Hablamos con Nicole Myers, neoyorquina, mensajera de Silo y co-promotora del Parque de Estudio y Reflexión Hudson Valley, cercano a la ciudad de Nueva York.

La conversación se encuadra en la conmemoración de la “Misión del 80”, una serie de actos en distintos puntos del planeta a cargo de Silo y un grupo de amigos, entre los que se contaba Nicole.

Pasados 40 años de aquella iniciativa, este próximo 31 de octubre algunos miembros de aquel equipo invitan a conmemorar el acto que tuviera lugar en Bombay, en la playa Chowpatty donde se juntaron más de 10.000 personas.

A continuación, el video de la entrevista completa, así como la transcripción de las principales ideas por escrito.

—Por qué este acto conmemorativo…

—Entonces, Silo habló muy claramente respecto de la crisis, pero era algo bastante inusual. Muchas personas no entendían muy bien de qué se trataba esa crisis y lo profunda que era, pero 40 años después esa crisis continúa, está aquí, en todos los continentes, en todos los sectores, en todos los campos y nadie puede decir que no hay una crisis y el tema es cómo salir de esta crisis y si hay un futuro. Nosotros sentimos que, frente a esta situación de crisis las palabras que fueron dichas en aquel momento, ahora comienzan a resonar, dándonos un mensaje de lo que podemos hacer hoy… Aquellas palabras son el mensaje que necesitamos hoy.

—¿Qué se dijo entonces, cuál era el mensaje? 

—Era el título mismo del evento: ¡Todavía hay futuro! En todos los eventos se habló de la importancia de la fe interna para evitar la destrucción: ‘sin fe interna hay temor. El temor produce sufrimiento. El sufrimiento produce violencia y la violencia produce destrucción. Por lo tanto, la fe interna previene y evita la destrucción’.

Silo también habló de la importancia de reconciliarse con uno mismo, con el otro, con el pasado; tanto así que al final de las charlas nos pidió —y les pedía a las personas— que se levantasen y profundamente pidieran poder reconciliarse; que dejaran de culparse y comenzaran a salir hacia los otros. También habló de la importancia del mensaje de ‘tratar a los demás como uno quiere ser tratado’…  Y claro, todo el mundo dice esto, pero si realmente hiciéramos esto, si realmente lo convirtiéramos en nuestra práctica diaria, todo cambiaría y la vida de las personas también cambiaría… Necesitamos esto para poder humanizar la Tierra.

—¿Qué buscáis ahora?

—Promover una experiencia que nos dé sentido, ver qué acciones nos dan realmente sentido y de ese modo nos permiten abrir el futuro… Aquel mensaje siendo verdad en aquel momento, termina siendo muy vigente hoy y de gran impacto para el futuro.

—¿En qué otras actividades estás como mensajera de Silo?

—En desarrollar el Parque de Estudio y Reflexión Hudson Valley, en las afueras de Nueva York. Se trata de un punto de luz para la humanidad. Ahora estamos construyendo la sala de meditación.

Y, por otra parte, trabajo con un equipo internacional en un programa que se llama ‘Siete días de pedidos’. Una práctica que se ha desarrollado por siglos y de la que Silo habló en la inauguración del Parque de la Reja, en Buenos Aires.

Se trata de una práctica muy simple pero profunda y que va produciendo toda una transformación. Es lo que llamamos la meditación del corazón. Este amor tan profundo que tenemos dentro de nosotros, en nuestros corazones, puede ser desarrollado, y a través de este pedido podemos encontrar qué es lo que realmente necesitamos y lo que necesitan otras personas. Y ahí podemos ver cuál es la belleza y el potencial de estas intenciones que surgen del corazón y la potencia también en el sentido del bienestar.

El próximo encuentro será el 7 de noviembre. Estamos desarrollando una web para que cada persona pueda informarse y llevarlo a cabo por sí misma.

Es una herramienta muy útil para reconciliarnos y encontrar nuevas respuestas en lo profundo de nuestro ser. Es de mucha ayuda y llena de alegría. Es una técnica muy simple. Se trata de conectarse y pedir por algo; entonces tu mente directamente se direcciona hacia ello y —parece mágico—, una nueva realidad se comienza a constelar.

—Participas en el Siloismo desde hace décadas ¿Por qué?

—Siempre estuve buscando un sentido en la vida. Busqué en diferentes lugares y ahí me encontré con las palabras de Silo y con el modo en que él abordaba el cómo convertir el sinsentido en sentido. No es algo de lo que alguien me haya convencido, es algo que he experimentado. Es una experiencia que me ha ayudado mucho pero que no queda en experiencia individual, sino que tiene que ver con qué hace uno con los otros —produciéndose un ida y vuelta— y esto me pareció muy coherente.

Trabajamos en el desarrollo personal y el de otros a través de herramientas que ayudan a encontrar el verdadero sentido en la vida, que es la trascendencia… y como estas acciones se van acumulando y van produciendo felicidad creciente, vamos avanzando. Es importante conectar con esa necesidad de encontrar respuestas al propósito que tiene cada uno en la vida.

…No puedo pensar en nada más interesante para hacer, a no ser compartir esto con la mayor cantidad de gente posible. Todo esto es un gran regalo y cualquiera lo puede experimentar sin necesariamente creer en algo. Esto no es una religión, sino una práctica que nos hace sentir bien en la medida que podemos hacerla con otros.

Definitivamente estamos trabajando en el camino del SÍ

Quisiera agregar algo que define este momento. En aquella Misión, Silo habló sobre “el camino del sí y el camino del no”. El camino del sí tiene que ver con todo aquello que une a las personas, que las ayuda, y el camino del no tiene que ver con el individualismo, con la crueldad, con la búsqueda del poder. En esa línea divisoria vemos claramente la dirección que cada uno puede elegir. Y nosotros definitivamente estamos trabajando por el camino del sí. Esta sería una síntesis muy buena de la dirección de todo nuestro trabajo.

Para participar de la conmemoración del acto de Mumbai es necesario inscribirse previamente en este enlace: https://tiny.one/3wucf7fd

El evento tendrá traducción simultánea a varios idiomas (ver en la imagen anterior).