El cuerpo del expresidente sudafricano e icono antirracista global Nelson Mandela fue sepultado hoy en Qunu, Eastern Cape, en torno a las 12:40 hora local.

Seis aviones militares sobrevolaron la zona en el sur del país y tres helicópteros del ejército transportaron una gran bandera de Sudáfrica en el cierre de la ceremonia que concluyó 10 días de duelo oficial por el deceso del patriarca.

«Descansa bien en la misma paz que concediste al pueblo de Sudáfrica, Tata Madiba. Que Dios bendiga tu alma y le conceda el descanso eterno», rezaba un mensaje radial transmitido por canales nacionales.

Mandela fue enterrado junto a su padre Mphakanyiswa Gadla Henry, su madre Noqaphi Nosekeni, y su hijo Magkatho Lewanika, mientras 21 cañonazos de salvas de artillería se escucharon en las más importantes ciudades del país.

A los 95 años de edad, el Premio Nobel de la Paz falleció el 5 de diciembre en Johannesburgo debido a una infección pulmonar que empeoró desde inicios de 2013 y lo mantuvo bajo estricta atención médica durante casi seis meses.

Mandela, abogado de profesión, cumplió 27 años de cárcel por luchar contra el régimen racista del apartheid que una minoría blanca de este país había impuesto desde 1948.

En 1990 fue liberado por el gobierno segregacionista gracias a fuertes presiones internacionales, y cuatro años después se convirtió en el primer presidente negro y democráticamente electo en la por él llamada Nación del Arcoiris.

El presidente Jacob Zuma subrayó que el viaje de Nelson Mandela terminó, pero el de Sudáfrica hacia el progreso debe continuar porque jamás defraudaremos la memoria de nuestro héroe supremo, dijo.

En la alocución que cerró el funeral de Estado, Zuma expresó que «el paso triunfal de Madiba llega a su fin, le damos las gracias por haber dedicado su vida a la construcción de una sociedad libre y democrática».

Los hijos de Sudáfrica pueden ahora crecer en una nación que no sólo es políticamente libre, sino que también está luchando fuertemente contra la pobreza y en favor de garantizar la justicia social para todos nuestros compatriotas, recalcó el mandatario.

«Nos comprometemos a llevar la visión de futuro de Mandela hasta todas las escuelas, hospitales, puestos de trabajos e instituciones sudafricanas», agregó Zuma en la ceremonia luctuosa organizada en Qunu, Eastern Cape.

Añadió que Tata Madiba no sólo creía en la igualdad de géneros y de razas, sino que trasladó ese concepto humanista a la práctica política. Nos enseñó a abrazarnos unos a otros como compatriotas y a odiar al racismo, dijo.

«Nos comprometemos a continuar promoviendo el no racismo y la construcción de una Sudáfrica que realmente pertenece a todos los ciudadanos», reiteró Zuma, ante un auditorio de miles de personas y medio centenar de dignatarios extranjeros.

El niño Rolihlahla Mandela nació en el seno del clan Madiba en Mvezo, Transkei (sureste de Sudáfrica), el 18 de julio de 1918, pero toda su infancia transcurrió en la localidad de Qunu, donde su profesora, la señorita Mdingane, le otorgó el nombre de Nelson, para cumplir con una costumbre de dar a los estudiantes nombres «cristianos».