Las luchas feministas y de la diversidad en Argentina y el mundo (25 de Noviembre)
La lucha de las mujeres lleva más de un siglo en las calles y la base de sus demandas es transversal, independiente del lugar geográfico en que se realicen. Cerrar la brecha salarial, erradicar el acoso sexual, equilibrar el trabajo doméstico no remunerado, aplicar enfoque de género en las instituciones públicas y privadas, educación no sexista, aborto libre, derechos sexuales y reproductivos, acceso a espacios de poder-decisión y, principalmente, una vida digna libre de violencia, son el clamor escuchado en las calles a través de esta lucha incansable y conjunta.
El “Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer”, el 25 de noviembre de cada año, fecha en recuerdo del asesinato de las hermanas Mirabal en 1960 en República Dominicana, durante el régimen de Rafael Trujillo, se realizan diversas movilizaciones y manifestaciones, en todas las latitudes del planeta, en busca de visibilizar las diversas violencias de género que existen y aumentan en todos los países, principalmente latinoamericanos, y las distintas demandas que mujeres y disidencias reclaman a sus respectivos gobiernos.
La igualdad y la no discriminación aparecen en la Carta de las Naciones Unidas, aprobada en 1945, como principios fundamentales y la Igualdad de Género ocupa un lugar relevante en los Derechos Humanos y los valores de las Naciones Unidas. Sin embargo, y de acuerdo a informes de ONU mujeres, “en el mundo entero millones de mujeres y miembros del colectivo LGBTI siguen padeciendo la violencia de la discriminación en lo tocante al disfrute de sus derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales”, siendo la violencia de género la violación de los derechos humanos más extendida de todo el mundo. Devela además que el 0,2 % de la ayuda oficial para el desarrollo mundial, está destinada a la prevención de la violencia de género y que sólo el 25% de los países, tienen sistemas para hacer un seguimiento de las asignaciones presupuestarias en pos de la igualdad de género, lo que evidencia lo lejos que estamos de erradicar está violencia específica y que los compromisos gubernamentales siguen siendo insuficientes, y prácticamente declarativos.
La existencia en sociedades que fomentan una relación desigual entre lo masculino y lo femenino, provoca condiciones de alta vulnerabilidad en las mujeres: empobrecimiento, exclusión, discriminación, explotación laboral y distintas violencias en los espacios íntimo-privado y público. El acceso a la justicia y a la reparación se transforma en una de las principales exigencias de las mujeres, por ser los derechos más negados de forma sistemática y estructural. Ni siquiera los avances en términos legislativos, como la Belém do Pará, han logrado estrategias políticas y prácticas que aminoren las cifras de violencia contra las mujeres y, menos aún, contrarrestar los perjudiciales patrones socioculturales.
A lo largo de la historia y del mundo, infinidad de casos con imprecisión en los datos, no permiten un real conocimiento sobre los índices de impunidad. La Relatoría por los Derechos de las Mujeres de la CIDH, ya en el año 2017, identificó al “patrón de la impunidad” como la característica más predominante en el acceso a la justicia para las mujeres. Y hoy, la región continúa presenciando la impunidad y la negación sistemática del derecho a una vida digna y libre de violencia para las mujeres.

Resultados presidenciales en Argentina

Milei, economista de extrema derecha, liberal, que con 53 años emerge desde la televisión y las redes sociales, fue electo presidente de Argentina. Las organizaciones expresan: «Este nuevo 25 de noviembre, somos conscientes de que nos enfrentamos a un nuevo gobierno que viene a redoblar el ajuste y el ataque contra las mujeres y disidencias, con un particular discurso de odio y revancha contra los feminismos y transfeminismos. Nos preparamos para fortalecer la organización por la defensa de nuestros derechos. Nos sabemos hacedoras de un movimiento que atravesó fronteras y fue gestor de la cuarta ola de luchas feministas.”
Las múltiples consignas de nuestras hermanas argentinas en respuesta a la coyuntura política, resuenan en Buenos Aires: “Ni un paso atrás”, “Ni un derecho menos, ni un ajuste más”, “Nos tenemos”, “En defensa de nuestros derechos”, “!Juntes somos poderoses! Resistimos desde la alegría, el abrazo, el encuentro”, “Porque seguimos defendiendo los derechos ganados en las calles, Mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries salimos a gritar bien fuerte: Ni Un Paso Atrás”, “A las calles contra la ultraderecha, los negacionistas y el FMI”, “Organizadas, organizades, en red más que nunca para hacer frente a quienes llegan con sus políticas de odio, a profundizar el extractivismo, el saqueo, la pobreza” y “Sabemos cómo hacerle frente a los dinosaurios como (Javier) Milei, estamos siempre en primera línea. Por eso, a la derecha se la enfrenta en la calle y organizadxs. Decimos ni un derecho menos, ni un ajuste más!”.
Para Mariela Belsky, directora ejecutiva de Amnistía Internacional-Argentina “A nivel derechos humanos y de las mujeres y diversidades el interrogante es enorme”, pues se busca instalar estos derechos como parte de una cuestión “ideológica”, como queda claro en algunas intervenciones, ignorando los datos existentes al respecto. O como bien lo señala Andrea D’Atri, candidata a legisladora por Buenos Aires “Otra vez, las viejas ideas medievales -que fueron desterradas por la ciencia y que solo pueden sostener los fundamentalistas religiosos en su cruzada misógina- reaparecen en boca del economista que propugna la libertad para una minoría”

La posibilidad de modificar o perder leyes obtenidas

El cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, cuyo rol es el “diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas nacionales en materia de políticas de género, igualdad y diversidad” y unas de sus tareas es la “ejecución y evaluación de las políticas públicas nacionales para prevenir, erradicar y reparar la violencia por razones de género y para asistir integralmente a las víctimas en todos los ámbitos”, es un despropósito colosal de Milei, so pretexto de ahorrar al estado 77.000 millones de pesos y cuya agenda anti derechos sobre la vida de las mujeres, solo conlleva limitar y subordinar al histórico y diverso movimiento de lucha de las mujeres de Argentina y despierta preocupación ante el retroceso en derechos ganados como, por ejemplo, la ley de aborto legal, la Educación Sexual Integral (ESI), la ley de reproducción asistida, la gratuidad de los anticonceptivos, los derechos de minorías sexuales, la separación de la iglesia y el Estado y las infancias libres.

Planteamientos del Humanismo frente a discursos antihumanista

Alcanzar la igualdad de género no es únicamente garantizar derechos fundamentales, sino también educar en el respeto a la diversidad, la no violencia y el ser humano como valor central, para lograr sociedades más justas y, así, erradicar la desigualdad que trae violencia. Las mejoras en legislación y políticas no son suficientes.
Debemos transformar las relaciones de género y poder, así como las estructuras, normas y valores que las determinan, a través de un trabajo personal y social simultáneamente.
En esta búsqueda y lucha por alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades, y una vida libre de violencia, el feminismo humanista deja plasmadas sus intenciones en un texto – Manifiesto, surgido del Segundo Encuentro Feminista Humanista realizado en Santiago el 15 de agosto del 2018, en que resumido, se autodefinen como Feministas Humanistas comprometidas con la no violencia activa. Reconocen el sufrimiento causado por el patriarcado y buscan sanar individualmente para beneficiar a todas las mujeres. Se alzan contra múltiples formas de violencia y abogan por la igualdad y el respeto mutuo. Consideran que el Feminismo es fundamental para alcanzar un Humanismo global donde nadie esté subyugado. Rechazan la victimización, se proclaman protagonistas de sus vidas y aspiran a la felicidad y la libertad. Promueven la igualdad de derechos y se comprometen a aprender, ayudar y solidarizarse con otras mujeres. Abrazan la diversidad, buscan la reconciliación y ven a los hombres como aliados en la lucha por el bienestar común. No imponen un único modelo de mujer y promueven un cambio personal y social.

 

Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos; Guillermo Garcés Parada; Sandra Arriola Oporto; Ricardo Lisboa Henríquez y César Anguita Sanhueza. Comisión de Opinión Pública