Fotos de Paula Aiello y Corinne Figueroa para Pressenza IPA

Una multitud llenó la Plaza de Mayo y podría haberla llenado un par de veces, ya que muchos de los contingentes que llegaban a la plaza debían plegar sus banderas e irse para dejar el lugar al resto de simpatizantes que venían detrás.

Esta marea humana llena de color y fuerza apoyó a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo, a la Agrupación de Hijos de desaparecidos y al resto de organismos de Derechos Humanos en este 37 aniversario de uno de los días más nefastos de la historia argentina, el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Punto de partida de una de las peores dictaduras de la historia del Siglo XX, donde se contabilizan 30 mil desaparecidos y, al menos, 300 niños secuestrados junto a sus padres o nacidos en cautiverio y que en su mayoría no han recuperado su identidad.

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El día de la Memoria, continuó siendo un reclamo de Verdad y de Justicia. Con nuevas consignas que van adaptándose a los tiempos de cambios que vive la región y la república Argentina en particular. El nieto recuperado, y también diputado nacional, Horacio Pietragalla manifestó que se trataba de “una década ganada”, refiriéndose a los años que lleva en el poder el kirchnerismo y que puede presumir de haber llevado a más de 800 genocidas a prisión.

Sin embargo, la documentación preparada por Abuelas de Plaza de mayo con todo el material probatorio sobre la existencia de un plan sistemático de sustracción de bebés lleva dieciséis años esperando que la causa sea tomada en cuenta y prospere. De allí que hoy, donde los crímenes del terrorismo de estado están más que probados y el repudio popular es casi unánime y nadie quiere que esto vuelva a suceder, el reclamo comience a precisarse. Deja de ser un reclamo huérfano de justicia para convertirse en un reclamo de depuración del sistema judicial, de reforma y democratización de un poder del Estado que no vio interrumpidas sus atribuciones durante los años oscuros de la dictadura asesina.

Este reclamo es motorizado desde las mismas instituciones del poder judicial, ayer en la plaza podían verse jueces, fiscales y abogados mostrando su alegría de ver que este pedido reformista encontraba eco en la multitud que se congregaba frente a la Casa Rosada. Aparte de los referentes locales, el juez español Baltasar Garzón estaba allí dando fe de que en América Latina se está transitando el camino que deja atrás la impunidad, el olvido y la tergiversación histórica.

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La nueva militancia

Uno de los datos más relevantes de las convocatorias del día de la memoria es la inclusión de las nuevas generaciones de militantes que acompañan estas consignas y que les dan una nueva estatura. Una estatura de conquista, de consecución de un nuevo país. Un país que pone bien alto en su escala de valores los derechos humanos y que pone bien arriba, también, la discusión política y la ampliación de derechos como forma de inclusión social.

Podrá verse y dejar constancia de todo lo que aún falta por conseguir y se pueden marcar los errores y excesos que se cometan en el fragor de las resistencias. Pero es un hecho innegable que ver a tantos jóvenes haciéndose protagonistas de la historia, de sus destinos y siendo partícipes de la toma de decisiones, permite imaginar que se irá mejorando este sistema político, se irá impregnando de esta nueva savia que ha crecido con el Nunca Más tatuado en el alma. Nunca más al horror de los totalitarismos, pero también nunca más al dominio de las corporaciones, a la manipulación hegemónica y nunca más a la política de espaldas al pueblo.

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Un buen ejemplo de esta unidad entre la política y la juventud era la presencia del Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina entre las columnas de La Cámpora, agrupación militante de la cual él es referente y que copó prácticamente toda la plaza.

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Pero el resto de agrupaciones y partidos políticos también se hicieron presentes, desde históricas agrupaciones peronistas de base hasta partidos longevos que están viviendo una nueva juventud, como el socialismo o el comunismo, que vuelven a tener militancia estudiantil. Otro gesto a destacar son los partidos que marchan codo con codo, formando parte de Unidos y Organizados, hemos visto a la gente del Partido por la Victoria, Forja, el Partido Humanista, el PI, la Unidad Socialista y el Frente Grande que podían compartir protagonismo y sus militantes cantaban juntos mezclados en un crisol de colores muy alentador.

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También estuvieron presentes agrupaciones de mayor arraigo popular, como la Tupac Amaru, Barrios de Pie o Kolina, que daban cuenta del protagonismo de las organizaciones barriales, cooperativas de vivienda, de trabajo, la base social puesta en marcha y trabajando de manera organizada para dar respuesta directa a sus problemas. Administrando y gestionando sus fondos de acuerdo a sus necesidades básicas.

La Poderosa (Agrupación cultural de villeros) también se hizo visible tomando la bandera de la denuncia de los civiles cómplices de la dictadura y exigiendo que la dictadura cívico-militar también lleve al banquillo de los acusados a los empresarios que amasaron fortunas durante esos años violentos haciendo negocios con la sangre de los desaparecidos. Esta vía de investigación está recién comenzando pero el caso del empresario azucarero Blaquier, da muestras del nivel de complicidad y apoyo que tuvo la Junta militar de la parte de algunos empresarios, jueces y miembros de la Iglesia.

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No debe extrañarnos que Baltasar garzón haya hecho un pedido público al Papa Francisco para la apertura de los archivos del Vaticano de 1976 a 1983 que pudieran facilitar pruebas para  estas investigaciones.

La Otra marcha

El conflicto sobre la utilización de la Plaza de Mayo no se dirimió fácilmente. Las agrupaciones de tinte antioficialista también festejaron el Día de la Memoria con una nutrida marcha que desembocó en la plaza al término del primer acto. Hubo algunas tensiones entre las agrupaciones que llegaban y las que debían partir, unos por la impaciencia de verse desplazados del lugar más emblemático de esta jornada y los otros a disgusto de tener que cederles el lugar a partidos políticos y correligionarios hostiles al proceso que vive la Argentina.

Los cánticos provocativos de un lado y otro no ayudaban a crear un clima más respetuoso. De todos modos no hubo incidentes violentos que empañaran la jornada festiva, pese a que muchos medios quisieran mostrar los hechos como negativos o terribles.

Una vez más la Argentina vuelve a mostrar que la democracia es su vestimenta preferida y que los 30 años sin trajes de fajina le ha permitido madurar y proyectar el futuro con la certeza de la continuidad democrática que nunca tuvo a lo largo del Siglo XX.