La derecha, atrincherada en bloque en la Convención, con un par de franco tiradores alertas a descalificar el buen curso que está tomando la Constituyente, cultiva una agresividad que desanima mi autocrítica hacia cierta radicalidad izquierdista que dificulta el diálogo. Lo bueno es que el“fuego” derechista y el homólogo  reduccionismo  de un sector de la izquierda, no detienen el avance de una disposición dialogante hacia la tarea constitucional.

Sea porque los convencionales, ética y teóricamente, asumen que la Constitución debe ser para todos y no para algunos o porque las circunstancias los llevarán a procesar sus tensiones, los 155 avanzarán cada vez mejor, manteniendo  diferencias, escuchándose para  intentar acuerdos y así producirán un texto que será común  y no excluyente. Entonces, por principios o por la presión de los hechos inevitables, de sentarse cerca, mirarse, cruzarse en los pasillos, oírse y conocerse, aprenderán a procesar los conflictos como lo exige una Constitución. La necesidad de acuerdo les será  casi ineludible.

Quedarán en el anecdotario los que  no entendieron que T. Marinovic y J. Arancibia son convencionales con cargos de pleno derecho, legítimos por decisión de la democracia y que su presencia no surgió de nuestros deseos. Consignaremos en el mal recuerdo  los desprecios clasistas y racistas a la presidente Loncón; las ironías, agresiones y las torpezas de semiboicot del gobierno para la instalación.

La ya comprobada hipótesis del contacto, de la psicología social, que destaca el abogado y escritor Pedro Barría, evidencia que antiguos rivales pueden tener un  proceso de transformación política y personal, desde la confrontación y agresión, a la comprensión, el diálogo y la conciliación porque el contacto  modifica percepciones y actitudes negativas; rompe  prejuicios, estereotipos, esquemas y prototipos permitiendo llevar a cabo transiciones políticas exitosas. O como en Venezuela que avanzó hasta que el  descuido del fuego vivo quebró  la convivencia.

La convivencia pacífica no implica “eliminar el conflicto, porque el mundo,  necesita más conflictos y no menos, porque en la medida en que hay injusticia en el mundo se necesitan conflictos para llamar la atención sobre las injusticias”( W. Ury).“El desafío no está en eliminar conflictos sino en transformar el modo en que  los manejemos, de  forma no destructiva, sin violencia sin guerras”; y en esta Convención, digo yo, no repetir la  descalificación, desprecio, hostigamiento, insulto, ni amenazas, ni  golpes anónimos en la calle, como ha ocurrido.

Desgraciadamente esto, como dice Barría,  se aprende lentamente y se desaprende rápidamente.

La historia del mundo muestra crueldad en los conflictos: seres humanos privados de identidad personal, descalificados y marcados  como rebaño punible. En política, la calificación de “humanoide”, que nos dio a la izquierda la dictadura en Chile y la de “gusano”, a los opositores en Cuba, incitaron a lo peor. Esta despersonalización del adversario, propia de las dictaduras,  también ha infectado la democracia en la historia de Chile: ”amarillo, upeliento, facho, balmacedista, comunista, carrerino, beato, momio,”  clavando personas en el insectario nacional, quitándole su calidad de tal y prejuiciando todo diálogo. “…Si cada miembro de un grupo está dotado de las mismas características, nos ahorra las penurias de tratar con ellos como individuos”.(G. W. Allport) Esta dinámica dañina se puede romper con la hipótesis del contacto.

De Apruebo Dignidad, Aurora Delgado (IND-RD): “ estoy conociendo a las personas, …es fundamental el acercamiento …. y más adelante va a ser más fluido y cercano el diálogo, ….estamos en la primera etapa».  Ruggero Cozzi (RN) : «los jardines son un buen espacio para conocernos y conversar entre constituyentes de distintas sensibilidades. Carlos Calvo (Socialista):” un café …. y empieza a surgir lo que es necesario: la convivencia»…. » nos reconocemos… El ser humano es lúdico y buscamos encontrarnos  … Los patios son fundamentales para conocernos y hablar «. Gaspar Domínguez (INN): ” conocerse…ha sido muy favorable. El diálogo …para llegar a acuerdos supone la necesidad de conversar …, intercambiar visiones ideas … y también construir propuestas juntas»…  He logrado hablar y conocer a constituyentes de todos los sectores». Christian Viera (IND- Apruebo):  “En la comisión de Ética … hemos tenido un trato muy fraterno …muy amable a pesar de nuestras heterogeneidades políticas. Ha sido sorpresivo y en un buen tono»,… «he tenido una muy buena relación con Luciano Silva (RN),..he conversado con Arturo Zúñiga (UDI)…con Benito Baranda (INN),…una estupenda relación y lo mismo con la compañera Francisca Arauna (Lista del Pueblo)».

En los 60, la integración racial en USA, se hizo obligando al contacto, prohibiendo barreras; su éxito es evidente y también hoy sus retrocesos. Austria, Bélgica, Colombia, Chile, España y Venezuela consiguieron reconstrucción democrática que porque los líderes políticos con responsabilidad en su quiebre y solución, subordinaron discrepancias para el objetivo democrático. Hicieron “aprendizaje político” (Barría. “Aprendizaje Político: la Experiencia de Venezuela en Perspectiva Comparada”) El  descuido de lo aprendido lo muestra hoy el enfrentamiento interracial en Estados Unidos, entre otras causas, por la desaparición de los contactos intergrupales. En materia de actitudes, conductas y cultura política no hay cambios irreversibles y ellos deben ser permanentemente reforzados y alimentados para que no se pierdan.

Mandela, con  27 años de injusta prisión y extremas crueldades superó la opción confrontacional del Congreso Nacional Africano  que lideraba y adquirió virtudes de mediador -escuchar y ponerse en el lugar del otro – hizo política para crear confianza y seguridad para todos, cuidando  el temor de los dominadores blancos hacia la mayoría negra mal tratada, excluida y segregada por años.Una Sudáfrica segura para todos, garantizando que los oprimidos de ayer no  serían los opresores del mañana.

Los 155 de la CC saben que los ojos de Chile esperan una Constitución y no un programa de gobierno que imponga la ideología de unos o la mirada de país de sus electores. Benigno Benigni dice, exponiendo sobre la Constitución Italiana: “La Costituzione é la Mamma,…nostra mamma”.

Eso requiere contacto para el acuerdo. Así, los convencionales, podrían sentir el  orgullo adicional de haber dado ejemplo, a las próximas generaciones, de  cómo se pueden procesar los conflictos y  mejorar la convivencia política del país que compartimos.