La creciente concentración del capital especulativo internacional, junto a la cadena de industrias destructivas y el complejo industrial-militar, nos arrastran a todos hacia un colapso mundial como civilización.

El Movimiento Humanista en sus documentos fundacionales, plantea una revolución no-violenta a través de la simple implementación de la democracia directa o democracia real, versus la actual democracia formal o representativa, en la cual el ser humano concreto sea el valor central como agente de cambio personal, social e histórico.

Esta sencilla propuesta se traduce políticamente en la elección directa del poder ejecutivo, del poder legislativo, del poder judicial, del poder contralor – incluyendo la revocación popular de los mandatos entregados -, en el federalismo y en la democratización del poder económico, a través de la cogestión del capital y el trabajo en los medios productivos y el cooperativismo.

Muchos amigas y amigos del humanismo en general, del Movimiento Humanista, y de miembros de los Partidos Humanistas en el mundo federados en el Partido Humanista Internacional, reflexionamos sobre la acumulación de contradicciones sociales y sobre el origen del proceso constituyente en Chile en particular, y su proyección o alcance futuro.

El Partido Humanista desde el retorno a la democracia formal en los años noventa, simbólicamente botó a la basura la Constitución redactada en dictadura militar, y propuso reemplazarla por una nueva Constitución construida en democracia.

Durante los desbordes sociales de octubre 2019, el Partido Humanista apoyó la opción de una Asamblea Constituyente, entendida como una construcción colectiva desde la base social, acercándose hacia una democracia real y no formal, no siendo parte del Acuerdo alcanzado entre el gobierno derechista de Sebastián Piñera y gran parte de la elite política.

No obstante, para el Partido Humanista es de suma importancia poder avanzar en la profundidad de la democracia. Aún cuando, por distintas razones, no logró elegir convencionales, numerosas y valiosas normas vertidas en el texto final por la Convención Constitucional, van en dirección del Humanismo Universalista.

Desde esa perspectiva, el Partido Humanista apoya resueltamente el Apruebo en el plebiscito del próximo 4 de septiembre.