El ministro de Salud de la Nación Daniel Gollán manifestó en Córdoba su preocupación por los efectos de los agroquímicos a partir de la posición de la OMS, que declaró cancerígeno al glifosato, y de los relevamientos sanitarios realizados por universidades argentinas.

Revista Mu, lavaca.org

El Consejo Federal de Salud es un organismo integrado por las máximas autoridades del área de cada provincia y presidido por el ministro Daniel Gollán. Según cuenta la periodista Marcela Fernández, del diario cordobés La voz del Interior (propiedad de Clarín y La Nación) en su última reunión “uno de los ejes planteados por el ministro fue la preocupación existente a ese nivel por el impacto que podrían estar generando los agroquímicos en la salud de las poblaciones de zonas agrícolas”. Así comienza la nota publicada el 9 de septiembre pasado y que da cuenta de la entrevista que mantuvo esa periodista con el ministro Gollán. “Consultado sobre el tema durante una breve visita que realizó a Córdoba, el ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, confirmó esta inquietud de la cartera sanitaria, a la luz de la última recategorización que realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) del glifosato en marzo pasado, al que ahora considera probable cancerígeno para los seres humanos”.

Dijo el ministro Gollán a La voz del interior: “Cuando la OMS toma posición y sube de categoría a estos agroquímicos diciendo que son peligrosos, hay que poner las barbas en remojo, porque esto quiere decir que ya hay evidencia científica suficiente para categorizarlo de esa manera”.

Y dijo más: a partir de la decisión de la OMS, “se le volvió a dar impulso a la comisión interministerial integrada por los organismos del Estado vinculados al tema y también a las sociedades científicas, para estudiar la problemática del uso de los agroquímicos sobre la salud”.

Sin prensa

Al consultar al ministerio de Salud de la Nación sobre los alcances de esta medida, el equipo de prensa del ministro, a través de Javier Biasotti, respondió que “la decisión es no hacer más declaraciones al respecto”. También detalló que tales declaraciones del ministro se realizaron “sin el equipo de prensa”, ya que no fue acompañado por sus asesores en comunicación en ese viaje relámpago a Córdoba. Esa provincia, precisamente, es escenario de las mayores operaciones de prensa de Monsanto, como efecto del acampe que desde hace dos años le impide montar la mayor planta procesadora de transgénicos, que esa empresa tenía planeado instalar en la localidad de Malvinas Argentinas. Por eso mismo, las palabras del ministro fueron atentamente escuchadas tanto por la población afectada como por los lobbistas de la corporación.

Lo que dijo Gollán es importante, además, porque apunta al núcleo de los reclamos que tuvieron a las Madres de Ituzaingo, en particular, como pioneras y voceras. El ministro Gollán precisó:

  • “Lo primero es que, al menos, se cumpla con las normativas vigentes que regulan el uso de estos productos, que hoy no se respetan”. Entre ellas mencionó las distancias que deben existir entre las áreas que se fumigan y las zonas pobladas, la cantidad de producto que debe usarse en el rociado, el adecuado manejo de los envases y maquinarias, del acopio de los químicos, y las restricciones relativas a cada tipo de fumigación. “Porque las normas están muy bien, pero en muchos casos no se están cumpliendo. Y eso nos lleva no sólo a la cuestión del poder de policía, sino también a la conciencia ciudadana a la que hay que apelar, porque en un país fuertemente agrícola como este, con miles de productores, no se puede poner un policía en cada lugar a controlar como si fuera un Estado pretoriano”.
  • “Tenemos que ver cómo seguimos a futuro, porque si se demuestra, como parece estarse demostrando, que no alcanzaría con todas las medidas de cuidado previstas en las normas, tendremos que apelar al principio precautorio, que en el nuevo Código Civil y Comercial es fundamental”.
  • “El principio precautorio apunta a evitar el daño potencial sobre la salud y por eso tenemos que estar muy atentos, de modo que vamos a estar monitoreando qué está sucediendo, y si hay que tomar medidas más profundas, habrá que hacerlo, porque la salud está primero”.
  • “Si a pesar de los intentos de minimizar los riesgos, mañana se detecta que la ecuación costo-beneficio determina que sigue siendo demasiado peligroso para la salud, para decirlo en términos populares, habrá que tomar otras medidas”.
  • La periodista señala que el ministro “aseguró que esa cuestión ya fue abordada con las autoridades de los ministerios de Economía y de Agricultura de la Nación”

Carrasco tenía razón

Sigue la nota: “Consultado sobre los relevamientos epidemiológicos realizados por la Facultad de Medicina de la Universidad de Rosario y también en la Universidad de Córdoba, que mostrarían tasas elevadas de algunas enfermedades en poblaciones de la zona agrícola, que son objeto de fuertes cuestionamientos desde distintos sectores, Gollán indicó: “Sabemos que hay estudios de ese tipo, y también están incluso los del investigador Andrés Carrasco, del Conicet, que en su momento fueron muy cuestionados, pero hoy lo más importante es que la OMS ya tomó una posición, y si lo hizo es porque ya hay mucha evidencia científica que avala su postura”.

El artículo revela: “El funcionario también informó que desde la cartera sanitaria nacional se están llevando adelante relevamientos y meta análisis de los estudios que se van haciendo sobre esta problemática”. ¿Los resultados? Informa el ministro de Salud de la Nación: “Lo que estamos encontrando está en consonancia con lo que sostiene la OMS, que hasta hace cuatro o cinco años se decía que no había mayor riesgo y hoy se está reconociendo que el riesgo es palpable”.

Por último, Gollán advirtió que “hay que separar muy bien los intereses puramente económicos de lo que es la salud, porque ante aquellos la salud debe estar por delante”.

Luego, el silencio.

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