En el Perú cada día se pierden más derechos humanos. Desde el 14 de febrero, el gobierno amplió por 30 días más el Estado de Emergencia en Lima, Callao y varias carreteras, a más de dos meses del inicio de las protestas y bloqueos en varios departamentos del país. Esta medida ha ocasionado una creciente inseguridad, sobre todo para el ciudadano de a pie.

Medidas del gobierno

Con esa declaración, se restringe el ejercicio de los derechos constitucionales de inviolabilidad de domicilio, libertad de tránsito por el territorio nacional, libertad de reunión, y libertad y seguridad personales (artículo 2 y 137 de la Constitución Política del Perú).

Además, el Decreto Supremo Nº 022-2023-PCM, señala que la Policía Nacional del Perú (PNP) es la encargada de mantener el control del orden interno, con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Estas medidas han venido acompañadas del extenso despliegue de tanques militares y efectivos policiales en las principales ciudades del país. El colofón lo ponen los medios concentrados que invisibilizan las manifestaciones pacíficas y terruquean la protesta social.

La manifestación de la población

La imagen de Aida Aroni enarbolando la bandera peruana frente a un contingente de policías, en medio de la protesta (quien luego es detenida) y, las imágenes que han dado la vuelta al mundo, en la que miembros de la policía nacional lanzan bombas lacrimógenas al cuerpo de madres aymaras con niños en su lliqlla (manta típica de los Andes usada como abrigo y para llevar a sus niños, mientras realizan sus labores cotidianas) muestran el nivel de  deshumanización en el país.

Se suma a estas, la represión a las recientes marchas pacíficas realizadas en los distritos de Miraflores y, el centro de Lima, en el cual se ha restringido el acceso a las plazas Dos de Mayo y San Martín; y la reciente emisión del Protocolo de Seguridad de Periodistas que “no asegura una labor periodística libre de violencia ni garantiza el goce efectivo de las libertades de expresión e información”, según la Defensoría del Pueblo y organizaciones periodísticas.

Desborde de violencia

Los continuos enfrentamientos están generando un clima de creciente violencia, que es aprovechado por grupos violentistas. Así, recientemente fueron atacadas la comisaría y la  base  militar de Juli, en el distrito del mismo nombre, en la provincia de Chucuito, departamento sureño de Puno. El hecho dejó 10 heridos de la policía nacional.

Este es el panorama actual que  vive el Perú.

De un lado, la presidenta señala que “no renunciará” y el Congreso de la República se niega a poner en agenda las nuevas elecciones -aunque más del 70% de la población nacional así lo demanden-, y del otro lado, la población sigue manifestándose por un cambio que le asegure mayor inclusión y blinde al país, del retorno de la corrupción. La salida a la crisis aún no se avizora…

A continuación el valioso testimonio gráfico de medios alternativos como Chasqui TV, CONPYMAP y Sayani Perú, a quienes agradecemos la colaboración:

https://www.youtube.com/watch?v=Kbog-HWYdiE

https://facebook.com/CONPYMAP/videos/1195219027795376/

Foto: El Popular.