Por Sol Pozzi-Escot
Kathy Serrano se ha adentrado en el mundo de la publicación de novelas con gran éxito a nivel de público y de crítica. Hoy, tiene mucho que contar sobre su experiencia. Conversamos con ella.
Comenzaste el año con la noticia de que tu primera novela “El dolor de la sangre”, había sido nominada al Premio Luces, ¿cómo recibes esa nominación?
El Dolor de la Sangre, Planeta 2022, es mi primera novela. Su escritura y su publicación han sido y son, para mí, un camino de aprendizaje intenso e importante. Que haya sido nominada junto a las novelas de gente maravillosa, de escritoras y escritores reconocidos, con carreras literarias de larga data, a quienes admiro y quiero, es un premio. Solo puedo estar agradecida.
Si bien vives en Perú, naciste en Venezuela. ¿En qué medida tu propia experiencia como migrante te permitió crear “El dolor de la sangre”?
La novela surge directamente de mi origen, de mi propia migración, de la mirada que hoy puedo volcar sobre ese camino. ¿Por qué migramos? ¿Por qué volcamos nuestra mirada, nuestras esperanzas en un jardín ajeno? Desde siempre, los seres humanos recorremos kilómetros en busca de un sueño, un territorio, un espacio seguro, un hogar propio. Las razones son infinitas, diversas, múltiples y particulares. En mi caso, creo que solo ahora era posible darle vida a Martha, la protagonista de mi novela, y su retorno al país donde nació, a la casa materna, al hogar primigenio. El país de Martha es un país que ya no existe, existe otro, pero no el suyo. Sin embargo, ella necesita volver, no quiere hacerlo, ha huido siempre de hacerlo por miedo, por rabia, por resentimiento o por muchas razones más. Este retorno, Martha no lo elige. Las circunstancias lo hacen por ella. Y ella, que se fue por otras razones, ve y comprende ahora, la migración dolorosa de otras y otros. también ve la belleza infinita de un país, esa belleza que sobrevive y se repone sobre la adversidad. Martha se topa con la complejidad de un país dividido, quebrado y al mismo tiempo rico y hermoso. Un país de realidades y mundos paralelos. Un país de acento alegre y musical, de sonrisas que se sobreponen a las lágrimas, un país de colores y olores, palabras y comidas, paisajes y gente que solo quiere vivir.
La novela trata sobre lo que representa el regresar a la infancia, a los orígenes de los traumas de uno. ¿Por qué crees que mirar su pasado con honestidad resulta tan complicado a veces?
El lugar donde nacemos, lo que nos sucede en la infancia, marca nuestra vida para siempre, nos determina, nos define. Los eventos dolorosos, violentos, que vivimos en esa etapa de fragilidad, de vulnerabilidad y de aprendizaje de la vida, se graban en nuestra memoria, en nuestro cuerpo como huellas indelebles. Podemos buscar mecanismos para “olvidar”, pero si no le damos atención y espacio a esas heridas, siempre volverán, una y otra vez, para seguir doliendo, recordándonos que allí están, irresueltas, a la espera de ser confrontadas y zanjadas. El retorno de Martha es inevitable. Mirar ese pasado, transitarlo de nuevo, ya sea a través del mundo onírico, de esos sueños recurrentes, esas imágenes que la persiguen o ya sea volviendo a los lugares y con las personas que protagonizaron ese pasado, parece ser la única forma, el único camino que puede recorrer Martha para intentar una emancipación del dolor, del miedo, de la violencia.
Participaste en la Feria Internacional del Libro y de las Artes de La Molina, donde encabezaste la actividad “¿Cómo escribí mi novela?”. ¿Qué consejos puedes compartir para quienes quieren escribir novelas?
Complicado y delicado dar consejos, pero intentaré responder tu pregunta. Yo creo que para escribir hay que leer, leer, leer mucho y escribir. Este es un consejo que le he escuchado a las escritoras y escritores que más admiro. Sin leer no es posible escribir. Sin dedicar tiempo y más tiempo, concentración, constancia, disciplina, pasión, no es posible. Creo que para escribir una novela hay que decidir, definir y plasmar personajes con sus particularidades, atmósferas, conflictos, historias y un largo etcétera. Cada escritora, cada escritor, encontrará su propio camino, su propia forma, su propio método. Hay quienes considerarán la escaleta como la herramienta perfecta para estructurar la novela, hay otros que seguirán su intuición. Hay quienes armarán carpetas con imágenes que definan a sus personajes, sus características específicas, su rostro, su cuerpo, su carácter, sus manías, sus olores y hasta la música que aman y escuchan. Creo que lo primero es tomar la decisión y comenzar el camino. En el libro de Colum Mc Cann, 50 consejos para escritores, encontramos una cascada de consejos interesantes. Colum los comparte con fuerza, desfachatez y humor. Aquí les dejo el final del consejo 4, en el que habla sobre el terror a la página en blanco: “Limítate a mantener el culo pegado a la silla. Culo en la silla. Culo en la silla. Clávale la mirada a la página en Blanco”