La preocupación por la repetición de modelos viejos me llevó a pensar que no voy a aceptar formas patriarcales de resistencia político-social. Me pregunto si en esta lucha por la vida o la muerte es válido hacer este planteo. De todas maneras, lo creo necesario. El esquema de valores hegemónicos antropocentristas, patriarcales, colonialistas, racistas, están detrás de todo y de esa manera salimos a resistir con formas que, finalmente, le hacen el juego a la violencia.

Percibo una cierta ebullición, una suerte de volcán que comienza a temblar buscando formas de resistencia que nos permitan no repetir etapas anteriores, donde nuestros cuerpos fueron el escudo. No quiero más muertes por las balas de la represión, ni mujeres presas, ni jubilados golpeados, tampoco jóvenes gaseados.

Hay una negación de la condición humana de parte del poder que los lleva a querer destruirnos como si solo fuéramos su adversario, llevándolos inclusive a justificar la violencia en pos de sus intereses.

¿Si la resistencia es una forma de proponer; cómo lo hacemos?

A mi parecer los que se muestran: grupos autoconvocados, otras que asisten con temor de ser identificadas, también modelos de otro momento de la historia. Sin ánimos de herir a nadie, ni criticar los esfuerzos de las organizaciones y movimientos sociales; creo que estamos en situación de generar un sistema de intercambio para discutir cómo manifestarnos y resistir con más creatividad. Por otro lado, es necesario buscar formas de organizarnos para impedir que la represión sea ejercida mediante la violencia armada. Según la socióloga Elizabet Jein: “lo urgente está en las crecientes desigualdades sociales, que ponen en peligro la propia condición humana”. Ella refuerza el pedido hacia un “respeto mínimo al umbral de humanidad”.

Lo que veo y siento es que los feminismos seguimos luchando, porque somos como un magma subterráneo que está en ebullición permanente y cuando no aguanta más sale a la superficie con convicción y fuerza. Esto no lo van a poder parar porque es el signo de los nuevos tiempos.

Siempre los movimientos de mujeres estamos al servicio de las mejores causas y desde allí seguiremos accionando, con una mayor creatividad, para el beneficio de todes.


Bibliografía
La Brujería Capitalista. Isabelle  Stengres – Philippe Pignarre
Definir el concepto, controlar el debate.  Flavia Broffoni. Revista Anfibia USAM
“Es un momento en el que los movimientos populares son fundamentales” Elizabeth Jelin. Pag. 12