Por Sol Pozzi-Escot

Goyo Torres es el autor de “Pelota de Trapo”, novela ganadora del Premio Altazor. Además, es uno de los invitados de la VII Feria Internacional del Libro de Ayacucho, evento que busca generar el amor por la lectura en los más pequeños.

Este viernes 27 de octubre a las 6pm, presentó su libro “Pelota de Trapo” en la Feria Internacional del Libro de Ayacucho (FILAY). ¿Con qué expectativas llega a Huamanga?

Con la ilusión que despierta el asistir a una fiesta. Las ferias de libros son eso, finalmente, una fiesta donde se encuentran autores, lectores y libros. Los libros y la lectura son la razón de ser de este tipo de eventos. Llego a Huamanga, entonces, con la ilusión de asistir a una gran fiesta de los libros.

Como sabemos, “Pelota de Trapo” ganó el Noveno Premio Internacional a la Novela Infantil organizado por ediciones Altazor. ¿Cómo recibió este reconocimiento?

Lo recibí con mucha alegría y sorpresa. Por las múltiples ocupaciones del diario vivir, había olvidado el envío del manuscrito al concurso. Cuando me llamaron por teléfono para comunicarme que era uno de los finalistas y debía asistir a la ceremonia donde se develaría al libro ganador, fue una grata sorpresa. Las bases del concurso indicaban que los libros finalistas se publicarían también. Que mi libro se publicara era ya para mí un premio.

¿Qué lo motivó a escribir esta novela infantil?

Pelota de trapo surgió durante la pandemia. Vivo en un edificio de quince pisos que tiene áreas recreacionales. En ese periodo de la pandemia veía desde la ventana de mi estudio a una niña y su padre que salían, religiosamente, todos los días en shorts a jugar pelota. Ahí se me ocurrió la historia. Aunque pensé la idea inicial para un texto teatral, conforme fue concretándose la trama, desbordó el formato y decidí que mejor funcionaba para una novela breve. Por las circunstancias en que surgió, el libro tiene un significado especial para mí.

«Pelota de Trapo» es una obra destinada a niños, pero que también puede ser disfrutada por adultos. ¿Cuáles son los elementos que hacen que la obra sea atractiva para lectores de todas las edades?

Es una pregunta muy interesante. Quizá, el hecho que la historia involucre el amor que es un tema universal; también las relaciones de familia y los espacios que la sociedad ha construido como propios del género masculino y femenino. Por ejemplo, la cocina es de las mujeres y el fútbol de los hombres. La historia que relata el libro desmonta estas diferencias. Entonces, resulta que no solo se trata de una historia de un equipo de fútbol, sino que, además, entran en juego prejuicios propios de los adultos.

La ilustración es una parte fundamental de los libros infantiles. ¿Cómo fue su colaboración con ilustradores en «Pelota de Trapo»? ¿Cómo influyen las ilustraciones en la experiencia de lectura de los niños?

Los niños y jóvenes actualmente están muy familiarizados con la multimodalidad de los medios masivos y en este contexto, las imágenes juegan un papel fundamental. Yo me hice lector de niño a través de las tiras cómicas que salían en los diarios. Le pedía a mi abuelo que comprara diarios solo para leer y ver esa sección. En ese sentido, estoy muy contento con las ilustraciones de Stalin Alva para el libro.

Como escritor, ¿cómo se acerca al mundo y la realidad a través de la literatura infantil? ¿Qué papel juega la imaginación en su proceso creativo?

La imaginación es una cualidad humana que vamos perdiendo conforme nos hacemos adultos. Imaginación y realidad son dos categorías que parecen contradictorias, pero no debería ser así. Los grandes problemas sociales podrían solucionarse con propuestas imaginativas. La literatura es posible solo con el ejercicio de la imaginación. Sin imaginación no hay arte, no hay historias que contar.

Usted declaró que su amor por la literatura va más allá de publicar libros, es una actividad íntima. ¿Qué brinda la literatura a su vida?

La literatura le ha brindado sentido a mi existencia. Todo lo que soy, como pienso y lo que proyecto hacia el futuro está relacionado con la literatura. Y no se trata de romantizar la actividad de escribir. Pero, en mi caso, me ha brindado todo: amigos, familia, trabajo y el placer de hacer lo que me agrada. Desde que tengo memoria y en mi niñez, el único amigo que tenía siempre a mi lado fue un libro. Dormía y despertaba con libros. Y siempre relacioné los libros a la literatura.

La VII edición de la FILAY tiene como eje temático “Primeros lectores” y busca inculcar el amor por la lectura en todos, sobre todo los más pequeños. Según su experiencia, ¿cómo se puede cumplir con esta tarea?

Con el ejemplo. Si un niño ve a sus padres que todos los días toman un libro, ellos también lo harán. Si ven que los profesores o adultos andan con un celular en la mano, harán lo propio. De nada sirven las campañas de promoción de la lectura si no se incentiva con el ejemplo. La mejor manera de crear hábitos en los niños es con el ejemplo. ¿Deseamos que nuestros niños lean? Pues leamos los adultos.