno de derechas».

«Las fuerzas antiausteridad han salido muy reforzadas de esa votación».

Por Andrés Gil

Marisa Matías (Coimbra, 1976) es el rostro del Bloco de Esquerda en Europa. Diputada en el Parlamento Europeo, es dirigente del Partido de la Izquierda Europea (PIE, que incluye a Syriza e IU, entre otros) y ha hecho campaña en los últimos tiempos a favor de Syriza en Atenas, de Barcelona en Comú y, en noviembre pasado, participó en el acto público de proclamación de Pablo Iglesias como secretario general electo de Podemos en el Teatro Nuevo Apolo.

Su partido se ha convertido en la tercera fuerza política portuguesa: ha pasado este domingo de 8 escaños y un 5,19% en las elecciones de 2011 a 19 escaños –de los 230 que forman el Parlamento– y un 10,22%, encabezado por Catarina Martins, «una voz que llegó a mucha gente», describe Marisa Matías: «Eso lo logramos por fin».

El Bloco se sitúa ideológicamente entre el Partido Socialista de Portugal (32,38% y 85 escaños; segundo por detrás de la coalición conservadora PPD/PSD-CDS-PP, con un 36,83% y 99 escaños) y el Partido Comunista de Portugal, que concurre a las elecciones en la coalición CDU con Los Verdes (8,27% y 17 escaños; un escaño más que en 2011).

El Bloco ha duplicado resultados, pero las elecciones ha vuelto a ganarlas la derecha.

Gana la derecha, pero es el peor resultado de la derecha desde hace muchos años. El 60% de la población portuguesa ha votado a los partidos de oposición al Gobierno de derechas. Es verdad que la coalición de derechas logró que su programa fuera el más votado, y eso es una de las malas noticias de la noche. Pero es importante reconocer que las fuerzas antiausteridad han salido muy reforzadas de esa votación, en particular el Bloco de Esquerda.

¿Hay posibilidades de formar un Gobierno alternativo a la derecha?

Nosotros siempre lo planteamos durante toda la campaña. Hay un par de condiciones que, si se garantizan, estamos disponibles para asumir responsabilidades. El domingo por la noche, después de los resultados, el PCP apoyaba las condiciones que planteábamos, pero el PS respaldó al Gobierno de derechas al no responder a nuestras peticiones.

¿Y cuáles eran esas condiciones?

Son tres condiciones, sólo tres. Uno tiene que ver con la protección de los salarios, porque el PS llevaba en un su programa un régimen de despidos y rebaja salarial. El segundo fue que el PS quitara la intención de bajar la tasa social única, la contribución de los empresarios a la Seguridad Social. Querían colocarlo como una manera de incrementar un poco los salarios, pero es una hipoteca muy fuerte para el futuro supone pensiones mucho menores. No puede ser. Y la otra cuestión que estaba en el programa del PS era la congelación de las pensiones durante cuatro años, que es lo mismo que hacer un recorte de las pensiones. En un país que ya tiene salarios tan bajos, pensiones tan bajas y con tanta gente en la pobreza, no se puede aceptar. Son tres cuestiones muy concretas, muy sencillas, no es el programa de la revolución. Es para un entendimiento para que no gobierne la derecha en Portugal.

El Bloco está en el GUE, como el PCP. ¿También están en la idea de un plan B al euro?

Nosotros no nos colocamos en la posición de la salida del euro. Es la distinción real del programa del PCP y del Bloco.

¿Podemos es el Bloco de España y el Bloco es el Podemos de Portugal?

Es simplificar. Somos fuerzas antiausteridad, pero tenemos contextos y realidades muy diferentes. No hay ninguna duda de que somos partidos hermanos, pero la realidades portuguesas y españolas son muy diferentes, y no podemos simplificar al punto de decir que somos iguales. Hay retos que se colocan en el Estado español que no existen en el portugués, pero es compatible nuestra defensa de los de abajo y nuestro compromiso de eliminar la austeridad, defender los servicios públicos y los que es de todos. Pero hay otras cosas, como la cuestión nacional, que se plantea en España y no en Portugal.

El Bloco ya tiene 15 años, ¿cómo evolucionará después de este salto electoral?

Este resultado muestra que el Bloco ha sido visto como la verdadera alternativa. Nosotros empezamos la campaña con una intención directa de voto del 2%. Hicimos una campaña de propuestas muy concretas y directas. Nos presentamos como una solución, como una parte de la solución. Hemos sido en la última legislatura la fuerza política más coherente y consistente en presentar alternativas a lo que se aprobaba contra las vidas de las personas. Creo que ha habido un reconocimiento y un voto de confianza para el futuro.

¿El tercer memorándum de Grecia trasladó una idea de derrota en parte de la izquierda?

Lo que pasó en Grecia nos afectó mucho, pero fue una forma de que toda la gente puede mirar ahora a Europa y decir que no es una democracia, que hay chantaje, hay juego sucio, y nosotros estamos para plantear la democracia como la condición más básica del ejercicio del poder, tanto en los Estados como en la UE.

El miércoles el rey de España da un discurso en el Parlamento Europeo, e IU, del GUE, se ausentará. ¿Qué hará usted?

Soy republicana convencida. No apoyo regímenes monárquicos ni dinásticos. No sé si me quedaré para escucharlo o no. Al mismo tiempo, escucho a los jefes de Estado que ahí van, hay sistemas diferentes en todos los países. Me quedé a escuchar al papa Francisco, como jefe de Estado del Vaticano. En este sentido, creo que me quedaré para escuchar al rey Felipe, pero no tengo ningún interés en convertirme a la monarquía.

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