Canarias exige un cambio radical de modelo de desarrollo para el archipiélago

Por Samuel Rodríguez Martín*

Un grupo de seis personas procedentes de horizontes muy diversos ha iniciado hace catorce días una huelga de hambre total e indefinida para defender la vida en Canarias y rechazar un modelo de crecimiento descontrolado que ha roto el equilibrio entre el uso de los recursos naturales y el bienestar de la población.

Desde el 11 de abril han entrado en huelga de hambre porque es una de las formas más comprometidas de protesta no violenta. Su agotamiento físico actual representa el de todo nuestro territorio y el de la gran mayoría de la sociedad canaria. Sin embargo, cada día vemos crecer su voluntad de resistencia por la vida y la fuerza de un grito colectivo por la Tierra.

El sábado 20 de abril, la manifestación ciudadana “Canarias tiene un límite” reunió a más de 200.000 personas en las calles de todas las islas, ciudades españolas y otras partes del mundo, demandando, también, un cambio drástico de modelo económico. Esta protesta multitudinaria del 20A ya ha hecho historia y salió en numerosos medios internacionales que la han visto como un ejemplo de compromiso democrático por una vida digna. Dentro y fuera de España está recibiendo apoyos y muestras de solidaridad sin precedentes.

Ahora mismo, estas seis personas en huelga de hambre están viviendo en sus cuerpos y en sus almas exactamente todo lo que viven nuestras islas. Los límites biofísicos de un territorio no pueden sobrepasarse sin un grave peligro por la vida humana, y al arriesgar voluntariamente su salud, lanzan este mensaje a toda la sociedad: sabemos que ningún cuerpo humano puede estar más de 45 días sin comer y, asimismo, más allá de determinados límites, la vida de toda la humanidad también peligra y puede extinguirse. Canarias tiene límites, como el resto del planeta y al no respetarlos “hemos abierto las puertas del infierno” climático, según alertó el secretario general de la ONU.

La huelga proseguirá hasta conseguir que las reuniones con el presidente del Gobierno de Canarias concreten un cambio profundo de modelo

Esta huelga de hambre colectiva es una acción de defensa radical de la vida que reclama soluciones de emergencia para el territorio de Canarias y sus gentes en un marco global de planificación democrática de todas las actividades humanas dentro de los límites planetarios. Desde el movimiento ciudadano “Canarias se Agota” se exige al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que acepte las siguientes tres demandas: en primer lugar, y como muestra de voluntad política, la paralización inmediata de los macroproyectos del Hotel de La Tejita y Cuna del Alma [en la isla de Tenerife], que supondría una señal clara de un verdadero cambio de modelo para Canarias. En segundo lugar, que se haga efectiva la implementación de una moratoria turística para paralizar inmediatamente la construcción y/o aprobación de nuevas plazas turísticas en las Islas Canarias. Por último, se pide la creación de una Asamblea Ciudadana vinculante y permanente como espacio de codecisión democrática sobre el futuro de nuestro territorio, tal y como recomienda el Consejo de Europa.

Nuestro territorio insular es frágil y tiene unos límites que deben ser valorados entre todas las fuerzas políticas y sociales para llegar a un consenso y a una representación democrática efectiva de nuestra voluntad de cambio de sistema.

Esta huelga de hambre proseguirá hasta conseguir que las reuniones con el presidente del Gobierno de Canarias concreten un cambio profundo de modelo de desarrollo en el archipiélago. Con cada día de ayuno voluntario estas personas arriesgan aún más sus vidas, pero también reiteran incansablemente el compromiso que Gandhi hizo real con sus propias huelgas del hambre: “En una manera apacible, puedes sacudir el mundo”.


* Samuel Rodríguez Martín es doctor en Biología y forma parte del Equipo de Coordinación de Rebelión Científica Canarias.

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