Las peruanas ocupan cada vez más cargos de elección popular, pero el acoso hacia ellas aún persiste con discursos violentos y llenos de estereotipos por el simple hecho de ser mujeres.

Por Salvador Candia – La Mula.pe

Durante “Mujeres al poder”, espacio de formación política que se abrió durante las Elecciones Generales 2021 y las Elecciones Regionales y Municipales 2022, más de 350 candidatas de las 25 regiones del Perú compartieron sus experiencias acerca de su participación en la política. En los testimonios recogidos, hay una característica que predomina y preocupa: el acoso que ellas reciben, tanto por parte de los hombres contra quienes compiten cuando participan de candidaturas como por parte de los hombres con quienes trabajan, aún persiste de una manera tan violenta que logró, en algunos casos, hacer que estas mujeres desistan de sus cargos.

“[Los hombres de la municipalidad] muchas veces no nos facilitan los documentos para poder hacer el análisis de los temas que se han de tratar en las sesiones ordinarias”, contó una de las participantes de este taller, de quien reservaremos su nombre. Esta trabajadora de una municipalidad al sur del país, comentó que las labores que desempeñan las mujeres siempre son comparadas con lo que pueden hacer como amas de casa porque, supuestamente, eso es algo que desde hace mucho tiempo vienen cumpliendo y no un rol de políticas. “No les den información, ellas no saben de leyes“, cuenta la funcionaria haber escuchado decir de sus pares varones.

“Se metieron con mi familia. Publicaron en las redes sociales de mis familiares, y me acusaban de tráfico de influencias. Tuve que poner mi cargo a disposición para salvaguardar a mi familia”.

El camino a la igualdad en la política es muy hostil. Lamentablemente, así como el caso de esta trabajadora pública, existen otras mujeres que denunciaron sufrir acoso por hacer o por intentar hacer política, llegando a extremos en los que las amenazas escalan a nivel personal o incluso familiar. “Se metieron con mi familia. Publicaron en las redes sociales de mis familiares, y me acusaban de tráfico de influencias. Tuve que poner mi cargo a disposición para salvaguardar a mi familia”, comenta otra participante en declaraciones para “Mujeres al poder”.

En Perú, miles de mujeres padecen esta violencia en su intento de forjar una carrera política. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, esta es una de las principales dificultades que enfrentamos como nación para gozar de una participación efectiva y plena en la esfera pública, y se manifiesta como una conducta contra una o varias mujeres por el solo hecho de serlo, con el propósito de limitar su reconocimiento o el ejercicio de sus derechos políticos.

Más candidatas, pero con una baja representación política

En las recientes Elecciones Regionales y Municipales 2022 (ERM 2022), una noticia reflejó el esfuerzo que se viene gestando por acortar la brecha entre hombres y mujeres en la representación política: según el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), el 42.8% del total de las candidaturas a cargos públicos fueron mujeres. Esto representa un salto del 20.8% en las candidaturas a gobernadoras y del 43.2% a vicegobernadoras, en comparación a los comicios del 2018.

Para Parwa Oblitas del JNE, este proceso electoral ha marcado un hito, ya que las mujeres tuvieron un rol importante con un número de candidatas casi similar al de sus pares varones. Según el informe, señala Oblitas, las postulantes a gobernadoras representan el 28.5% del total de candidaturas y las aspirantes a vicegobernadoras el 70.3% del total, en comparación al 7.7% y 27.1% que se registró en las elecciones del 2018, respectivamente.

Sin embargo, “La aplicación de la paridad y alternancia ha significado también un reto para las propias organizaciones políticas que, siguiendo patrones culturalmente patriarcales, han continuado priorizando que las candidaturas a alcaldías y cabezas de listas sean ocupadas por hombres”, comenta Oblitas.

La figura de las postulantes aún presenta limitaciones que mellan en el ejercicio de la participación política eficaz y con igualdad de posibilidades, pese a contar con leyes que priorizan la paridad y alternancia (Ley Nº 31030), todo esto debido al acoso político que las mujeres sufren. De acuerdo con los resultados de las ERM 2022, solo el 6% de altos cargos regionales y municipales serán ocupados por mujeres y, de los 25 departamentos a nivel nacional, hasta el momento, ninguna mujer alcanzó el cargo de gobernadora. Solo Lima y Moquegua podrían sumar dos posibles gobernadoras en la segunda vuelta.

“Las candidatas han manifestado algunas de las situaciones de acoso político de las que han sido víctimas señalando que han recibido amenazas con la finalidad de que desistan de su participación en la campaña política a través de ataques mediante redes sociales y mensajes en medios de comunicación que buscaban dañar su imagen pública”.

Ante ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en coordinación con el JNE, apoyó a lideresas y candidatas en la prevención del acoso, desarrollando programas de formación política. “En estos espacios, las candidatas han manifestado algunas de las situaciones de acoso político de las que han sido víctimas señalando que han recibido amenazas con la finalidad de que desistan de su participación en la campaña política a través de ataques mediante redes sociales y mensajes en medios de comunicación que buscaban dañar su imagen pública”, precisa Oblitas, agregando que las instituciones registraron y orientaron los casos manifestados.

Burlas, difamaciones, amenazas y violencia

Según el JNE, en las Elecciones Regionales y Municipales 2018, siete de cada 10 mujeres que se presentaron a cargos de presidencia regional, alcaldías municipales y/o distritales, sufrieron de acoso político.

De acuerdo con los testimonios de las candidatas, los perpetradores de estos ataques provinieron principalmente de candidaturas de otras organizaciones políticas de la competencia electoral (62%), medios de comunicación (21%) y la ciudadanía de la circunscripción por la que postula (14%).

“Las campañas políticas son un espacio hostil para las mujeres. Prueba de ello es que en las últimas Elecciones Generales 2021, el 48% de candidatas señalaron haber sufrido acoso político, es decir una de cada dos según la Encuesta de Candidaturas”, apunta Oblitas.

Acorde a lo que señala la especialista, según la tipología de acoso político implementada en el informe referido, se señaló que los tipos de acoso más frecuentes son la burla, con un 62%; la difamación, con un 43%; y las amenazas, con un 20%. El 7% abarca la violencia sexual y física con un 4% y 3%, respectivamente.

Actualmente, existe una ley aprobada desde marzo de 2021 que previene y sanciona el acoso político a las mujeres (Ley N º 31155). Sin embargo, esta aún no ha sido implementada por “falta de claridad”, según señala el propio JNE, ya que indican que existen inconsistencias por la ausencia de habilitación para regular un procedimiento sancionador bajo su competencia; la falta de especificación del delito y la naturaleza de las sanciones traducidas en multas o sanciones administrativas; así como la falta de referencia a la autoridad encargada de ejecutar la sanción.

El camino hacia una participación política sin acoso

Desde 2016, el PNUD junto a ONU Mujeres e IDEA Internacional lanzaron Atenea, un mecanismo de aceleración de participación de las mujeres, enfocado en los cambios y desafíos que presenta la elaboración de políticas para las mujeres en América Latina y El Caribe. En las observaciones y diagnósticos realizados para las elecciones de 2020 y 2021, Perú obtuvo resultados interesantes y variados.

Guiándose por el Índice de Paridad Política, este análisis mide, a partir de 8 dimensiones prioritarias, el estado del ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. Perú obtuvo un puntaje de 65.2 en una calificación de 0 a 100, subiendo su promedio inicial de 60.1 desde el primer diagnóstico en 2017. El aumento en el puntaje se debió a mejoras en dos dimensiones: “Cuota Paritaria” y “Poder Judicial y Poder Electoral”.

“Estamos a mitad de camino de esos 100 puntos. Perú se sitúa en los países con mejor puntuación, pero estamos comparando entre países y no entre las puntuaciones ideales”, comenta Beatriz Llanos, abogada y doctora en Gobierno y Administración Pública, y Máster en Comunicación Política, quien además forma parte del equipo que desarrolló el diagnóstico.

“También es cierto que hay una serie de conductas que, cuando las mujeres están encaminadas a ser electas, no puedan ejercer plenamente el poder que se les ha dado. Esto se ve predominantemente en ámbitos regionales y municipales, porque las descalifican o no las reconocen como autoridad”.

Según la especialista, si bien existe una mayor apertura e incremento de la participación de las mujeres en la política, es cierto que existen factores ligados al acoso que la desincentivan, ya que se aplican estrategias y conductas que las minimizan al salir al espacio político.

“También es cierto que hay una serie de conductas que, cuando las mujeres están encaminadas a ser electas, no puedan ejercer plenamente el poder que se les ha dado. Esto se ve predominantemente en ámbitos regionales y municipales, porque las descalifican o no las reconocen como autoridad”, agrega.

Perú es el octavo país de Sudamérica en sumarse a la regulación de la paridad en lo político electoral. Uno de los ejemplos más tangibles de la mejora sucedió en las Elecciones Generales 2021, con la aplicación de la ley de paridad y alternancia, cuando las mujeres electas lograron un 37.7% en el Congreso.

Sin embargo, el camino para la prevención y sanción del acoso político aún es una lucha que cuenta con muchos puntos por mejorar. Pues, como señala Llanos, es necesario fortalecer las leyes y su aplicación con planes culturales, educativos y normativos, pues sólo así será posible sancionar este tipo de violencia contra las mujeres y garantizar una participación justa para todas y todos.

Entrevistas: Salvador Candia

Edición: Sonia Perez

Ilustración de portada: Lici Ramirez