Ya en una nota anterior hablamos del por qué es necesario hablar de “salud vincular”; pues bien, este tema está directamente relacionado con cómo experimentamos y expresamos nuestras emociones.

Por Vilma Perren

Creo que es muy claro que estamos en un momento crucial, en un punto de inflexión como especie, donde TODO debe ser cuestionado y reaprendido, obvio a esto no escapan estos temas.

Hemos aprendido a vincularnos con lo demás desde una actitud posesiva, por tanto el control, los celos, la ansiedad, el desasosiego, la angustia, la confusión son emociones y estados en los que inevitablemente caeré y, además, serán vistos como normales, esperables, inevitables.

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando comienzo a darme cuenta que ese sufrimiento no es el modo en que quiero vivir? ¿Que relacionarme de un modo posesivo termina generando emociones, estados internos que no quiero alimentar más?

Necesariamente tendré que replantearme mi manera de relacionarme y resistir y modificar ciertas formas aprendidas que solamente nublan y obstaculizan mis vínculos y mi salud emocional.

Tomando las palabras de Silo, en el capítulo Dar y Recibir, de El Paisaje Interno:

1. Veamos qué relación estableces con tu paisaje externo. Tal vez consideres a los objetos, las personas, los valores, los afectos, como cosas expuestas ante ti para que elijas y devores de acuerdo a tus especiales apetencias. Esa visión centrípeta del mundo, probablemente marque tu contradicción desde el pensamiento hasta los músculos.

2. Si tal es el caso, con seguridad que todo lo que se refiere a ti será muy apreciado: tanto tus placeres, como tu sufrimiento. Es difícil que quieras sobrepasar tus íntimos problemas, ya que en ellos reconoces un tono que, por sobre todas las cosas, es tuyo. Desde el pensamiento hasta los músculos, todo está educado para contraer, no para soltar. Y, de este modo, aún cuando procedes con generosidad, el cálculo motiva tu desprendimiento.

3. Todo entra. Nada sale. Entonces, todo se intoxica desde tus pensamientos a tus músculos.

Sí, Desde el pensamiento hasta los músculos, todo está educado para contraer, no para soltar. Y, de este modo, aún cuando procedes con generosidad, el cálculo motiva tu desprendimiento.”

Muchas veces creemos proceder con generosidad pero esto encierra la necesidad de “ser necesitada”, “ser querida”, “ser reconocida”, etc, por tanto es una acción de la que espero retorno.

No se trata con esto de autoinculparnos, simplemente es una invitación a la reflexión personal sobre los vínculos y las emociones que derivan según cómo construyamos esos vínculos. Hemos aprendido modos, formas, modelos que ya no nos sirven.

Será entonces una oportunidad para hacer un profundo reaprendizaje emocional.

 

Lic. Vilma Perren

Psicóloga clínica – Logoterapeuta

Fundadora de GARVA (Grupo de Asistencia y Recuperación de Vínculos Adictivos)

Coordina grupos y talleres sobre la temática vincular

Autora del libro: La sanación viene de adentro