Administrador de empresas de origen suizo, ha sido un activista en el Nuevo Humanismo durante más de 25 años. Sus preocupaciones, como la diversidad cultural, la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, así como una revolución interior y exterior - sobre la base de la no violencia activa - lo llevó a diferentes países, como Hungría, España, Togo y Sierra Leona. A través de su trabajo voluntario en Pressenza Berlín quiere dar una boquilla a la nueva sensibilidad y la nueva conciencia que va surgiendo en el mundo. A través de su compromiso con la organización "Convergencia de las Culturas", él quisiera impulsar el proceso desde una convivencia multicultural hacia una nación humana verdaderamente mundial.