En 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) empezó a celebrar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. En esta cita anual que tiene lugar cada 28 de abril, se pretende promover la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo. Es una campaña de sensibilización dentro de la estrategia global de la OIT destinada a centrar la atención internacional sobre la magnitud del problema y sobre cómo la creación y la promoción de una cultura de la seguridad y la salud puede ayudar a reducir el número de muertes y lesiones relacionadas con el trabajo.

Con frecuencia los trabajadores de una gran parte del sector laboral consideran que no ganan lo suficiente para cubrir las necesidades de su familia. Y como resultado se ven obligados a vivir de créditos, pluriempleo u horas extras. Esta dinámica mantiene una espiral que desgasta, enferma y promueve el uso de drogas para continuar con la extenuante jornada de trabajo, deteriorando todo tipo de relaciones interpersonales.

Probablemente la pandemia, aceleró el uso de internet a nivel usuario. Las empresas adaptaron rápidamente los procedimientos para que la mayoría de los trabajadores pudieran desempeñar sus funciones desde casa. Ahora que ha pasado un tiempo, cada uno puede hacer su análisis de pro y contras. Lo cierto es que muchos trabajadores, no sólo han aumentado su jornada laboral; sino que también han trasladado el trabajo a su hogar, quedando disponible para el empleador en todo momento, incluyendo fines de semana, sin cobrar horas extras y haciendo uso del internet por cuenta del trabajador. Definitivamente el trabajo se ha convertido en un riesgo laboral, en una excusa de explotación o una esclavitud moderna. Jeffrey Pfeffer, profesor de la Escuela de negocios de la Universidad de Stanford, argumenta en su libro “Muriendo por un salario” (Dying for a paycheck), que el sistema de trabajo actual en ocasiones se torna inhumano por la excesiva carga laboral y termina con la vida de las personas.

Como si esto fuera poco, el sector tecnológico según numerosos expertos en la materia, amenaza con hacer desaparecer miles de empleos, para sustituirlos por robots dotados de inteligencia artificial. En 2021 la inmobiliaria china Vanke, incorporó a Cui Xiaopan (robot IA) para trabajar en el área de cobranzas, logrando sus objetivos de trabajo con un 91,4% de éxito en el cobro de pagos atrasados. Motivo suficiente para el presidente del concejo de Administración para galardonarla con el premio a “Mejor trabajadora del año” Y ¿Cuál es la justificación? Pues es la otra parte de la rueda, los trabajadores, se cansan, exigen beneficios, toman vacaciones, se ausentan por enfermedad y terminan resultando excesivamente caros para cualquier empresa.

Se ha luchado muchos años por conseguir mejorar las condiciones de trabajo y los derechos de los trabajadores, pero pareciera que estamos perdiendo conciencia de los retrocesos que estamos sufriendo en estas últimas décadas. La responsabilidad para poder salir de este ciclo recae en todos como sociedad. Los trabajadores probablemente deban aprender a asumir un nivel de consumo acorde a sus posibilidades; las empresas podrían exigir lo que se ajuste al contrato, tanto en horario como en funciones; y los Gobiernos podrían fiscalizar que las leyes se cumplan para generar una sociedad digna. Todos podemos construir un sistema más sano, optimista, productivo y HUMANO.

 

Audio dedicado exclusivamente a personas con discapacidad visual

Francis Ávalos, Gladys Mendoza

 Miembros de Convergencia de las Culturas-Chile.